Con la presencia de notables directores y directoras de Chile y Argentina se realizó en Coyhaique, desde el 10 al 16 de febrero, la novena versión del Festival de Cine de la Patagonia Aysén: Imágenes Resistentes (Fecipa).
Este evento se ha posicionado en el territorio austral como un espacio de visibilidad del desarrollo audiovisual y ventana para producciones patagónicas y producciones nacionales, e incluye las competencias de corto y largometraje. Más de 35 películas se exhibieron en el Centro Cultural Coyhaique y en el Museo Regional de Aysén, además de visionados nocturnos en la ciudad, a través de los espacios de Retrospectiva y Muestra Cine Chileno, Muestra Cine Infantil y Juvenil Ojo de Pescado, y Muestra Mirada Sur.
Esta novena versión tuvo que ser reprogramada por el estallido social de octubre, lo que impulsó una nueva propuesta desde la Agrupación Patagonia Visual, organizadora del Fecipa, planteando como temática Imágenes Resistentes: “Hablamos de imágenes resistentes porque creemos que es una pieza fundamental relacionada con la visibilidad de los conflictos; las imágenes son capaces de sobrevivir a la violencia, a las violencias de Estado, en ellas radica la posibilidad de justicia, la posibilidad de prueba, la posibilidad de verdad, y adquieren un valor significativo para la comprensión de lo que nos sucede. En torno a la imagen está la posibilidad de memoria, y pueden ser resistentes a aquellos que desean que la memoria no persista. Y hoy, en el marco de las movilizaciones en Chile, el arte y el cine tienen un rol fundamental”, relató el director del festival, Marcelo Becerra.
El evento también contó con actividades en paralelo al visionado de películas, se realizaron talleres y los foros abiertos “Cine y Derechos Humanos”, “Cine y Feminismo” y “Cine Social”. Fueron espacios de encuentro, que abrieron el diálogo, la discusión y la reflexión sobre el arte como herramienta de movilización social, y también en torno a los feminismos que han canalizado las demandas sociales desde los cuerpos en estos más de cien días de resistencia en Chile y se han convertido en protagonistas en las convocatorias artísticas. Se ha evidenciado su potencia, diversidad y convocatoria, generando instancias políticas masivas y significativas que invitan a revisitar la historia.
“La memoria es traída por un grupo de mujeres con sus historias personales en un contexto histórico de dictadura militar. Es un documental que moviliza, nos invita a levantarnos y ponernos en marcha. Aunque hayan pasado ya 37 años desde esta historia que la película muestra sigue siendo la unidad de las mujeres lo que nos conducirá a concretar algo importante en el Chile actual”, afirma Josefina Morandé, directora del documental Hoy y no mañana.
Los Derechos Humanos y la construcción de la memoria también constituyeron un lugar de convocatoria durante este festival. La directora Macarena Aguiló presentó su documental El edificio de los chilenos, que relata experiencias de infancias en dictadura y la importancia y vigencia de estos relatos en el presente: “Muchas veces me han preguntado hasta cuándo seguir contando historias del pasado, que hay que dar vuelta la página. Yo, porfiadamente, creo que hay mucho trabajo por hacer con nuestra memoria como chilenos. Considero fundamental esta tarea y lo audiovisual es clave para transformar socialmente, compartir en comunidad es lo que nos devolverá el sentido de lo que significa ser humanos y no números de una sociedad que se rige por el miedo a encontrarnos de verdad unos con otros”.
La realizadora también participó en la exhibición de película Visión nocturna, dirigida por Carolina Moscoso, en la que participó como productora. Otra es la mirada de un Chile en dictadura que presentó Gonzalo Justiniano con Cabros de mierda, película que también estuvo presente en la muestra Chile en Rebeldía. “Siempre me ha interesado y creo que el cine es una buena forma de explorar la realidad, las distintas épocas y realidades. El cine ha cambiado el mundo, cambió nuestra generación, la ficción permite explorar los territorios, historias y en mi caso está muy presente la barbarie que nos tocó vivir, la estrechez de mente de una clase social chilena que hizo y deshizo sin rendirle cuentas a nadie”, dijo el realizador.
Obras ganadoras
La Cantaria de Plata, el tradicional trofeo que entrega el Fecipa para las categorías en competencia, fue otorgada a producciones que tematizan en torno a la cultura mapuche, que invitan a reflexionar sobre las resistencias y luchas de esta cultura, visibilizando también su relación con los Estados chileno y argentino. En largometraje Patagonia Territorio Cine, la obra ganadora fue Aimé, de la directora argentina Aymará Rovera. Esta obra visibiliza a Aimé Paine, “que fue mujer una feminista originaria, una cantora que en plena dictadura argentina fue en búsqueda de sus orígenes y que dejó un legado importante para la cultura mapuche”, señala la directora. El jurado, compuesto por Magdalena Rosas, Josefina Morandé y Gonzalo Justiniano, destacó la calidad onírica para dar cuenta de una idiosincrasia, relevando el arte y la cultura originaria de esta tierra.
En categoría cortometraje, la obra ganadora fue La lluvia fue testigo, del director Nicolás Soto Guerra. El jurado, compuesto por Carola Chávez, José Luis Sepúlveda y Gastón Salgado, valoró su tratamiento cinematográfico, simple y profundo del paisaje, lugares y espacios que habitó el joven mapuche José Huenante para acercarnos a su vida y a su familia de una manera sensible y reflexiva, “dando cuenta de una expresión de verdadera resistencia, destacando poéticamente un hecho contingente, brutal y tristemente cotidiano sobre violaciones a los Derechos Humanos e impunidad ocurrido en democracia”.
El jurado otorgó también una mención especial al largometraje El hombre del futuro, del director Felipe Ríos, película filmada en la región de Aysén que destaca por su excelente síntesis entre fotografía, dirección de arte y la magnifica actuación que logra construir un viaje íntimo en medio de un paisaje extraordinario y hostil, obligando a los protagonistas a enfrentarse con su verdad. En la categoría de cortometraje, destacaron también las obras Amelina, de Rubén Guzmán; y Abisal, dirigido por Esteban Santana.
Un territorio imaginario que se habita
La Patagonia es un territorio sin fronteras entre dos océanos y dos países al sur del mundo. La presencia argentina en el Fecipa destaca desde hace algunos años y en esta novena versión se presentaron ocho producciones, entre largo y cortometraje que, entre sus temáticas, tienen especial relevancia las resistencias, los pueblos indígenas, la memoria y los Derechos Humanos. Entre las obras están el documental transmedia Pañuelos blancos al sur, de Gustavo Gzain, y el rescate de la cultura mapuche, a través de las luchas de los territorios como Cushamen, con Chubut, libertad y tierra, de Carlos Echeverría; y la mencionada Aimé, de Aymará Rovera.
Estas iniciativas permiten que el territorio Patagonia se piense audiovisualmente, como espacio fílmico, como espacio donde convergen dos países con temáticas, inquietudes y demandas similares. “Hacíamos un festival que miraba solo producciones chilenas, pensamos que era una especie de festival santiaguino hecho en regiones, entonces comenzamos a apostar al desarrollo del audiovisual como posibilidad artística creativa en Aysén y en Patagonia. Creemos en este territorio, estamos convencidos del talento de los creadores y habitantes de esta parte del mundo y queremos cada vez más creaciones, proyectos cinematográficos hechos en Aysén, hechos en el sur de Chile y Argentina, lo que permite la vinculación con autores de esta parte del mundo, para formar redes de trabajo entre autores y realizadores del sur de ambos países y, con las capitales de ambos países”, dice Marcelo Becerra.
La Agrupación Patagonia Visual extiende la invitación para que los realizadores y realizadoras participen en la convocatoria del 10º Festival de Cine de la Patagonia Aysén, que se realizará a fines de este año, y que estaría abriendo las postulaciones próximamente a través de www.fecipa.cl y redes sociales.
El Festival de Cine de la Patagonia fue financiado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través del Fondo de Fomento Audiovisual, convocatoria 2018; y contó con la colaboración de la Municipalidad de Coyhaique, la Corporación Cultural de Coyhaique, el Museo Regional de Aysén, la Universidad de Aysén, la Agrupación de Derechos Humanos de Coyhaique, y el Barrio Comercial de Coyhaique; Poblarte y la Escuela de Teatro Austral.
Por Ivonne Coñuecar
Publicada originalmente el 16 de febrero de 2020 en Radio U de Chile.