Desde la periferia en Buenos Aires llega “El Manual de la Violencia”, primer trabajo de la banda trasandina Sonora Insurgente. Un disco-libro que aborda las distintas caras de la violencia en América Latina, “en una gira cumbiera, power y mestiza”, que los traerá por segunda vez a Chile en septiembre.
Aquí, una conversación con Marcos y Marcelo, voz y bajo del grupo, en exclusiva para El Ciudadano. [Esta entrevista apareció publicada en la edición Nº 132, de la primera quincena de septiembre de 2012]
“La idea era mostrar todas las caras de la violencia, porque los medios transmiten una parte de ella, pero la marginación, la discriminación, la violencia económica, de género, toda esa violencia que está en el sistema, hay que sacarla a flote también y mostrarla como parte de los valores que el modelo plantea”.
Así presenta Marcelo, bajista del grupo, “El Manual de la Violencia”, primer disco de la banda argentina Sonora Insurgente. Un trabajo que aborda la complicada espiral de la violencia integrando música, textos y diseño. Musicalmente, rock mezclado con ritmos latinoamericanos, con ocho músicos en escena. Según su propia definición: “una banda en gira cumbiera, power y mestiza, de letras combativas, justicia social y resistencia. Que entretiene pero no distrae, de fiesta y rebelión”.
Textualmente, se incluye un libro de 50 páginas, con una serie de entrevistas que analizan las temáticas de cada canción. Participa gente como el escritor Osvaldo Bayer, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, representantes de las Madres de Plaza de Mayo, del EZLN de México y el MST de Brasil, y gente ligada a organizaciones de derechos humanos.
“Queríamos un disco conceptual. Por eso cuando planteamos el proyecto de entrevistar, coincidimos en que debíamos tener gente que hubiera vivido un episodio de violencia, como la hermana de Luciano Arruga o la gente de Mocase (Movimiento Campesino de Santiago del Estero). En esa tarea colaboraron los chicos de la comunitaria FM Fribuay, de un programa que se llama “La Patria de las Moscas”. Ellos fueron los encargados de buscar a las personas y explicarles la idea del disco-libro”, cuenta Marcelo.
-¿La inclusión de sonidos latinos también forma parte del trabajo conceptual, o venían mezclando desde antes?
-Marcos: “Ya veníamos haciendo fusión en la banda La Sota y Su Fiesta Pagana, pero siempre dentro del rock. Con Insurgentes sucedió el tema que encontrar la información y abarcar otros ritmos como joropo venezolano, festejo peruano, o tinku boliviano, estaba pensado antes de que estuvieran las canciones, o sea, lo hicimos para que tuviera una conceptualidad aún mayor y porque nos pareció interesante salpicar el disco de musicalidad latinoamericana, de una manera no purista sino a nuestra manera”.
-Casi todas las canciones son conceptos enlazados, “Atajo y Camino”, “Calle y Pueblo”, “Fe y Religión”…
-Marcos: “Eso también fue pensado, que los títulos jugaran en una balanza a ser antagónicos o no”.
-”Mentira y Rebelión” es precisa para el Chile actual.
-Marcos: “Es segunda vez que vamos. Fuimos en enero de este año, estuvimos 20 días, y bueno, hubo onda. Nuestra intención siempre fue volver. No es casualidad tampoco que lo hayamos elegido como nuestro primer viaje internacional. Fue pensado sobre todo por esta lucha que pudimos ver cuando estuvimos allí, el ejemplo de la juventud saliendo a la calle sin miedo después de tantos años de herencia pinochetista. Nosotros acá también hemos participado en tomas de colegios y en todas esas movidas donde hay que poner el cuerpo”.
-¿En qué nivel está la represión en Argentina?
-Marcelo: “Cuando viajamos es inevitable no comparar. En ese sentido, valoramos mucho a los estudiantes chilenos pues tienen un compromiso muy arraigado, quizás porque allá es más difícil expresarse en las calles. Nosotros quedamos con la boca abierta cuando vimos el nivel de represión por una protesta. Acá hay todos los días y claro, los niveles de represión no son tantos. Pero el sistema tiene otros métodos también y ahí entramos a debatir si tenemos un gobierno democrático, de derecha, o si se camuflan para acallar a los que no les conviene que griten”.
-Marcos: “Cuando reprimen, hay represión, sean mil o sea uno. Lamentablemente acá tenemos un montón de gente: Julio López y Luciano Arruga que siguen desaparecidos, Mariano Ferreyra que hace dos años lo asesinaron, Cristian Ferreyra del Mocase, Fuentealba de Neuquén…”.
-Marcelo: “Y esos son los más renombrados, que no pudieron tapar porque la gente salió a mostrarlos. Pero aquí mismo en La Matanza, dentro de las villas, hay pibes que los intentan hacer laburar para la policía, y como se resisten, terminan desaparecidos. Y en los barrios, por una cuestión cultural o de poco compromiso, ni siquiera se sabe lo que sucedió. Los hacen pasar por crímenes comunes, combates con la policía”.
-La vieja impunidad de siempre.
-Marcelo: “Es innegable que se han hecho cosas en Argentina por los derechos humanos, pero hay que mostrar todas las caras de la moneda y reconocer que hubo represión en la Avenida 9 de Julio cuando vino la gente de los pueblos originarios a reclamar por sus derechos, porque los están persiguiendo y matando para quitarles la tierra y dársela a las mineras. Eso también es una realidad, se apoya a empresas que van contra los pueblos originarios”.
-¿Piensan su música como una herramienta de contrainformación?
-Marcos: “Sí. Es una obligación, una de las más bellas, contar las cosas desde nuestro humilde punto de vista de banda independiente. Valoramos mucho la suerte de tener un micrófono para poder hablar por quienes no tienen la posibilidad de hacerlo”.
-¿Qué se viene para ustedes después del viaje a Chile?
-Marcos: “¡Volver a Chile de nuevo! (risas). Esperamos que los insurgentes de Chile vuelvan a querer que vayamos”.
Por Absalón Opazo
Sonora Insurgente en redes sociales
El Ciudadano Nº132, primera quincena septiembre 2012