El mural con basura reciclada más grande del mundo está situado en Venezuela y requirió el uso de más de 400 mil tapas plásticas de distinto tipo. La obra abarca 330 metros cuadrados y busca crear conciencia ecológica entre los habitantes de la ciudad de Guatire, Estado de Miranda.
El diseño corresponde al artista venezolano Óscar Olivares (25 años), y en su obra expresa la celebración de La Parranda de San Pedro, cuya festividad es popular en la zona. Asimismo, integra elementos del mundo natural y también rostros, cuyas figuras son recreadas mediante la técnica del puntillismo con tapas de botellas de gaseosas y envases de alimentos, medicinas y productos de aseo personal y limpieza.
Esta pieza de arte urbano, en términos del cuidado del medioambiente, impide que casi una tonelada de plástico llegue como basura al océano, cuyo peso representa el número de tapas recolectadas para la realización del mural. A su vez colaboraron cerca de 500 voluntarios en la elaboración, es decir, colocando tapas en el muro que está situado en la avenida Antonio Machado, cuyo sector es conocido como la recta de El Ingenio.
La inauguración del mural estaba prevista para principios de noviembre de este 2022, pero una “onda tropical” ha retrasado el evento, en cuyo lanzamiento se busca obtener oficialmente el récord Guinness como el más grande del mundo.
OTRAS OBRAS
Sin embargo, Olivares acumula otros murales de este tipo. Uno de estos, ubicado en una pequeña plaza del barrio caraqueño de El Hatillo, recuerda a diario a sus habitantes la importancia de salvar el planeta. Este mural fue erigido con el apoyo de la organización ambientalista local OkoSpiri y el Movimiento en la Arquitectura para el Futuro.
Además de las cuatro guacamayas y el araguaney en la composición, también están plasmados cuatro grandes girasoles, las montañas del parque nacional de El Ávila, que rodea la capital venezolana, y un grupo de edificios que se pierde entre una verde pradera y un cielo estrellado y con dos pequeños platillos voladores, elementos característicos del trabajo reciente del pintor.
En una arriesgada propuesta que se aleja de lo que fueron los orígenes del artista como ilustrador digital de superhéroes, Olivares recurrió a la técnica del puntillismo yuxtaponiendo decenas de miles de tapas, con sus colores originales, para darle forma y vitalidad a las diferentes figuras de la composición.
El mural, de 43 metros de largo y una altura que varía de los 3 a los 7 metros, está integrado por más de 200 mil tapas plásticas que aportaron miles de habitantes invitados a participar en el proyecto a través de las redes sociales.
La pequeña plaza de El Hatillo, que por años estuvo abandonada y se había convertido en un vertedero de basura, ahora ha resurgido gracias a la restauración de las áreas que realizó la alcaldía del municipio y la instalación del mural.
Obras de arte urbano de Olivares y la cantidad aproximada de tapas plásticas recicladas:
- Riyadh, Arabia Saudita: 15 mil
- La Grita, Venezuela: 20 mil
- París, Francia: mil 500
- Guatire, Venezuela: 400 mil
- El Hatillo, Venezuela: 200 mil
- Tulum, México: 100 mil
Finalmente, Olivares fue invitado a exponer en el Carrousel du Louvre (París, Francia), donde la obra fue adquirida por un coleccionista privado. Esta expresión es la obra comercial «Olivares» más valiosa, superando al «Spider-Man comiendo arepa» que se expuso en 2017 en el ArtExpo New York.
«La Noche Estrellada de Plástico se queda en París», señaló el autor en su Twitter.