Un «desastre de conservación» está dando de qué hablar en una zona de Guinea-Bissau, luego de encontrarse más de 600 buitres muertos, una cifra que llegó a 648 el 28 de febrero.
La Vulture Conservation Foundation (VCF) ofreció el reporte y los expertos dicen que el número sigue aumentando mientras no se haya determinado la causa de muerte de estos animales.
Al principio las autoridades sospechaban que era un caso de envenenamiento, pero hasta el momento no hay evidencia de esto.
Las muertes que se informan actualmente se han extendido por varias áreas de la provincia de Bafatá, en el centro-norte de Guinea-Bissau.
Preocupación ambiental
Los ambientalistas manifiestan preocupación debido a que el buitre encapuchado (Necrosyrtes monachus ) está en peligro crítico y parece ser la especie más afectada por lo que sea que esté causando esta muerte.
Mientras se determina la causa de estas repentinas y extrañas muertes de buitres, el VCF ha elogiado las acciones de los Ministerios de Salud Pública, Agricultura y Silvicultura, el Secretario de Estado de Medio Ambiente y el gobernador de Bafatá.
Las autoridades se han avocado rápidamente e incineraron los cadáveres de los buitres, ya que si se pudre no solo corre el riesgo de propagar la causa de la muerte, sino que podría amenazar la salud pública.
«Las autoridades hasta ahora han sido muy receptivas y han actuado rápidamente, esto debe mantenerse hasta que se encuentre la causa de la mortalidad», dijo José Tavares, director de VCF, en un comunicado.
Muerte reincidente
Según un estudio publicado en Conservation Letters, durante los años 90 al menos ocho especies de buitres encontradas en África vieron disminuir su número en un promedio de 62 por ciento.
De acuerdo con las cifras, siete especies habían caído más del 80 por ciento en el espacio de tres generaciones. Se cree que una combinación de comercio en el mercado de la medicina tradicional y veneno contribuye al 90 por ciento de las muertes de buitres.
Restore Species, una organización que trabaja para prevenir la extinción de animales, advierte que 11 de las 16 especies de buitres de África y Eurasia podrían desaparecer.
Las estadísticas citadas por la organización advierten que hasta 500 aves pueden morir por un cadáver de elefante envenenado.
Si bien los buitres han desarrollado una mala reputación gracias a su gusto por la carne podrida, las aves brindan un servicio ecológico: al comer los cadáveres de otros animales, eliminan las fuentes de ántrax, rabia y otras enfermedades que pueden ser dañinas para otras especies.
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