Por cuatro votos a favor, siete en contra y una abstención, la Comisión de Medioambiente de la Cámara de Diputados rechazó el proyecto que buscaba modificar las Leyes 20.380, sobre protección de animales, y 20.216, que establece normas en beneficio del circo chileno, para considerar como maltrato animal el rodeo y otras actividades (boletín 12113).
La iniciativa califica como maltrato hacia los animales la práctica del rodeo, las corridas de vaca, las jineteadas y cualquiera otra actividad recreativa que constituya una expresión de violencia y crueldad hacia los animales. Asimismo, el uso de animales en circos fijos e itinerantes.
El rechazo, de todas formas, no desanimó al autor del proyecto y presidente de la Comisión de Medioambiente, diputado Félix González (PEV), quien pedirá que el proyecto sea puesto en tabla, ya que estima que se trata de un debate que se debe dar en Chile.
“Este va hacer un informe negativo porque tiene más votos de rechazo que a favor. Sin embargo, es la Sala la que tiene que tomar la decisión. La buena noticia es que hay un proyecto y que está para pasar a la Sala. No nos vamos a poner de acuerdo probablemente con los diputados que votaron a favor del rodeo, porque ni siquiera nos ponemos de acuerdo en qué es violación a los DD.HH. y no nos hemos puesto de acuerdo tampoco en lo que es maltrato animal”, planteó el legislador.
En esa línea, el diputado Félix González estimó que, aquí, hay una pugna política, no de la politiquería, sino de política real donde los animalistas se tienen que juntar, votar en la próxima elección, ser candidatos y tener una bancada.
Los considerandos del texto legal, cuyo informe negativo sería visto próximamente en la Sala, indican que en el rodeo dos jinetes montados sobre caballos deben arrear y atajar a un novillo sometiéndolo a una situación estresante que les provoca miedo y dolor.
A su vez, sostiene que el estado de bienestar no existe en la vida de los animales que son exhibidos en los circos, puesto que son adiestrados para realizar conductas no naturales con métodos violentos y obligados a repetirlas a pesar de que les ocasionen dolencias físicas o psicológicas. Además, deben permanecer encerrados y convivir con otros animales con los que normalmente no lo hacen, provocándoles estrés crónico y otras alteraciones fisiológicas.
Fuente: Cámara de Diputados