El consultor político y periodista chileno, Patricio Mery Bell, permaneció por más de 24 horas retenido en contra de su voluntad en un hospital de España, por considerarlo sospechoso de presentar un cuadro de coronavirus COVID-19, a pesar de no haber recibido asistencia médica, ni habérsele practicado ningún examen o prueba de laboratorio para confirmar o descartar la enfermedad.
Durante la noche del sábado, Mery Bell acudió al Centro de Atención Primaria Manso de la ciudad de Barcelona, tras presentar estornudos, y en vez de ser atendido por el personal, fue aislado en una pequeña sala.
«En la noche del sábado me dirigí a un centro asistencial luego de presentar estornudos. Estuve hace 15 días en Italia dando charlas y seminarios de formación política y marketing digital y cuando llegué al centro dije que había estado allí y que presentaba estornudos y me dolía un poco la garganta. Pensé que me iban a hacer un examen rápido como el que hacen en el aeropuerto o en cualquier lugar, pero en cambio me hicieron entrar a un sala de atención, de la que no me dejaron salir», relató.
El periodista denunció que por más de 24 horas estuvo recluido en esa sala, que no cuenta con condiciones mínimas, ni baño, y que durante ese tiempo el personal médico no lo examinó ni le suministró agua ni alimentos.
«La sala debe tener tres por tres metros, es prácticamente una celda, con una cama muy incómoda, una camilla de asistencia y en la que no había baño para hacer mis necesidades (…) No me hicieron ningún examen del coronavirus , no recibí ningún tipo de alimentación, ni atención médica. Los médicos hablaban conmigo a una distancia de cuatro metros y me lanzaron una especie de frazada para pasar la noche y un paracetamol», explicó.
Adicional al aislamiento, a la violación de sus derechos humanos y a la falta de atención médica, Mery Bell fue amenazado con ser encarcelado.
Al pasar las horas y encontrase en la misma situación, el periodista decidió salir de la pequeña sala de atención en búsqueda de algún médico que lo atendiera y lo que obtuvo fue quedar «resguardado» por la Policía, sin poder moverse de la sala o estar en contacto con sus allegados.
«Por salir a buscar ayuda llevaron custodia policial y me amenazaron con detenerme si salía de la habitación», indicó.
Adicionalmente, cuando un grupo de ciudadanos ecuatorianos acudieron al hospital para preguntar por el estado de salud del periodista, fueron increpados y amenazados por las autoridades.
Psicosis por el coronavirus
Patricio Mery Bell denunció que de acuerdo a la experiencia vivida por él, el sistema de salud de España no está preparado para afrontar la epidemia del coronavirus.
«Esto es indigno, esto es una locura, no están preparados. Estoy viendo algo de realismo mágico, una persona retenida por estornudar. La psicosis colectiva por el coronavirus es de un nivel absurdo», manifestó.
Planteó que aunque la amenaza del coronavirus es real, es preciso afrontarla teniendo en cuenta su justa dimensión. «Es un virus que ataca con más fuerza a adultos mayores y niños. Yo soy un hombre sano, deportista, y solo estaba estornudando, sin presentar fiebre, ni dificultad para respirar, por lo que puede ser un resfriado leve», dijo.
Incluso, destacó que debido a la falta de un protocolo de atención, los médicos pusieron en riesgo su vida.
«¿Quién paga las consecuencias de lo que a mi me pase?. Como periodista tengo el deber de informar lo que está sucediendo y decirle al pueblo español que los centros de salud no tienen la capacidad de hacer el examen del coronavirus y no están preparados para hacerlo», condenó.
Mery Bell, quien fue asesor externo de la Vicepresidencia de Ecuador, durante la administración de Rafael Correa, ha sido víctima de persecución política e incluso ha recibido amenazas de muerte por publicar reportajes que denuncian las arbitrariedades y abusos cometidos por los gobiernos de Lenín Moreno en Ecuador y Sebastián Piñera en Chile. Por tal motivo se encuentra tramitando una solicitud de asilo político en España.
Finalmente, tras pasar 24 horas recluido, el periodista y consultor político chileno pudo abandonar el hospital de Barcelona. Lo más curioso es que salió del recinto sin haber sido atendido, ni ser sometido a una evaluación que descartara o confirmara si había sido contagiado por el virus.
«Fui al hospital por prevención y lo que obtuve fue la violación de mis derechos humanos. Estuve retenido solo por estornudar. Cuando salí del hospital e iba rumbo a casa me encontré con las cientos de miles de mujeres que marchaban este 8 de marzo, y debido a la negligencia del sistema de salud español, pude haberlas contagiado en el caso de tener coronavirus», relató.
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