La desidia e indiferencia de las autoridades no han permitido que la situación de las más de 3 millones mujeres indígenas en Perú cambie en los últimos años. En pleno siglo 21 muchas de ellas no son capaces de sostenerse económicamente y dependen solo de los ingresos del marido.
Según un informe de la defensoría del pueblo, el 73 % de las mujeres indígenas en edad de trabajar, es decir 7 de 10, no percibe una remuneración por sus labores, sean domésticas, agrícolas o ganaderas y esta situación las convierte en potenciales víctimas de violencia.
En efecto, las mujeres indígenas peruanas se encuentran en una condición de mayor desventaja para desarrollarse plenamente en comparación con sus pares hombres, incluso con las mujeres castellano hablantes. El dominio de una lengua indígena distinta al español por parte de mujeres, la falta de servicios, de infraestructura pública y de educación entre otros factores incide en que no puedan gozar de sus derechos fundamentales.
Todo forma parte de una cadena de desventajas para estas mujeres que terminan incluso sin participar en los procesos consulta previa con las autoridades, sólo el 25 % de ellas ocupan un lugar en las mesas de diálogo. Además, sólo el 5 % de mujeres indígenas logra ser jefe de una comunidad, en el 95 % de los casos el líder es un hombre y en la mayoría de estas comunidades no se escucha la voz de las mujeres.
Urgen políticas de igualdad de género en las comunidades indígenas, cuyos integrantes representan el 20,3 % de los peruanos. Sólo las mujeres indígenas equivalen al 10 % de la población. El correcto acceso a la educación podría ser el primer ladrillo para la construcción de una verdadera sociedad peruana inclusiva.
Cortesía de Aaron Rodríguez HispanTV
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