El sistema penitenciario federal de Argentina ha tomado medidas de prevención y de higiene para evitar la entrada del coronavirus a las cárceles, informó en una entrevista el procurador penitenciario de la nación, Francisco Mugnolo.
«El sistema se ha puesto en alerta, se han tomado medidas internas, como lo es la profundización del sistema de seguridad de salud y la limpieza de lugares comunes», señaló el director de la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN), un ente descentralizado y autónomo de los tres poderes del Estado.
Un total de 13.982 presos cumplen condena en los 33 establecimientos del sistema penitenciario federal, cuya capacidad máxima es de 12.694 plazas, por lo que la sobrepoblación alcanza 10,1%, de acuerdo a las estadísticas del organismo.
El hacinamiento de la población carcelaria, uno de los problemas que arrastra el sistema federal, haría muy grave el ingreso del nuevo coronavirus, reconoció Mugnolo.
«Sería peligroso que hubiera una situación [de contagio] dentro de una unidad penitenciaria, pues algunas albergan más de mil personas», reveló el director de la Procuración.
Sin embargo, el funcionario dijo que «el problema del coronavirus no está dentro de las cárceles, sino afuera».
Como organismo de control, la Procuración Penitenciaria ha pedido que se informe del protocolo específico que se está aplicando en los centros penitenciarios federales tanto al director de Servicio Penitenciario Federal como al Ministerio de Justicia.
«Nosotros tenemos esta tarea de auditar», señaló Mugnolo, quien añadió: «si lo hacen bien o mal no lo sabemos».
Otro asunto que debe ser supervisado son las visitas de familiares y amigos, puntualizó el director de la PPN.
«Se han establecido algunas medidas de seguridad, pero en realidad no hay una cuestión comprobable de lo que pueden traer las visitas, no hay un equipamiento para prevenir esta situación, así que la situación es delicada, porque el virus tiene un poder de reproducción extraordinario», explicó.
En ese sentido, «hay que tener cuidados con las visitas y los síntomas que se pueden presentar, por eso el sistema de salud está alerta», informó Mugnolo.
Caso particular
Una situación particular se presentó en el sistema federal al ser detenidas por tráfico de estupefacientes tres personas de origen chileno que provenían de Europa.
«Las fuerzas de seguridad lograron desbaratarlos y aprehender a los dos varones y a la mujer que estaban aquí», relató Mugnolo.
En un primer momento, los detenidos fueron recluidos en una unidad de recepción en la que habían sido alojados otros internos, «con lo cual era el lugar menos indicado para mandar a alguien, porque no sabíamos si estaban o no infectados, al provenir del exterior», indicó el procurador.
Entonces «se puso el grito en el cielo y los trasladaron a otra unidad y los aislaron; incluso nos llamaron para que interviniéramos respecto del tratamiento del problema», añadió.
Hasta el momento la Procuración no tiene noticias de que alguno de los chilenos haya comenzado algún tratamiento o se haya comprobado si se enfermaron de COVID-19.
Condiciones generales
Dentro del sistema federal, «los problemas de salud y de higiene se llevan con relativo cuidado, pues en todas las cárceles hay un grupo de medicina, aunque a veces la situación que viven los presos son lamentables», admitió Mugnolo.
En general se tiene poco cuidado en la limpieza y en la adopción de otras medidas de prevención, agregó el procurador.
«Hay un sistema de salud oficial organizado y dentro del servicio penitenciario hay médicos, paramédicos, y un servicio de salud pública externo a la cárcel que atiende las urgencias», detalló.
Pero que haya personal médico a disposición no significa que funcione en todos los establecimientos del mismo modo, reconoció Mugnolo.
«El sistema está armado, en todos los lugares se están toman medidas de prevención, y podemos decir que la situación está bajo cierto control, siempre con visos de prevención», resumió el director de la Procuración.
El presidente Alberto Fernández anunció el 15 de marzo el cierre de fronteras hasta el 31 de marzo, ante el aumento de casos en los países limítrofes.
El Ejecutivo también ordenó la suspensión de cualquier espectáculo cultural o artístico y de toda actividad prescindible, el cierre de todos los parques nacionales y la licencia para las personas mayores de 60 años.
Hasta el momento el Ministerio de Salud ha confirmado 79 casos de COVID-19, mientras que se registran dos personas fallecidas a causa del patógeno.
A finales de 2019, China informó de un brote de neumonía en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei (sudeste), causado por una nueva cepa de coronavirus, Sars Cov-2.
Cortesía de Sputnik