Los restos datan de aproximadamente 555 millones de años y se hallaron en la región australiana de Nilpena
Agencia Sputnik.- Un equipo de científicos encontró en unos fósiles lo que parece ser el antepasado común de todos los animales, incluido el ser humano. Este descubrimiento es muy importante porque prueba que los seres bilaterales tales y como los conocemos se desarrollaron mucho antes de la llamada explosión cámbrica.
La criatura fue descubierta en unos fósiles encontrados en la región australiana de Nilpena y estudiados por un grupo de geólogos de la Universidad de California (EE. UU.). La llamaron Ikaria wariootia y se cree que es el primer antepasado de todos los animales bilaterales.
Los bilaterales (bilateria) son los animales con simetría bilateral, por la cual el organismo es simétrico respecto a un plano que divide el cuerpo en dos mitades casi idénticas. El desarrollo de este tipo de simetría marca un momento clave en la evolución de la vida en la Tierra ya que permitió la formación de un eje central alrededor del cual se formarían la mayoría de los animales: desde gusanos hasta insectos, desde dinosaurios hasta humanos.
Los restos del Ikaria fueron encontrados en unos fósiles que datan de aproximadamente 555 millones de años, lo que ubica a la criatura en el período Ediacárico (635-539 millones de años).
Esto prueba que la bilateria apareció mucho antes de la llamada explosión cámbrica unos 535 millones de años, cuando la diversidad de organismos multicelulares se disparó vertiginosamente y la vida ocupó definitivamente el planeta.
«Pensamos que estos animales deberían haber existido durante este intervalo, pero siempre entendimos que serían difíciles de reconocer. Una vez que tuvimos los escaneos 3D, supimos que habíamos hecho un descubrimiento importante», compartió Scott Evans, coautor de la investigación publicada en la revista científica PNAS.
Para encontrarlo, los científicos utilizaron un escáner láser tridimensional que reveló la forma regular y consistente de un cuerpo cilíndrico con una cabeza y cola distintas y una musculatura ligeramente estriada. Este ejemplar de Ikaria wariootia medía entre dos y siete milímetros de largo y entre uno y dos y medio milímetros de ancho. Algo así como un grano de arroz.
A pesar de su forma relativamente simple, el pequeño animal era complejo en comparación con otros fósiles de este período. De hecho, se trata de las huellas más antiguas de un animal con capacidad motriz procedentes del Ediacárico.
Su nombre hace homenaje a los primeros habitantes de la isla: Ikaria significa «lugar de encuentro» en la lengua de los aborígenes australianos Adnyamathanha y Warioota hace referencia a una formación montañosa que conduce a Nilpena.
Los primeros organismos multicelulares, como esponjas y esteras de algas, tenían formas variables y ya existían para ese entonces. Sin embargo, la mayoría no está directamente relacionada con los animales actuales.
Los biólogos evolutivos que estudian la genética de los animales modernos ya habían predicho que el ancestro más antiguo de todos los bilaterales habría sido simple y pequeño, con órganos sensoriales rudimentarios. Se pensó que preservar e identificar los restos fosilizados de tal animal era difícil, si no imposible. Es por eso por lo que el descubrimiento de este pequeño animal supone un importante hito en la ciencia evolutiva.