El COVID-19 ha tenido un catastrófico efecto sobre la economía y el mercado laboral. En América Latina y el Caribe, la pandemia ha causado la pérdida de 5, 7% de las horas de trabajo en el segundo trimestre de este año, lo que equivale a 14 millones de trabajadores a tiempo completo.
Así lo reveló un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre “El COVID-19 y el mundo del trabajo”, que incluye información regional y sectorial para comenzar a medir el tamaño del gran desafío que planteará la crisis del mundo del trabajo.
“Estamos ante una destrucción masiva de empleos, y esto plantea un desafío de magnitudes sin precedentes en los mercados laborales de América Latina y el Caribe”, dijo el director regional de la OIT, Vinicius Pinheiro.
“Desde ahora sabemos que al mismo tiempo que se supera la emergencia sanitaria deberemos enfrentar una verdadera reconstrucción de nuestros mercados de trabajo”, subrayó.
En América Latina y el Caribe más de 50% de todos los trabajadores se desempeñan justamente en los sectores más expuestos a una crisis como son los de comercio y servicios, tal y como reseñó el último informe Panorama Laboral de la región, que fue presentado el pasado enero antes que se iniciara el contagio global del Covid-19.
«La pandemia afecta en forma especial a sectores que generan gran cantidad de puestos laborales en la región, como son comercio y servicios», indicó Pinheiro.
El representante de la OIT destacó que existe particular preocupación por el empleo de las mujeres, «que podrían resultar más afectadas porque están sobrerrepresentadas en los sectores de salud, turismo y servicios».
Asimismo, advirtió que la crisis sobre el turismo tendrá un impacto mayor sobre la región del Caribe, que es altamente dependiente de los empleos e ingresos generados por este sector.
El informe de la OIT planteó que en estos sectores muchas personas están empleadas en trabajos mal remunerados, de baja calificación, donde una pérdida imprevista de ingreso tiene consecuencias devastadoras.
También advirtió que los países con niveles de informalidad alta enfrentan desafíos adicionales, tanto sanitarios como económicos, incluyendo la falta de cobertura en seguridad social.
Por tal motivo, es preocupante la situación de América Latina y el Caribe, cuya tasa de informalidad es de 53%, lo cual afecta a más de 140 millones de hombres y mujeres en el trabajo.
Al respecto, Pinheiro expresó que “los países de la región van a necesitar de medidas ambiciosas de preservación de los empleos, fomento a las empresas y protección a los ingresos para salir de la terapia intensiva”.
Señaló que “para lograr mejores resultados, y dar sostenibilidad política a las medidas, es necesario contar con estrategias que tengan respaldo y sean producto del consenso, es crucial encontrar vías para hacer realidad un diálogo social en cual participen los representantes del Gobierno, así como los de las organizaciones de empleadores y de trabajadores”.
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