Por Patricio Olavarría R. / “Quedó de manifiesto que no existe oposición en el Congreso” dice la Diputada Humanista quien se refiere a los entretelones y las “desinteligencias” que terminaron con Diego Paulsen (RN), a quien califica como “Delfín de Piñera”, en la presidencia de la Cámara de Diputados y a Francisco Undurraga (Evopoli) en la vicepresidencia primera. La parlamentaria humanista en su estilo directo hace una reflexión política sobre cómo los opositores pueden enfrentar el futuro escenario político y electoral frente al gobierno y la derecha. Está convencida de que el único camino es con la más amplia unidad de la oposición, con una mirada de futuro común y de frente a la ciudadanía.
– Diputada, cuál es su análisis de lo ocurrido en la elección de la Mesa de la Cámara en que la Derecha ganó la presidencia para Diego Paulsen de RN, y la primera vicepresidencia para Francisco Undurraga de Evopoli?
– Es un gol de media cancha que metió la Derecha, con una meticulosa operación política, que deja al descubierto el estado lamentable de la llamada “oposición”. Se ha dicho que fue un resultado inesperado, sorpresivo, pero no es así, puesto que todos lo sabíamos hace un mes. La DC y el PC fueron advertidos en todos los tonos -privada y públicamente- de que sus candidatos no contaban con los votos y que perderían. Y si ellos perdían, la Derecha ganaba. Fue una irresponsabilidad de ellos, en primer lugar, insistir con esos nombres, jugados en pasar máquina, en vez de negociar una estrategia conjunta, de consenso y unitaria. Eso concedió a la Derecha un mes para planificar y ejecutar, sobre la base de las debilidades, torpezas y traiciones de esta entelequia que llamamos “la oposición”.
– ¿Usted considera que no hay oposición en el Congreso?
– Más que oposición hay dispersión. Hay una ex Nueva Mayoría descompuesta, sin proyecto político, desesperada por conservar ciertos privilegios, atomizada, dividida. Hay un Frente Amplio que ha perdido el norte, que se ha plegado a algunas de las malas prácticas que denunciaba, también dividido y crecientemente desprestigiado. Y hay una DC que imperdonablemente ha servido sistemáticamente al gobierno. Entonces, no podemos hablar de oposición cuando hay sectores de ella que salvaron a Piñera en medio del levantamiento social de Octubre.
– Dice usted que ganar la Mesa fue una operación largamente planificada por la Derecha ¿Cómo y por quiénes exactamente?
– Fuad Chahín negoció a dos bandas. Por un lado exigía el cumplimiento de un “acuerdo de administración” a la “oposición” que se cayó a pedazos por no tener sustento político. Y por debajo negociaba el apoyo oficialista a Gabriel Silber, a cambio del respaldo DC a Francisco Undurraga en la primera vicepresidencia. Es decir, la DC entregó a Karol Cariola. Y no fue lo único que entregó Chahín.
– ¿Qué más?
– En esas conversaciones -en que intervino el propio Diego Paulsen por RN, y también Guillermo Ramírez, por la UDI- la Derecha pidió además las presidencias de variadas comisiones: Constitución, Salud, Minería, Cultura y Hacienda.
– Tanto Silber como Chahín responsabilizaron al Frente Amplio. ¿Usted los exime de responsabilidad?
– Chahín tendría que partir por explicar sus propias desinteligencias antes de señalar a otros. Es un principio básico de la ética y del buen gusto.
– Pero Chahín dice que no hubo tal negociación con la Derecha, lo niega.
– En realidad él mismo confesó en radio Cooperativa que negoció con la Derecha. Y Mario Desbordes afirma que hubo un acuerdo secreto, no una posibilidad de acuerdo, sino un acuerdo político de apoyar ellos a Silber a cambio de votos para Undurraga, en desmedro de Cariola. Dice además que la DC calculó mal sus votos en la segunda vuelta. Y el resultado es el que todos conocemos.
– Karol Cariola interpretó el resultado como “un veto político al Partido Comunista de Chile y también de género ya que era la única mujer que postulaba a la mesa”.
En su caso, el hecho material más incidente fue la ausencia de dos diputados comunistas que no se presentaron a votar ese día. No creo que haya habido allí un veto político ni de género de parte de sus propios compañeros. Más bien se trata de otra desinteligencia lamentable de la que sacó provecho el gobierno.
– Qué intervención tuvo el Gobierno en esta elección de la Mesa?
– Ocurrió la paradoja de que un gobierno que está en el suelo fue protagónico y salió triunfante en este capítulo. Y eso se debe a la torpeza de Fuad Chahín y la dispersión de la ex Nueva Mayoría, frente a la habilidad política del Subsecretario Juan José Ossa, de la Secretaría General de la Presidencia, hábil político sobre el que sugiero poner atención.
– ¿Entonces no fue el Ministro de la Segpres Felipe Ward el cerebro de esta operación, sino que Ossa?
– Por supuesto que Ward tuvo una participación en esto, de hecho Karol Cariola se paseó por el hemiciclo junto a Felipe Ward la semana anterior a la elección, reuniendo votos para proyectos de Piñera. En ese minuto, los candidatos de la oposición estaban haciendo buena letra con el gobierno. Y a su vez la DC negociaba con el gobierno.
– Cuál fue entonces el rol de Juan José Ossa?
– Ossa imaginó y llevó a la práctica una táctica escalonada. Primero sondeó que Undurraga le ganara a Cariola, abriendo la negociación con Fuad Chaín. Ya tenía a la DC negociando a dos bandas. Supo que a Silber le faltaban votos. Ya la diputada PPD Andrea Parra y el radical, Alexis Sepúlveda, habían retirado su votación. Pero además, ese día el PC y la DC no llevaron a votar a todos sus diputados. Es decir, Ossa contó con la seguidilla de torpezas políticas de su contraparte y los hizo cometer un error de cálculo entre la primera y la segunda vuelta. En medio de esas dos votaciones, la DC termina sorpresivamente su acuerdo con la Derecha y deja el campo abierto para que la Derecha completa vote por Paulsen.
– ¿O sea Fuad Chaín traicionó a los comunistas y después traicionó a la derecha?
-De alguna manera es así, calculó mal y perdió por dos votos. Patético ¡Imagínate! el gobierno en su peor momento logra hacerse de algo que era absolutamente imposible hace seis meses atrás, que es la presidencia y la vicepresidencia de la cámara.
-¿Y qué caracteriza a los nuevos presidente y vicepresidente de la Cámara?
– Es probable que la gestión de esta Mesa sea menos derechista que la encabezada por Iván Flores. El diputado Francisco Undurraga, es alguien democrático, decente y respetuoso de los DDHH. Nunca voy a olvidar que cuando Urrutia insultó a las víctimas de violaciones a los derechos humanos en pleno hemiciclo, yo me paré a increpar a Urrutia y la “Oposición” se quedó sentadita, Undurraga se levantó y se retiró de la sala indignado en protesta por esa agresión. Espero más de él que de muchos opositores.
– ¿Y qué me puede decir del nuevo presidente de la cámara, el diputado Diego Paulsen?
– Diego Paulsen es el delfín de Piñera. Estuvo en la lista de todos los cambios de gabinete de este gobierno y prefirieron que siguiera en la Cámara. Esto es importante dejarlo claro, porque a la derecha le gusta decir que esta elección fue casual pero no fue así. Paulsen fue elegido meticulosamente porque es el que mejor podía unificar a la Derecha. Además, es joven, 32 años, temucano, es bastante de derecha, muy conservador dentro de Renovación Nacional, pero no va a poder ejercer esas inclinaciones.
– ¿Por qué dice eso?
– Creo que Paulsen no tiene alternativa: tendrá que hacer una gestión que de garantías a los sectores que no son de gobierno porque no puede dar espacio a la censura de la Mesa. Entonces, creo que tendrá que fiscalizar con celo a las autoridades y se jugará por recuperar prestigio para el Congreso.
– ¿Y cómo queda el ambiente en la oposición después de esta derrota, estas traiciones y este resultado?
-Primero, hay que asumir que la elección fue democrática. No es argumento para censurarla el que Fuad Chahín haya hecho todo mal. Segundo, estimo imposible una gestión más servil a Piñera que la de Iván Flores. Habría que hacer grandes esfuerzos, incluso militando en partidos de gobierno, para lograr equipararlo.
– ¿En qué basa esa evaluación de Iván Flores?
– Es un hecho público que, en pleno estallido social, el presidente de la cámara, Iván Flores, se dedicó a hacerle la pega a Piñera y que propició el sombrío “Acuerdo de Paz”. En la comisión de Constitución, otro DC, Matías Walker, lo acompañó presuroso en el salvataje de Piñera.
– ¿Queda muy mal aspectada la oposición entonces?
– Quedó de manifiesto que no existe oposición unida ni coherente en el Congreso porque la Democracia Cristiana ha trabajado incansablemente para la derecha durante dos años. El resto de la ex Nueva Mayoría y de lo que era el Frente Amplio, ya están lo suficientemente desgastados, atomizados, separados como para generar una situación plausible de oposición parlamentaria. Parece evidente que la posibilidad de censurar a la Mesa requeriría un acuerdo político unitario de la oposición, pero ese acuerdo aún no existe. Peor aún, no veo una voluntad política real de implementar ese acuerdo, solo veo subterfugios y pasadas de máquina de quienes intentan imponer el partido del orden.
– ¿Cree usted que próximamente se va a censurar la Mesa?
– Ayer prosperó un intento de la DC para hacer una modificación reglamentaria para que la elección de la Mesa no sea con voto secreto. Con mucho esfuerzo, el decé Matías Walker, logró que la Comisión de Constitución aprobara en general un proyecto con ese objetivo, para luego censurar a la actual mesa y forzar a una nueva elección con el comisariato político vigilando la votación. Me parece que esa maniobra busca eludir el problema de fondo que es la necesidad de un verdadero acuerdo político de la oposición. Además de que no hay argumento para la censura, tampoco tiene sentido censurar a la Mesa actual si no está claro cómo podremos continuar.
– Saliendo del Congreso y pasando a un plano más general de mirada país ¿Cuál le parece a usted qué debería ser entonces la estrategia de la oposición en adelante?
– Como sea, hay que avanzar! La oposición debe hacer de tripas corazón y poner freno a las políticas que impulsa la derecha y a la ineptitud e indolencia de Piñera. Más aún en estos dramáticos momentos de crisis sanitaria. No podemos permitir que se sigan fortaleciendo medidas que se orientan solo a profundizar aún más un modelo de desarrollo que ha llevado a Chile a ser uno de los países más desiguales del mundo. Es injusto, cruel y absurdo.
– ¿Cómo se pueden reconstruir las confianzas después de todo esto?
– El desafío de una verdadera oposición es recuperar la confianza de la ciudadanía y actualizar las propuestas programáticas a través de un diálogo abierto y claro de cara a la gente, con la gente. Necesitamos reafirmar las respectivas identidades de cada organización partidaria y competir de manera democrática. Esta es la forma de levantar una oposición con liderazgos y con amplia representación ciudadana.
– Y cómo ve usted el futuro escenario electoral desde esta perspectiva.
– Las próximas elecciones presidenciales de noviembre 2021 y, antes, la elección de alcaldes, concejales, convencionales constituyentes y gobernadores de abril 2021 nos ponen ante un desafío complejo pero ineludible. Estamos frente a elecciones que son decisivas. Como mayoría democrática debemos articularnos y ganar en estos procesos junto a la gente. Sabemos bien que las elecciones de abril serán un indicador que marcará la pauta de la elección parlamentaria y de la presidencial. Avanzar en alcaldes, concejales, convencionales constituyentes y gobernadores será clave para fortalecernos políticamente y arraigar fuerzas en los diversos territorios de nuestro país.
– Y qué deberían hacer como oposición a su juicio para lograr este objetivo
– Hay que construir una estrategia visionaria para ganar la elección presidencial. No podemos dejar pasar este momento crucial al que nos enfrentamos sin abordarlo eficazmente, con la gente y unidos. Es obvio que la derecha defenderá los resultados de las elecciones municipales del año 2016 y tratará de mejorarlos. Si como oposición estamos dispersos y desunidos no contaremos con el apoyo de las mayorías. Piensa que hoy la agenda mediática se centra en gran medida en la presencia de alcaldes de derecha, obviamente que ellos están capitalizando la crisis social y sanitaria que vive el país. Además, con el aplazamiento de la elección municipal, les regalamos a estos alcaldes un mayor tiempo para desarrollar sus campañas, las que ya están a toda máquina.
– Con la oposición dividida, la derecha incluso podría mejorar su performance?
– Según los análisis, si repitiéramos los datos de la elección parlamentaria con candidaturas a alcaldes y a gobernadores de lo que fue el Frente Amplio y de lo que fue la Nueva Mayoría, ahora divididos, la derecha tendría un resultado mejor que en 2016. Y si la dispersión fuera similar a la de las listas parlamentarias de oposición, el resultado en alcaldes sería más catastrófico aún.
– Cuál sería el camino entonces desde la perspectiva electoral
– El único camino posible es un pacto de primarias abiertas, y entregar así genuinamente la decisión a la ciudadanía de cada comuna y región para que elija el sector político, partido y candidato o candidata de oposición que mejor le parezca. Un pacto opositor amplio de primarias permitirá enfrentar a la derecha con una sola candidatura en cada comuna y en cada región, aumentando significativamente nuestras opciones.
– Pero usted cree que será posible pasar de una política de cúpulas a una más abierta y participativa
– Es que no nos queda otra. Lo que sucede es que con las direcciones de los partidos políticos agrupados en pactos intentando construir toda suerte de arreglos por omisión, solo agudizaremos la desconfianza de los ciudadanos, tal como sucedió con el cupular “Acuerdo por La Paz” que terminó por atomizar y debilitar aún más a la izquierda.
– En el plano municipal, las elecciones de Concejales son decisivas también, cuál sería la opción?
– Bueno, la identidad diferenciada de los distintos sectores y partidos y su competencia por el liderazgo opositor se mantiene vigente y se expresará en la elección de concejales, donde cada sector político resolverá soberanamente cuántas listas de candidatos y candidatas inscriben ante el Servel.
Y en las de alcaldes, mira, si competimos separados tenemos muy pocas posibilidades de ganar comunas gobernadas hoy por la derecha. A manos de la derecha unida, incluso corremos el riesgo de perder algunas de las comunas gobernadas por alcaldes de la oposición hoy día. En cambio, si hacemos primarias abiertas en todas las comunas y enfrentamos la elección de alcalde con una sola candidatura de toda la oposición, aseguramos la elección en la gran mayoría de las comunas que gobiernan hoy alcaldes de oposición y podemos aspirar a ganar algunas de las gobernadas hoy por la derecha, particularmente grandes comunas urbanas.