Tras el desarrollo de la denominada por la Organización Mundial de la Salud como pandemia de la Covid-19, son muchas las teorías que han surgido del dónde se inició el bio-virus que está actuando letalmente sobre la población mundial. Ciertamente, hay un eje que se mueve en torno a las guerras bacteriológicas, la reducción de la población y el control de los sobrevivientes.
No es una teoría de la conspiración como quieren hacer creer los oficiosos periodistas repetidores de la basura que promueven los medios oficiales, ni mucho menos la masa común que no sólo no argumenta ni arguye ideas más allá, sino que no abren espacios para la duda, huequito magnífico donde hay mucho más que razonar que en la lógica cotidiana.
Lo obvio, y que no debe darnos espacios sino para certezas, que este coronavirus (familia cercana del virus del SARS mutado con el VIH), es un plan muy bien desarrollado por los gobiernos de facto del mundo (banqueros y monarcas principalmente), ese poder que es denominado Nuevo Orden Mundial y al que muchos creen sólo existe en las películas o libros de ciencia ficción. Quiero aquí hacer hincapié en que ese Nuevo Orden Mundial tiene nombre y apellido y un amplio funcionamiento y desarrollo a través de bancos, organizaciones multilaterales, empresas farmacológicas, clubes y grupos de países poderosos.
Veamos: el 18 de octubre del año pasado, se realiza en la ciudad de Nueva York una reunión planificada por el Instituto John Hopkins, la Fundación Bill y Melinda Gates y el Foro Económico Mundial, donde estuvieron presentes representantes de las farmacéuticas estadounidenses, miembros de la salud pública de ese país, líderes gubernamentales y expertos militares. Allí el ex magnate de Microsoft, Bill Gates, presentó un simulacro de guerra bacteriológica al que denominó “Evento 201”. Este simulacro, que duró 5 horas, planteaba la idea de un virus que se expandía rápidamente por la población de América del Sur (con Brasil como punto de partida) y de allí pasaba al resto del Planeta, acabando con buena parte de la humanidad. La idea del simulacro era sencilla: ver las capacidades de respuesta de los gobiernos mundiales ante una pandemia. En la simulación fallecieron 65 millones de personas en 18 meses. El virus en el simulacro de Nueva York fue llamado nCovid-19.
En ese mismo
evento Bill Gates
propuso a los
participantes cómo los
gobiernos y organizaciones internacionales y
las empresas deben
planificar el uso
de sus capacidades corporativas esenciales
durante una pandemia
de gran escala,
industria farmacéutica,
gobiernos nacionales y organizaciones internacionales deberán trabajar juntos para mejorar existencias de
contramedidas médicas, cómo
países, organizaciones internacionales y compañías de
transporte globales deberían
trabajar juntas para
sostener vuelos internacionales comerciales
y el comercio
durante la pandemia,
así como proporcionar recursos y apoyo para el
desarrollo y fabricación de vacunas, terapias y diagnósticos, en tanto el
sector privado y los gobiernos del mundo debían asignar mayor prioridad al
desarrollo de métodos para combatir información errónea. Cabe acotar que el
mismo Bill Gates se cansó de
repetir a su audiencia que de ninguna manera el Evento 201 era una predicción. Nota importante: ningún representante de China fue invitado al simulacro.
No todo se queda allí. Si por un lado se generaba la simulación del Evento 201, ese mismo día se inauguraba en Wuhan, provincia de Hubei, en China, una edición de los Juegos Mundiales Militares que finalizaría el 27 de Octubre. El pentágono que sabe mucho de tácticas y estrategias (no en vano es la primera potencia guerrerista) envió 17 equipos con más de 280 atletas a dichos juegos. En medio de los mismos, 5 atletas militares fueron hospitalizados por una infección respiratoria no identificada.
Este dato pasaría sin sospechas si acaso la certeza de la duda no rondase en nuestras cabezas, sobre todo y tomando en cuenta que en el ámbito militar, y principalmente el de inteligencia y contrainteligencia, ninguna información puede ser obviada. A menos que seamos parte de la masa imbécil que tanto creen los aristócratas que somos. El coronavirus de la Covid-19 (como ahora se le conoce), no tardaría en aparecer.
Sobre lo que sabemos de esta enfermedad respiratoria es bastante poco, pues los oficiosos medios de información solo dan detalles de los datos básicos que debemos saber y las medidas preventivas a tomar para no infectarnos. He allí el trabajo muy certero de prevención tras el ocultamiento de la verdad por parte de la OMS.
Los primeros casos detectados de coronavirus en Wuhan datan del 31 de Diciembre, rápidamente los laboratorios vinculados al Instituto John Hopkins y la Fundación Bill y Melinda Gates procuraron todo el contencioso administrativo para que fuesen aprobadas otras patentes de cura de este nuevo coronavirus que desde el año 2015 habían iniciado registro.
¿Un nuevo coronavirus de la cual ya existía una solicitud de patente desde años antes? Sí. La fundación Bill y Melinda Gates, la OMS, la Casa Real Británica y la Comisión Europea son benefactores del Instituto Pirbright, quienes poseen laboratorios de bio-seguridad nivel 4 (Bio Security Level 4) en China, a apenas 20 millas de donde se inició el brote del coronavirus. Este laboratorio BSL 4 es del más alto nivel de riesgo biológico y está calificado para manejar los
‘’patógenos más peligrosos del mundo’’, es el primero de su tipo en China, fue el que inició los trámites para la patente de esta enfermedad el 19 de Julio del año 2015 y ya el 20 de Noviembre del 2018 contaba con la patente aprobada.
Para el 7 de enero este coronavirus había sido nombrado oficialmente por la OMS como 2019- nCov, exactamente el mismo nombre que el adoptado en el ejercicio de simulación de Gates.
Tras 14 días de este bio-virus y tras iniciarse el Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, se aprueba una vacuna contra el 2019-nCov, tan sólo dos semanas después de dársele oficialmente el nombre a la enfermedad respiratoria y apenas una semana antes de ser oficializada la emergencia de salud pública mundial por la OMS (30 de Enero).
Es más que casual que ese mismo 21 de Enero se desarrollaba
paralelamente en Ginebra, una reunión del Comité de Emergencia de la ONU.
Demasiadas casualidades en la vieja Suiza que siempre ha
querido pasar inadvertida
y que es
país sede de
los principales organismos multilaterales y cuna del blanqueo
de capitales, donde aún se respeta el secreto bancario, y que sirve de modelo
para los países que sueñan con ser del primer mundo.
Pero como era demasiado evidente la coincidencia entre el nombre del coronavirus dado por la OMS y el del simulacro de Bill Gates en Nueva York, el acrónimo nCov-2019 es cambiado oficialmente a Covid-19. Las matemáticas no fallan: el orden de los factores no altera el producto, en este caso, el simulacro hecho real.
El penúltimo día del mes bisiesto, la OMS anuncia una campaña masiva de vacunación, con la participación de la Fundación Bill y Melinda Gates, Glaxo Smith Kline, entre otros. Es decir, los mismos intereses y fundaciones corporativas que participaron en el ejercicio de simulación en el Instituto John Hopkins el 18 de Octubre del 2019, se convirtieron en actores reales involucrados en brindar su apoyo en la implementación de la emergencia de salud pública anunciada por la OMS. Hay un eterno retorno que incluso para los más incautos es demasiado evidente. Desde ese mismo día, los poderes supranacionales que operan desde las sombras, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, anunciaron su disposición con fondos mil millonarios para establecer fondos de salud y ayuda a los países que así solicitasen su colaboración
Distintas voces han empezado a dilucidar lo que a toda vista se proyecta como una gran estafa global, no sólo en términos económicos, contribuyendo al saqueo de las naciones, sino a la toma de pelo de la gente común.
Un ex-analista de la National Security Agency reportó que el Covid-19 fue hecho por humanos. Desde la página experta en biología biondt.org, varios científicos publicaron un artículo bastante extenso de cómo el coronavirus fue diseñado con ‘’proteínas estructurales claves entre sí’’ que identifican ‘’cuatro insertos de secuencias de aminoácidos homólogos a las secuencias de aminoácidos en el VIH-1’’. Los estudios del profesor Michel Chossudovsky, aparecidos en la Global Research, van en ese mismo ámbito, al igual que el de varios científicos hindúes del Instituto de Tecnología Acharya Narendra Deva College y la Universidad de Delhi, quienes publicaron un estudio bajo el título ‘’Una asombrosa similitud de nuevos insertos en la proteína de pico 2019-nCov al VIH-1’’. La Dra. Judy Mikovits, PhD, bióloga molecular y ex- investigadora del Instituto Nacional del Cáncer en EEUU, denunció en el pasado, virus contaminantes que se usan en las vacunas humanas. Se negó a renunciar a sus estudios sobre estos casos, fue despedida y arrestada en el año 2011. Mikovits asevera sobre este nuevo coronavirus que ‘’es parte de la plaga de la corrupción‘’. Ha sido justamente Robert Kennedy Jr. quien ha venido denunciando este tipo de hechos en la que están inmiscuidos los lobbies farmacéuticos en la OMS.
Podemos sacar datos
de este ex-senador,
quien es el
actual presidente de
la Fundación Children’s Health
Defense, el cual en un artículo del 30 de Marzo titulado ‘’Agenda Globalista de
vacunas de Gates: un beneficio mutuo par la vacunación farmacéutica y
obligatoria’’, afirma que fue el mismo señor Gates quien en el 2017 salió con
las tablas en la cabeza de la India al
haber impuesto una campaña de vacunación contra la poliomelitis cuando tomó el
control del Grupo Nacional Técnico
Asesor sobre Inmunización (NTAGI,
por sus siglas
en inglés), provocando una
epidemia de parálisis flácida aguda sin polio que paralizó a casi medio millón
de niños hindúes menores de 5 años. Ese mismo año la misma OMS admitió de mala
gana que sí, la explosión
mundial de poliomelitis
que se dio
fue predominantemente una
cepa de vacuna. El Congo,
Afganistán y Filipinas tuvieron los principales casos de esta enfermedad, y
los mismos estudios de la OMS indican que el 70% de los casos mundiales provienen de una cepa de vacuna.
Así, las vacunas contra la meningitis, el VPH, y otras, son de uso obligatorio para las poblaciones del tercer mundo, las cuales en naciones como Kenia han causado un alto índice de esterilización química, reconocido por la Asociación de Doctores de ese país.
Luego de negar los cargos, la misma OMS admitió que había estado desarrollando dichas vacunas de esterilidad durante más de una década. Qué vamos a hacer: ya el daño estaba hecho. Acusaciones similares se sucedieron de Nicaragua, Tanzania, México y Filipinas. El ex- asesor de Nelson Mandela en materia económica, describe estas prácticas filantrópicas de Bill Gates como ‘’despiadadas e inmorales’’.
Sobre Kenia vale la pena volver a dar una pasada. Allí fue asesinado a principios de este año Frank Plummer, un científico canadiense que recibió muestras de un coronavirus de un caso que se dió en Arabia Saudí el 13 de Junio del 2012 a un ciudadano de 60 años de edad, el cual fue ingresado a un hospital privado en Jeddah, presentando un historial de 7 días contentivo de fiebre, tos, expectoración y falta de aliento. Este señor no tenía antecedentes de enfermedades cardiopulmonares, y menos aún, no fumaba. Las diferencias en las radiografías a su caja torácica cuando fue ingresado y ya al momento de fallecer, muestra que sus pulmones fueron literalmente licuados por esta neumonía del coronavirus, ¿probablemente un antecedente previo del actual conocido? Pero volviendo a Plummer. Este, quien se destacaba en un laboratorio de máxima seguridad biológica con las mismas características al de Wuhan que patrocinan los Gates y la Reina Isabel entre otros, desarrollaba una vacuna contra el coronavirus y el VIH en el laboratorio de Winnipeg. Estaba en Nairobi en una investigación más exhaustiva de los casos de enfermedades inoculadas vía vacunas. No es de extrañarnos que el MI6 se encargara de acallar a este científico.
Allí el hecho transversal del doble uso de la tecnología y la farmacología de Gates: salvar el mundo usando tecnología, es decir, implantar chips de control. La ambición de Microsoft es la de controlar una empresa global de identificación de vacunas paralela al control del ser humano por parte del Nuevo Gobierno Mundial y que el mismo Gates ha puesto en más que evidencia en las última semanas.
En el año 2010 cuando Gates comprometió 10 mil millones de dólares a la OMS aseveró:
‘’debemos hacer de ésta, la década de las vacunas’’. Así, es probable que todos los datos aportados por Bill Gates en el simulacro 201 lo que realmente hallan impulsado es la idea de que los gobiernos debían seguir actuando como si nada estuviese ocurriendo, normalizando la idea del virus, para en efecto, se contaminase la mayor cantidad de gente posible por el mismo.
Es
más probable aún que estemos en la presencia de un virus de acción selectiva,
nueva meta- forma de terrorismo impulsado por las farmacéuticas que más que
nadie saben cómo matar gente sin dejar rastros, en el nombre del bien común.
Así, el señor Gates está preocupado por la humanidad, mostrando sus dotes
filantrópicas muy aunadas a la basura sionista y la manera de entender
el mundo. Este
hombre quiere implantar
un dispositivo sensorial
que asocia la información de redes con la farmacología.
El fundador de Microsoft se está convirtiendo en el
gran verdugo de la humanidad, especie de Judas Iscariote moderno, creando y controlando vacunas que suprimirán la libertad, pero deberá entenderse que es en nombre de la seguridad que actúa en la psiquis, en un máximo sacrifico potenciado por la necesidad de la Humanidad como mártir. No hace falta que llegue el mesías. Seremos llevados a la cruz del capital.
¿Mundo distópico? Hay una verdad más allá de los callejones sin salida en los que opera la modernidad globalista. El biopoder disfrutará cada vez más del control total que ejercerán sobre nosotros: si no estás vacunado no podrás acceder a ciertos beneficios de la sociedad de consumo. Allí, dispararán al margen a mucha gente que creará grandes colonias de miseria para ir muriendo poco a poco ante la inutilidad de sus vidas tras el desconocimiento de un arte u oficio vinculado a la tierra. No habrá tiempos de rebelión. Será imposible contrarrestar el aparato represor del Nuevo Orden Mundial. Más aún, no hará falta resistencia alguna, con que vuele un avión soltando un virus desde los chemtrails por encima de la población bastará para solucionar el problema de cualquier forma de lucha que se oponga a esta realidad.
La reducción de la democracia ya es un hecho y está actuando plenamente en el inconsciente colectivo. Podrás servirte de felicidad y seguridad sólo si estás bajo la cuarentena obligatoria, lo cual es una forma de encarcelarnos en el nuevo diseño del planeta como prisión, de allí, los controles cotidianos para saber si estás enfermo o no, desarrollando pruebas obligatorias constantes, ejerciendo el pánico y control sobre el libre movimiento de nuestros cuerpos, evitando los contactos personales.
Todo esto será un gran paso agigantado para la instalación de nuevos sistemas de seguridad donde la lógica del biopoder actuará más concretamente en nuestra libertad subjetiva. Dará miedo incluso asomarse a la ventana. Necesitarás excusas para salir a la calle, como si la vida misma no fuese una excusa. Así, en términos militares ¿cómo se defiende un país?
La era de la guerra bacteriológica hizo presencia. Nadie estará a salvo a menos que las naciones que representan fuerza en la balanza de los globalistas empiecen a palanquear hacia un bien común. Allí, el rol decisivo de China, Rusia, Irán, Venezuela e incluso del mismo Donald Trump en los Estados Unidos.
Nos inoculan miedos y el miedo genera deseos de sanación. La gente prefiere el miedo a la angustia, el miedo a la duda, porque ante el miedo el estado te protege. La duda es el camino para indagar. La prueba de que no se sueña es la miseria y el sufrimiento. Ahora deberemos adaptarnos a la ficción, a una falsa sanación vía sugestión por colocación de un microchip, agradeciendo al Gran Hermano y su poder benefactor. Son meta-historias con las que juegan con nosotros.
De allí, la idea de ese famoso estado globalista o Gobierno Mundial que teje desde la sombra los hilos de un porvenir sumamente oscuro para el ser humano, donde todo irá en detrimento de la naturaleza hermosa del desarrollo del homo sapiens, imponiéndonos una realidad extrema desde los centros de poder. He allí la inoculación del deseo de supervivencia para ubicarnos en un punto cero, el limbo, la nada. Una realidad holográfica en un callejón sin salida donde podría perderse el paisaje del porvenir.
Carlos Matute Ron.
Caracas/Venezuela.
Abril 2020
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