La pandemia del COVID-19 ha golpeado duro a numerosos países, sobre todo aquellos cuyos gobiernos no fueron capaces de aplicar medidas preventivas y de control sanitario a tiempo. En América del Sur la tendencia es que el coronavirus ha afectado con mayor rudeza a los Estados con mandatarios de derecha, entre ellos: Perú, Brasil, Ecuador, Chile y Colombia.
Con una población cercana a los 32 millones de habitantes, Perú es el segundo país de Suramérica con mayor cantidad de pacientes confirmados con COVID-19, después de Brasil, y el cuarto del continente americano, con más de 31 mil y 850 fallecidos, según datos de la Universidad Johns Hopkins en su mapa interactivo sobre el comportamiento del coronavirus, hasta este 28 de abril.
Llama la atención la situación de Perú porque en la lista lo superan gigantes en población como Estados Unidos (casi 330 millones), el actual epicentro global del COVID-19 con más de un millón de casos positivos y 58 mil fallecidos; y Brasil, con 209 millones de personas contabiliza más de 72 mil pacientes confirmados y cinco mil muertes.
En las cifras globales, la pandemia ya sobrepasó la cifra de tres millones de contagios confirmados en el mundo y más de 216 mil muertes y de 925 mil pacientes recuperados.
Otra de las aristas que hace más vulnerable a Perú es la economía informal, una de las principales formas de ingresos para la mayoría de los peruanos, sobre todo aquellos que salen de sus provincias para buscar en la capital, Lima, una forma de mejorar su calidad de vida y aportes económicos para su familia.
El otro gigante americano que está por encima de Perú es Canadá, que con una población de aproximadamente 37,59 millones de personas presenta más de 50 mil casos confirmados y casi tres mil víctimas fatales.
Perú tiene una población similar a la de Venezuela, que presenta cifras totalmente opuestas a la del país que tanto ha sido atacado por el lobby del Grupo de Lima, una plataforma con fines sediciosos creada con el auspicio de Estados Unidos para presionar e intentar derrocar a Nicolás Maduro. A la fecha, Venezuela contabiliza 329 casos positivos, solo 10 fallecidos y 142 recuperados.
La pandemia ha servido para mostrar las costuras de todos estos países, sobre todo la de aquellos que durante los últimos años han tenido gobiernos dedicados a atacar desproporcionadamente a Venezuela.
La crisis humanitaria de Perú
La pandemia ha desatado un éxodo masivo de peruanos hacia las diferentes provincias del país, pues Lima se encuentra totalmente saturada, paralizadda y aislada por la gran cantidad de contagios por COVID-19.
Los medios peruanos reseñan que, durante los últimos días, miles de personas buscan llegar a sus lugares de origen como Piura, Apurímac, Cusco, San Martín, entre otros.
Hambre, desempleo, desolación y poco acceso a la salud es la dura realidad que enfrentan tanto peruanos como extranjeros, quienes día tras día deben sortear diversos obstáculos para sobrevivir.
Necesitan alimentarse y en Lima ya no encuentran oportunidad alguna de trabajo y los ahorros se acabaron. Los medios reseñan que en las provincias tienen sus familias y sus hogares, que los esperan para tratar de empezar de nuevo, situación que se aceleró por la pandemia, pero que ya se cocinaba en medio de la corrupción enquistada en ese país.
Estos miles de ciudadanos vulnerables ni siquiera tienen acceso a subsidios que entrega el Estado para disminuir el impacto negativo de la pandemia sobre la economía familiar. El gobierno de Martín Vizcarra aprobó un “bono solidario” de 760 soles que tiene programado dar, pero solo a hogares con domicilio registrado, aunque una gran mayoría no tiene.
A esa población vulnerable ahora le toca aguardar a los lados de las vías, en las adyacencias del aeropuerto o en alguna de las plazas donde han formado refugios temporales. Las estimaciones calculan que son más de 170.000 los peruanos que permanecen durmiendo literalmente en la calle a la espera de una solución. Ahí no se incluye la población migrante que también se encuentra en situación de indigencia.
Lo más crítico es que las provincias parecieran no estar preparadas para recibir la gran cantidad de personas que retornan, muchos de ellos infectados con COVID-19 y sin recibir atención médica, y que una vez diagnosticados deberán entrar en aislamiento por al menos dos semanas.
La condición de los hospitales también es precaria, por lo que la situación se complica considerablemente y los expone a peligros. Por ello, lo más seguro es que se saturarán al incorporar a esta gran cantidad de personas.
“Estamos llegando al límite de capacidad de respuesta”
El presidente Martín Vizcarra reconoció que el sistema de salud se encuentra al límite de atenciones de personas infectadas con el COVID-19.
“Estamos llegando al límite de la capacidad de respuesta, pero todavía tenemos un esfuerzo y seguimos aumentando la oferta”, expresó en declaraciones recientes sobre la coyuntura actual que vive el país.
Según Vizcarra, “no es que el sistema haya colapsado y estemos de brazos cruzados, seguimos trabajando para poder atender a todos los pacientes que requieren hospitalización y atención médica”.
Sobre el mismo tema, el ministro de Salud, Víctor Zamora, recordó que al inicio de la emergencia desatada por el coronavirus solo se contaba con 100 camas en las Unidades de Cuidados Intensivos a nivel nacional.
“Si las medidas de control social no se hubieran tomado estaríamos desbordados. Hoy tenemos, felizmente, gracias a estas medidas y al aumento progresivo de las camas, a 534 pacientes que reciben atención en Unidades de Cuidado Intensivo con camas totalmente equipadas y personal adecuado”, manifestó.
Agregó que a la fecha existen 719 camas disponibles a nivel nacional y la idea es seguir aumentando el número de camillas para pacientes sospechosos y confirmados.
“Por ejemplo, en Loreto, una de las regiones más golpeadas, hemos enviado 18 médicos y tres enfermeras. Hoy parten 16 profesionales adicionales, esto es parte de una bolsa de trabajo a través de la cual hemos reclutando más de 21 mil profesionales de la salud que vamos a reubicar en diversas regiones para atender la pandemia”, informó.
La peligrosa curva de contagios exponencial
Perú registra una marcada curva hacia arriba en lo que respecta al comportamiento exponencial de los contagios y el aumento de la cantidad de muertes.
Según el presidente Vizcarra, hasta el pasado fin de semana se han realizado en Perú 232 mil 747 muestras o pruebas diagnósticas, de las cuales 205 mil 230 resultaron negativas y 27 mil 517 positivas.
Acotó que, en total tienen 3.632 pacientes hospitalizados y de esa cifra 554 se encuentran en Unidades de Cuidados Intensivos con ventilación mecánica, es decir, en estado grave.
Vizcarra indicó que el indicador promedio de letalidad del COVID-19 en Perú se ubica alrededor del 3 %, y acotó que, para tratar de enfrentar la crisis sanitaria, en los próximos días llegarán al país más de un millón de pruebas de descarte: “800 mil rápidas y 300 mil moleculares”, apuntó.
De acuerdo con la Sala Situacional COVID-19 Perú, existen 719 camas UCI para atender a los pacientes infectados con el virus, 554 ya están ocupadas, mientras que 165 están disponibles.
Las camas se encuentran distribuidas de la siguiente manera: EsSalud (37), clínicas privadas (29), Ministerio de Salud (8) y gobiernos regionales (82), mientras que los centros de salud de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional aún tienen 9 camas.
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