Con el fin de seguir abriendo espacios a la comunicación, nace en la octava región un nuevo periódico de nombre La Diagonal, una herramienta más para desarrollar un periodismo de investigación de manera abierta, plural e independiente.
La Diagonal nace bajo el alero de una Cooperativa Ciudadana de Medios en Chile que viene a buscar abrir nuevos espacios para ejercer el derecho a la comunicación. Somos periodistas jóvenes que no responden a nada ni a nadie. No hay ni grupo político, ni religioso, ni económicos tras estas líneas. Somos la pluralidad hecha papel y usted, sea de derecha, de centro o de izquierda, sea heterosexual o gay, sea católico o agnóstico, sea Europeo, mestizo o mapuche, podrá ser parte de esta familia que comienza a crecer en este lado del país.
Esto es La Diagonal, que en el papel busca enamorar a lectores conscientes e inteligentes de la provincia de Concepción. Y por medio de internet, con nuestro portal www.ladiagonal.cl, buscamos seguir este romance con todos los ciudadanos del mundo.
Por eso y con el compromiso social que nos conduce, no podemos callar y hacer oídos sordos a la actual situación que vive el país. Las noticias la hacen ustedes, nosotros sólo la llevamos a vuestro hogar. Por eso, colaborando en este ambicioso proyecto 100% penquista, ayudas a mantener en vitrina medios que buscan otras miradas, además de aportar a la pluralidad que ni el duopolio de la prensa ni los grandes canales de TV muchas veces no entregan.
Bienvenidos a este camino por donde transita el nuevo periodismo social participativo. Bienvenido a esta ruta de diversidad, bienvenidos a La Diagonal…
Julio Sánchez Agurto
Director La Diagonal
MOTIVOS DE NUESTRO ORIGEN
Se murmulla en las salas de redacción que fue inevitable. Años hemos asistido boleto en mano y cómplices ojos a una obra macabra, al peor de los crímenes mediatizados, al más inhumano y sombrío de los ultrajes, al de la verdad. Ha sido una humillación lenta, focalizada, a vista y paciencia de todos, gradual e interesada. Ella, la verdad, esa que ventilan como tal en los horarios estelares de la palabra ha sido incansablemente torcida y puesta en ofertones al mejor postor. Y lo sabemos. Aquella que desde las altas cumbres del poder, maniatada a tiempo completo ha sido domesticada y usada para dar forma a la maquinaria de la realidad. Ella, construcción cotidiana con la que los libretistas del trasfondo del mundo ríen desquiciados manufacturando ideas, legitimando unas y borrando afanosamente otras. Lo sabemos. Pero con eso ya no basta.
Pues bien, no podía ser de otra manera. Porque simplemente como periodistas que somos -y así con minúscula porque aún no merecemos lo otro- no podíamos seguir observando inmóviles este acostumbrado ultraje. Porque queremos reivindicar la palabra Periodismo, esa que Albert Camus y luego Gabriel García Márquez describieron como “el oficio más bello del mundo”. Por eso hemos decidido fundir a vivo fuego La Diagonal, humilde periódico que junto a un trabajo compartido con la ciudadanía anhelamos posicionar en las alfombras del 2009. Difícil faena por lo demás, pero el más seductor de los desafíos.
El objetivo es más que nítido: comunicar la verdad, transmitirla a través de la palabra escrita lo más desnuda posible, sin vestimentas ideológicas, políticas, partidistas ni religiosas. Somos periodistas jóvenes y estamos conscientes que la realidad se construye día a día, mensaje tras mensaje, significación tras significación. De esta forma, hastiados de los medios de comunicación tradicionales -esos que construyen dudosas y monotemáticas realidades- es que intentaremos que por nuestras páginas desfilen miradas que no abrazan las primeras, las segundas, las terceras, las cuartas ni las quintas. Y no nos cansaremos de decirlo, La Diagonal es un periódico que se construye bajo una perspectiva reflexiva, crítica, social y cultural de la sociedad.
Esto sólo a manera de minúsculo prólogo, porque el camino completo se construirá con el asfalto que dejará cada una de las ediciones mensuales. Pues bien, no teoricemos tanto y los convidamos a emprender el viaje por las rutas transversales de la realidad. Sin más ni menos, por las inamovibles señaléticas de La Diagonal.
La Diagonal