En las grandes ciudades españolas respiran el aire más puro de la última década

La calidad del aire urbano se ha elevado por la baja circulación vehicular y el cese de las calderas industriales y domésticas durante la pandemia

En las grandes ciudades españolas respiran el aire más puro de la última década

Autor: Félix Eduardo Gutiérrez

Un estudio en el que se analizaron los niveles de contaminación en España durante la etapa de confinamiento, reveló que la polución disminuyó en un 58% respecto a los niveles habituales en estas épocas del año.

La medición tuvo lugar entre el 14 de marzo y el 30 de abril. En este período,  los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) registrados durante el estado de alarma son los más bajos que se detectaron para los meses de marzo y abril en la última década, reseñó el diario La Vanguardia.

El NO2 es el contaminante típico emitido por los tubos de escape de los automóviles (además de por las calderas industriales y domésticas), por lo que su evolución está directamente ligada a las emisiones del tráfico motorizado. Es esta su principal fuente en las ciudades y el principal factor que influye en la calidad del aire urbano.

El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos oficiales de dióxido de nitrógeno,  recogidos en 129 estaciones de medición; todas ellas repartidas entre las 26 principales ciudades del Estado español (todas las mayores de 150.000 habitantes con más de una estación), durante los meses de marzo y abril de 2020 en comparación a los diez años anteriores.

Coronavirus: ciudades que respiran sin contaminación - Ambientum
Los resultados revelan que la mejora de la calidad del aire está siendo general, tanto en los centros de las ciudades como en las periferias urbanas, al igual que son generales las medidas de limitación de la circulación adoptadas. Foto: Ambientum.

El estudio presenta una foto fija de la calidad del aire urbano antes y después de la declaración del estado de alarma y las medidas de confinamiento, actualizadas al 30 de abril.

Los resultados revelan que la mejora de la calidad del aire está siendo general, tanto en los centros de las ciudades como en las periferias urbanas, al igual que son generales las medidas de limitación de la circulación adoptadas.

Tampoco se aprecian diferencias significativas entre las diversas prórrogas del estado de alarma, en las que se han aplicado restricciones de diversa intensidad, si bien la caída de la contaminación ha sido algo superior en el promedio del mes de abril (60 %) que en la segunda quincena de marzo (55 %).

Los valores registrados se mantienen muy por debajo del valor límite legal y de la guía anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuando en las estaciones de tráfico dicho umbral se supera frecuentemente, especialmente en el mes de marzo.

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Territorialmente se aprecia una menor reducción de la contaminación en las ciudades de la cornisa cantábrica, debido quizás a factores meteorológicos no bien precisados.

En cambio, las ciudades del litoral mediterráneo son las que más han rebajado los niveles de NO2, hasta concentraciones en ocasiones propias de estaciones rurales de fondo.

En el caso de Barcelona las siete estaciones analizadas registran reducciones del 62%. La media habitualmente es de 43 micr/m3 en esta época del año y ahora se han marcado solo 16 micr/m3. Están, pues, muy por debajo de lo que indican las normativas europeas y las recomendaciones de la OMS (40 micr/m3).

Madrid ha rebajado los niveles de NO2 en 59 %.

Las mayores reducciones se habrían producido en las ciudades de Alicante (72 %) y Valencia (69 %), y las menores en Oviedo (42 %) y Zaragoza (45 %).

Las redes de medición de las ciudades son muy dispares, por lo que sus datos no pueden compararse con completo rigor.

Las precipitaciones y la inestabilidad atmosférica predominantes durante la primavera también han contribuido de manera importante a mejorar la calidad general del aire. Este ha sido el abril más lluvioso desde que se tienen registros. Marzo fue también muy húmedo.

El NO2 provoca cada año en España alrededor de 7.000 muertes prematuras, según el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Europea de Medio Ambiente. Es un gas irritante que agrava las enfermedades respiratorias y merma la resistencia a las infecciones. Diversos estudios están relacionando la mortalidad de la enfermedad COVID–19 con la contaminación atmosférica.

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