El Servicio Electoral no salva a nadie, puros errores y desaciertos. Hoy admitió que entre 500 mil y 600 mil personas muertas están inscritas en el padrón electoral para las votaciones presidenciales de noviembre, incluido el fallecido y ex presidente Salvador Allende Gossens.
La figuración de los difuntos en los registros electorales se suma al caso de que otros miles de compatriotas que residen en el exterior están apuntados en el Servel, pero no tienen derecho a votar en sus embajadas o consulados. A tal punto de que en las pasadas elecciones municipales hubo 17 mesas sin sufragios, ya que el Servel inscribió a los hijos de chilenos nacidos en el exterior.
Las chambonadas en las nóminas electorales coinciden con el polémico episodio entre el candidato presidencial Pablo Longueira y el periodista Fernando Paulsen. Este último acusó al político de mentir respecto del año en que se inscribió en los registros electorales. Sin embargo la información a la cual había accedido Paulsen, solicitada al Servicio Electoral a través de la Ley de Transparencia y firmada por la directora subrogante Elizabeth Cabrera en enero de este año, era errónea, ya que el presidenciable sí estaba inscrito para el plebiscito de 1988. Luego el Servel aclaró la situación y le dio la razón a Longueira.
Estas equivocaciones, se suman a otra serie de fallas del Servel, ya que una investigación reveló que en 2012 más de un millar de detenidos desaparecidos bajo la dictadura militar (1973-1990) estuvieron inscritos para los comicios municipales del año pasado.
El Ciudadano