Exmandatario Ernesto Samper: «Creo que un mundo en el que lidera Rusia y China sería mucho mejor que el actual»

El político colombiano evalúa la gestión en torno a la pandemia de la región y asegura que Bolsonaro y Trump se caracterizan por utilizar la situación para hacer política, ademas manifiesta que nos acercamos a un mundo multipolar

Exmandatario Ernesto Samper: «Creo que un mundo en el que lidera Rusia y China sería mucho mejor que el actual»

Autor: Sofia Belandria

La pandemia del COVID-19 también es una epidemia de la biopolítica, ya que los presidentes Donald Trump, de EE.UU., y Jair Bolsonaro, de Brasil, la utilizan para sacar beneficio electoral, dijo el expresidente colombiano Ernesto Samper (1994-1998).

«Es deprimente el manejo que le ha dado Trump al virus, haciendo caso omiso de los muertos que ha habido en su país o las declaraciones desafiantes de Bolsonaro, que parece no darse cuenta que Brasil se está convirtiendo en el epicentro de la pandemia (…) Trump usa la pandemia para su reelección y Bolsonaro para consolidar su proyecto político oligárquico de una manera absolutamente inhumana y cruel», afirmó Samper.

Sin embargo, afirmó que Trump y Bolsonaro no son los únicos casos en los que la pandemia ha sido utilizada con fines electorales: puso el ejemplo del aplazamiento de las elecciones en Bolivia, el cambio de fecha del plebiscito en Chile o el uso que hace Colombia para justificar el incumplimiento de acuerdos en materia de paz.

¿Cómo evalúa las gestiones de los presidentes Donald Trump y Jair Bolsonaro en la crisis del COVID-19?

Esto es la pandemia de la biopolítica. Es la utilización del virus para hacer política. Es deprimente el manejo que le ha dado Trump, haciendo caso omiso de los muertos que ha habido en el país. O las declaraciones desafiantes que hace Bolsonaro sin darse cuenta que Brasil se está convirtiendo en muy poco en el epicentro de la pandemia en América Latina. Trump utiliza la pandemia para su reelección y Bolsonaro para consolidar su proyecto político oligárquico de una manera absolutamente inhumana y cruel. Otros ejemplos son la utilización del coronavirus para aplazar las elecciones en Bolivia, para cambiar la fecha del plebiscito en Chile, para producir enfrentamientos con los entes territoriales, o en el caso de Colombia, para justificar el incumplimiento de acuerdos fundamentales en materia de paz. Esto es lamentable.

¿Cree que los gobiernos latinoamericanos han usado la cuarentena para evitar masivas protestas?

No sé si llegan a ese punto, pero lo vamos a ver ahora cuando la apertura se vuelva inevitable. Porque es muy fácil engañar a una población con el miedo al enemigo invisible. Pero han establecido los científicos, psicólogos, que el aislamiento tiene un final, no se puede mantener a una población indefinidamente aislada para enfrentar a un enemigo que no se sabe hasta cuándo puede operar. Yo creo que ahora vamos a comenzar a ver que van a comenzar a expresarse. Va a haber mucho conflicto social.

Va a ser mucho más desorganizado, caótico, porque creo que esos sectores informales, que no están organizados, movidos por el desempleo, las necesidades básicas del hambre, van a desarrollar formas de protesta callejera mucho más caóticas. Vuelven las protestas este año y tal vez es momento de desarrollar programas de contención social mucho más audaces. La conclusión ética de todo esto es que no podemos volver al modelo neoliberal, a las prácticas de mercado, a quitarle impuestos a los sectores ricos para gráveselos a los pobres, a ser austeros con los mejoramientos salariales. Ahí es donde vamos a tener ese gran dilema. Para resolverlo tenemos que contestar una pregunta: ¿Quién va a pagar la factura del COVID-19?

¿Qué piensa sobre las acusaciones de Donald Trump contra China en relación al origen del COVID-19?

Todas son cortinas de humo para esconder su desesperación por su situación política electoral. Unas veces es China, otras veces es la Organización Mundial de la Salud, otras veces es Cuba y Venezuela. Él está buscando malos para una película en la que está fracasando su reelección.

Algunos piensan que el resultado de esto, frente a la decadencia de la hegemonía norteamericana, es el surgimiento de otro polo, otra nueva hegemonía en el mundo. Yo no creo esta tesis. Yo que conozco el modelo chino de relacionamiento internacional, inclusive el modelo ruso que está sintonizado en la misma dirección, no serían un nuevo imperio. Sus políticas de ser amigos, de no intervención de los asuntos de los estados, de solidaridad internacional, los debería llevar a una hegemonía multilateral.

Creo que un mundo en el que lidera Rusia y China sería mucho mejor que el actual. Ellos tienen un valor distinto porque su despliego hegemónico no tendría como base el miedo, la descalificación, sino sería la cooperación, la compasión, la solidaridad. A partir de esos valores, progresistas, tendríamos un mundo más justo.

Las tensiones entre Colombia y Venezuela vienen en aumento. ¿Cree que se puede llegar a un conflicto bélico?

Hace dos o tres años que te habría contestado que no creo que esto llegara a un conflicto bélico. Pero ahora noto muy tensa la situación entre dos países. Colombia ha tenido un manejo desacertado en su relación con Venezuela. Más allá de si si gusta o no el Gobierno de (Nicolás) Maduro, lo cierto es que la política colombiana ha sido muy agresiva frente a Venezuela, nosotros tenemos más de 2.500 kilómetros de frontera, pasan personas que están en la guerrilla, llegan inmigrantes. En el área fronteriza viven tres millones de personas entre colombianos y venezolanos, teníamos 8.000 millones de dólares de exportaciones, que hoy están reducidas a 300 millones. La actitud de Colombia ha sido totalmente agresiva. Ha apoyado el supuesto golpe que terminó un episodio folclórico y esta mes apoyó la invasión de mercenarios.

Cortesía de Sputnik

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