El humo de los incendios forestales está compuesto por una mezcla de gases y partículas pequeñas que son emanados por la vegetación, los materiales de construcción y otros materiales al quemarse. Es una fórmula sencilla pero compleja de despejar, resolver y combatir en el momento que se presenta, y muestra de ello son la cantidad de incendios que han azotado regiones del planeta en los último años.
Como se sabe, el humo de los incendios forestales puede hacer que cualquier persona se enferme. Respirar el humo puede tener efectos inmediatos en la salud, entre ellos: Ardor en los ojos, irritación en la garganta, moqueo, irritación de los senos paranasales, latidos acelerados, entre otros.
Siendo una de las mayores amenazas para el patrimonio forestal en el mundo, los incendios continúan devastando parte del área verde del planeta, sin saber de manera precisa cuando ocurrirán.
Para dar solución a este problema ambiental, el Laboratorio de Incendios Forestales de la Universidad de Córdoba, junto con la Estación de Investigación de las Montañas Rocosas, del Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, desarrolló un nuevo algoritmo para mejorar la capacidad de respuesta al fuego.
La nueva herramienta predice la dificultad para combatir un incendio forestal, lo que podría ayudar a optimizar los recursos y priorizar las tareas de extinción.
Matemática aplicada
En esencia, se trata de una herramienta que parte de principios matemáticos para resolver un problema. Este algoritmo puede, a partir de las matemáticas, ayudar a combatir incendios mediante una fracción.
Si el numerador se acerca a 30 -el número máximo- significa que la lucha contra el fuego prácticamente se pierde cuando el denominador alcanza niveles bajos, el máximo es 50.
Si el denominador sube a 50, el límite, se considera que la tierra tiene la infraestructura adecuada para llevar a cabo con eficacia las tareas de extinción de incendios.
Dependiendo del resultado de la ecuación, la herramienta ofrece un índice de dificultad de extinción que informa sobre las posibilidades de realizar operaciones de extinción de manera segura y efectiva.
Cuando el algoritmo predice dificultad baja o moderada, las autoridades pueden establecer claramente estrategias de lucha contra incendios y controlar frentes activos, y en los casos de dificultad alta a extrema.
Propiedades del algoritmo
El profesor Francisco Rodríguez y Silva, uno de los científicos invlucrados en el desarrollo de esta herramienta, destaca que «el nuevo algoritmo contempla parámetros como la presencia de barrancos y laderas irregulares y no se centra únicamente en la propagación de incendios superficiales, sino también en incendios en las copas de los árboles y en la propagación eruptiva en barrancos y barrancos, que pueden convertirse en una tremenda fuente de energía para un incendio cuando ocurre y se extiende ampliamente”.
También, el algoritmo estipula factores como la densidad del camino, las áreas cortafuegos, la frecuencia de descarga de la aeronave, el comportamiento potencial del incendio, la capacidad de los respondedores especializados para acceder al área y realizar acciones de supresión por los recursos combinados de extinción de incendios.
Incluso, los investigadores se han dado la tarea de trabajar para configurar este algoritmo en una aplicación móvil que permita realizar estimaciones en tiempo real.
Dicen que la comprensión previa del entorno y los cálculos matemáticos podrían ayudar de esta manera a reducir la incertidumbre y planificar con anticipación los incendios.
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