Las amenazas de Washington de imponer medidas de restricción respecto al territorio chino socavan las relaciones entre ambos países, así lo declaró el portavoz oficial del Ministerio de Exteriores chino, Zhao Lijian
«Esas medidas constituyen injerencia en los asuntos internos de China y socavan de forma grave las relaciones chino-estadounidenses. Expresamos una protesta enérgica», dijo en una rueda de prensa.
Zhao reiteró que «China está orientada a cooperar con EE.UU. para desarrollar las relaciones bilaterales, sin confrontación y en base de beneficio mutuo».
«Pero al mismo tiempo China protegerá con firmeza su seguridad y soberanía. Tomaremos medidas de respuesta ante cualquier acción o declaración de EE.UU. que socave los intereses de desarrollo de China», subrayó.
El diplomático chino apuntó que «la injerencia grave por parte de EE.UU.» en la cuestión de Hong Kong «va en contra de las normas del derecho internacional y los principios básicos de las relaciones internacionales».
El 29 de mayo, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció que ordenó al Gobierno que comience «el proceso de eliminar que dan a Hong Kong un tratamiento diferente y especial», y que Washington revisaría los avisos de viaje del Departamento de Estado referidos a Hong Kong.
Además, amenazó con sanciones a funcionarios de China y Hong Kong, involucrados en «erosionar la autonomía de Hong Kong».
Trump hizo estas declaraciones después de que el 28 de mayo la Asamblea Nacional Popular de China avalara una resolución que da luz verde a su Comité Permanente para desarrollar e incluir en la legislación de Hong Kong la ley de seguridad nacional, que penaliza los actos de subversión, terrorismo, secesión, la conspiración con influencia extranjera y otros que amenacen la seguridad del territorio.
La iniciativa es apoyada por las autoridades de Hong Kong, pero tuvo como respuesta una serie de protestas de parte de la población, temerosa de que sus libertades se vean restringidas.
Según informó el periódico China Morning Post, el Comité Permanente del Parlamento chino necesitará dos semanas para aprobar la nueva normativa, y supuso que la ley podría entrar en vigencia en agosto.
Cortesía de Sputnik
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