El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), con sede en Nueva York, Estados Unidos (EE.UU.), alertó de decenas de casos de violencia y amenazas contra comunicadores sociales, que cubren las protestas por la muerte del afroamericano George Floyd.
Entre las denuncias que realiza el organismo se encuentra el arresto de los profesionales mientras cumplen su trabajo, «Hubo varias decenas de incidentes de violencia y amenazas, así como arrestos contra periodistas que cubrían las protestas en EE.UU.», informa el comité en sus recomendaciones a los trabajadores de la prensa para cubrir las manifestaciones.
El CPJ advierte a los comunicadores sobre el posible uso de balas de goma y granadas de aturdimiento por parte de la policía.
Además, el organismo pide tener en cuenta una posible actitud hostil por parte de los manifestantes ya que dentro de las molestias de la colectividad se encuentra la poca difusión que se hace al racismo en la nación norteamericana.
De igual forma, otras recomendaciones que hacen es el uso de chaleco antibalas por posibles tiroteos, así como gafas protectoras y cascos.
El comité recuerda que los periodistas no deben trabajar por sí solos, tampoco se les permite encontrarse entre la multitud o entre la policía y los manifestantes.
Los trabajadores de la prensa siempre deben tener sus credenciales y evitar trabajar después del anochecer.
Uno de los periodistas afectados hasta ahora fue Mijaíl Turguíev, corresponsal de la agencia rusa RIA Novosti, quién fue víctima de un ataque con gas lacrimógeno al darle cobertura a las protestas en Minnesota por la muerte de Floyd.
Las protestas comenzaron inicialmente en Minneapolis luego de que Floyd, de 46 años, muriera el pasado 25 de mayo en esta ciudad en un hecho de violencia policial, grabado y viralizado en las redes sociales.
Las imágenes muestran a un oficial de policía blanco que sujeta a Floyd en el suelo con la rodilla en el cuello durante aproximadamente 8 minutos. Floyd repetidamente le dicía al oficial de policía que no puedía respirar hasta que queda inconsciente; «poco después murió en un hospital local», según medios locales.
El pasado viernes el policía implicado en la muerte de Floyd fue detenido y acusado de homicidio imprudente.
Ante el hecho lamentable, manifestaciones se propagaron en al menos 140 ciudades de EE.UU., varias ciudades declararon el toque de queda para frenar las movilizaciones que ya han derivado en violentos disturbios.
Ante los reclamos en las calles de la población el Gobierno de Donald Trump, movilizó a más de 5.000 efectivos en 15 estados y la capital para «contener los disturbios».
En un comunicado publicado en su cuenta de Twitter, la Guardia Nacional anuncia que, además de este contingente, tiene en alerta a otros 2.000 efectivos «preparados para actuar de ser necesario».
Fuente Sputnik
Continúa leyendo