La pandemia de coronavirus y la crisis económica que esta agudizó, afecta doblemente a los afrodescendientes de Estados Unidos, que esta semana explotaron en violentas protestas tras el asesinato del ciudadano George Floyd a manos de la policía, el pasado 25 de mayo, dijo en entrevista el sociólogo argentino Atilio Borón.
El asesinato de Floyd «hizo que las viejas cuentas pendientes que los afrodescendientes en EE.UU. tienen con la larga historia de la esclavitud y la pos esclavitud saltaran a la superficie de una manera total y descontrolada», afirmó Borón «a eso agregale el hecho de que la población afroamericana es la víctima principal tanto de la pandemia como de la crisis económica».
El también doctor en Ciencia Política por la Universidad de Harvard opina que las revueltas que sacuden numerosas ciudades de la principal potencia del mundo es resultado de una combinación de circunstancias que se gestaba de larga data.
«Una crisis económica fenomenal que probablemente termine siendo la mayor de la historia del capitalismo contemporáneo -ya se habla que iguala indicadores de la gran depresión del 30-, con el impacto de una pandemia de 105.000 muertos y nuevos infectados cada día; cuando combinas todo eso con un asesinato a mansalva filmado durante ocho minutos y donde se demuestra que el tipo se estaba muriendo pese a lo cual no le quita la rodilla de la garganta; y que eso se viralizó de inmediato, resulta una situación como esta», sintetizó.
Las propias estadísticas del COVID-19 fueron el silbido de esa olla a presión, según Borón, ya que «los muertos por millón de habitantes en Estados Unidos son 322 a causa de la pandemia; entre los blancos la tasa es de 227 pero entre los afrodescendientes es 546, o sea que los afrodescendientes tienen una tasa de mortalidad que duplica a la de los blancos. En una sociedad racista, el coronavirus también es racista».
El politólogo argentino también recordó que entre los solicitantes de seguro de desempleo en EE.UU. los afrodescendientes y latinos figuran en primer lugar y sus trabajos fueron los primeros en ser eliminados.
«Eso, combinado con la brutalidad policial y la provocación de Trump que dijo en un tuit «si hay saqueos habrá balazos», el resultado es esta situación explosiva que tenemos hoy con ciudades devastadas y un toque de queda desafiado por la gente, un dato absolutamente novedoso», describe Borón.
La mirada en noviembre
El mandatario estadounidense respondió a las protestas el lunes con una escueta rueda de prensa sin preguntas, en la que anunció la movilización de recursos federales, civiles y militares para acabar con los disturbios.
En simultáneo, y fiel a su estilo, publicó un provocador tuit con la fecha 3 de noviembre, demostrando que lo único que verdaderamente lo desvela son las elecciones para presidente.
No obstante, para el analista, esta situación «pone muy seriamente en cuestión las chances que pueda tener el 3 de noviembre».
«Él quiere y anhela de una manera muy fuerte la reelección pero creo que puede ser muy difícil que la consiga, aunque enfrente tiene un rival de poca monta porque (Joe) Biden es anodino, por no decir gris, aunque Trump sale tan mal parado en este momento, que probablemente pueda ganar», cree Borón.
Según el sociólogo, las encuestas más serias que hay en EE.UU. le dan triunfo a Biden en el voto popular, pero la democracia estadounidense no se guía por eso sino por los colegios electorales, aunque allí también, aparentemente, está ganando Biden.
Pero lo que para Borón terminará afectando al actual mandatario es «el fracaso de las políticas de Trump para traer las grandes empresas a lo que es llamado el cordón oxidado de Estados Unidos, los estados de Ohio, Minnesota, Michigan, Pensilvania, etc, donde finalmente muy pocas vinieron».
Consultado sobre los choques entre civiles que se vieron en las protestas, el analista entiende que «Trump ha facilitado que grupos de extrema derecha puedan salir armados a exigir el fin de la cuarentena, como tuvimos en muchas ciudades de América Latina pero pacíficamente; algunos incluso usaron uniformes de guerra y esa es una situación muy delicada y que puede provocar gravísimos conflictos y enfrentamientos».
Manifestantes en todo Estados Unidos han estado protestando contra la brutalidad y el racismo policiales desde el 25 de mayo, después de que George Floyd, un hombre afroamericano desarmado de 46 años, murió bajo custodia policial en Minneapolis, Minnesota (centro-norte).
Las protestas se convirtieron en disturbios violentos, con incendios provocados y saqueos generalizados.
Cortesía de Ramiro Barreiro Sputnik