Ante la pandemia Venezuela cuenta con un esquema denominado 7+7, que significa siete días de actividad para nueve sectores económicos del país y siete días de aislamiento social. Para garantizar su cumplimiento este lunes se desplegaron los cuerpos de seguridad.
Esta semana luego de siete días de flexibilización corresponde la radicalización de la cuarentena, «Siete días de flexibilización que culminaron el día de ayer (…) y hoy arranca entonces los siete días de radicalización de aislamiento social, de la cuarentena”, dijo la vicepresidenta ejecutiva Delcy Rodríguez.
Hace una semana el Gobierno anunció que comenzaría con períodos de flexibilización inicialmente de cinco días por 10 de aislamiento total, pero el jueves anunciaron que la medida sería una semana de aislamiento y otro de cuarentena, como parte de un modelo venezolano para evitar los contagios.
Algunos de los sectores que se encuentran en esta nueva etapa en el país caribeños son: salud, textil, materia prima, construcción, transporte y banca pública y privada.
En este nuevo esquema los bancos estarán cerrados hasta el próximo 15 de junio y solo prestarán atención electrónica a sus clientes, en cumplimiento del plan de siete días de cuarentena radical seguido de la semana de flexibilización.
A partir de este lunes, la superintendencia de bancos llama a que se proporcione atención a los usuarios a través de cajeros automáticos, banca por internet y medios de pago electrónicos.
La reactivación de la economía a escala mundial se dificulta por la COVID-19 y en Venezuela es mucho más complicado producto de diversos factores internos y externos, la nación vive una crisis económica desde hace más de 5 años lo que la hace aún más vulnerable.
Un bloqueo económico por parte de Estados Unidos, políticas poco acertadas del Gobierno nacional, y una oposición que no aporta un proyecto de país, sino a lo largo de la historia ha preferido la salida violenta, son algunos de los aspectos que hacen de Venezuela una de las naciones más susceptibles.
Sin embargo, gracias a la ayuda de China, Rusia, Alemania y la Organización de Mundial de la Salud el país ha logrado salir airoso de la pandemia.
Hasta el momento se han registrado 2.377 pacientes afectados por la enfermedad, de los cuales 22 han fallecido.
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