Según un estudio chino los niveles de un anticuerpo hallado en pacientes recuperados de COVID-19 cayeron con fuerza en los 2-3 meses posteriores a la infección tanto si tenían o no síntomas, lo que elevó las dudas sobre la duración de la inmunidad frente al coronavirus.
La investigación, publicada por Nature Medicine el 18 de junio, titulada Evaluación clínica e inmunológica de infecciones asintomáticas por SARS-CoV-2 comparó los resultados de la detección de anticuerpos en sangre de pacientes asintomáticos y de casos confirmados con síntomas, incluyendo 37 infecciones asintomáticas del condado de Wanzhou en Chongqing.
El estudio comprobó que la mayoría de los infectados produjeron anticuerpos de coronavirus, concretamente la IgG y la IgM, siendo este último el que aparece habitualmente primero y de duración más corta, es el primer anticuerpo que fabrica el organismo para combatir una nueva infección
En cambio la IgG aparece más tarde y dura más, es el anticuerpo que más abunda en el cuerpo y brinda protección contra las infecciones bacterianas y víricas, pero puede tardar un tiempo en formarse después de una infección.
El estudio encontró que, entre tres y cuatro semanas después de la infección, en su fase aguda, el grupo de pacientes asintomáticos tenía una tasa del 62,2% de IgM y una tasa de IgG del 81,1%.
En el grupo con síntomas la IgM era del 78,4% y la IgG del 83,8%, por lo que el estudio concluye que las infecciones asintomáticas muestran niveles de anticuerpos más bajos que los casos confirmados, aunque son similares en ambos grupos.
Sin embargo, el nivel de anticuerpos de la gran mayoría de las personas infectadas mostró una disminución significativa dos o tres meses después de la infección.
Los niveles de anticuerpos IgG en el 93,3% del grupo asintomático y en el 96,8% del grupo sintomático comenzaron a disminuir temprano en el período de rehabilitación, es decir, 8 semanas después del alta.
Con información de Reuters y El Mundo
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