Este viernes 26 de junio, alrededor de 150 personas de diversas organizaciones, comunidades y pueblos, confluimos en la 1ra Asamblea virtual abierta por el buen vivir de los territorios, organizada por el Movimiento por el Agua y los Territorios-MAT, para visibilizar la actual expansión extractivista en el marco de la pandemia y generar estrategias conjuntas de movilización.
La actividad comenzó con un relato del trabajo del MAT en estos ocho años en torno a la desprivatización de los bienes comunes naturales, la derogación del Códigos de Aguas y de otros diversos elementos jurídicos que han posibilitado el saqueo y la contaminación de los territorios, además de situarse como un movimiento plurinacional, antipatriarcal y que aboga por los derechos de la Naturaleza, para posteriormente abordar, a modo de síntesis, la realidad territorial de las y los participantes, y a su vez de los zonales que conforman el movimiento.
El eje central de la discusión se sostuvo mediante grupos de trabajo, conformados luego de realizarse un diagnóstico respecto de la agenda y el proyecto de Ley pro inversión, el plan económico COVID, la evaluación ambiental y la observación ciudadana y el TPP11.
Cabe destacar que todos los ítems analizados dan cuenta de la gestión de una política pública basada en reducir los obstáculos y la supuesta burocracia hacia la inversión, agilizando procesos de autorización de grandes proyectos, apoyando a inversionistas, y posicionando mecanismos de tramitación acelerada para las Declaraciones de Impacto Ambiental.
Frente a ello, se sostiene la necesidad imperiosa de un cambio constitucional en que uno de sus ejes sea la protección y restauración de los ecosistemas. Se proponen una serie de acciones, tanto a nivel local como internacional, contra la legalización del saqueo extractivista, el avance inmobiliario, y el TPP11, además de denunciar la criminalización y militarización de los territorios, y en especial hacia el pueblo mapuche.
Hoy, más que nunca, la soberanía alimentaria, a través del cuidado de las semillas, las huertas urbanas, la agroecología, y la consolidación de las economías territoriales, con acciones como las ollas comunes y las redes de abastecimiento, son parte fundamental de las alternativas al modelo de desarrollo para el buen vivir de los pueblos.
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