El excanciller de Alemania, presidente de la junta directiva de Rosneft, Gerhard Schroder, cree que las sanciones de EE.UU. contra Nord Stream 2 es el fin deliberado de la asociación transatlántica, escribe Handelsblatt citando la postura de Schroder para audiencias abiertas del Comité de Economía y Energía del Bundestag.
Está previsto que el comité mantenga audiencias para debatir las nuevas sanciones de EE.UU. contra el gasoducto Nord Stream 2 y la soberanía energética de Europa y Alemania.
La oficina de Schroder comentó que el excanciller no intervendría con un informe pero respondería preguntas si alguien se las plantea. Tampoco se planea una comunicación separada con la prensa.
Schroder, que es también el presidente del Comité de Accionistas de Nord Stream AG, señala que las sanciones contra un aliado de la OTAN durante la recesión económica «no son más que el fin deliberado de la asociación transatlántica«, «un ataque a la economía europea, un atentado inaceptable contra la soberanía de la UE y la seguridad energética de Europa occidental».
Según el excanciller, las consecuencias financieras de las sanciones serían extremadamente graves.
«Estarían en peligro las inversiones de 12.000 millones de euros en la infraestructura europea, mientras los consumidores en Europa enfrentarían costos adicionales de 4.000 millones de euros anuales», subraya.
También corren riesgo más de 120 empresas en los ámbitos de construcción naval, ingeniería, protección del medio ambiente y seguridad, que trabajan o han trabajado con Nord Stream 2, añade Schroder.
La construcción del Nord Stream 2, impulsada por una alianza de empresas de Rusia, Alemania, Austria, Francia y los Países Bajos, fue suspendida en diciembre de 2019 después de que Washington amenazara con sanciones a la empresa suiza Allseas, que realizaba las obras.
De los 1.230 kilómetros de la tubería faltan por construir actualmente menos de 160 kilómetros. El gasoducto constará de dos ramales para transportar anualmente un total de 55.000 millones de metros cúbicos de gas.
El proyecto fue concebido para diversificar las rutas de suministro de gas ruso a Europa y elevar la seguridad energética.
Se oponen al nuevo gasoducto EE.UU., que busca vender a Europa el gas natural licuado de sus yacimientos de esquisto, y algunos países europeos como Polonia, Letonia y Lituania.
A principios de junio, senadores estadounidenses introdujeron un proyecto de ley para sancionar a todas las compañías que proporcionan certificación, seguros e instalaciones portuarias para Nord Stream 2.
Según medios, Alemania elaboraría una respuesta si la Casa Blanca prosigue con las nuevas sanciones. Se informa que el Gobierno de Merkel incluso baraja impulsar un plan coordinado de la Unión Europea.
Cortesía de Sputnik
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