Autoridades de seguridad nuclear de Finlandia, Noruega y Suecia identificaron niveles bajos de algunas sustancias radiactivas en muestras de aire al norte de Europa a principios de este mes.
Entre las sustancias se detectó cesio 134, cesio 137, cobalto 60 y rutenio 103, cuyos efectos por exposición (generalmente a través de la ingestión de alimentos o agua potable contaminadas o al respirar aire), pueden producir náuseas, vómitos, diarrea, hemorragia, coma e incluso la muerte. Posteriormente, cáncer de estómago, de pulmones, mama, recto, colon, tiroides, afecciones en la médula ósea y del sistema linfático.
Según las autoridades, el pico de sustancias fue más alto de lo normal, aunque demasiado pequeño para plantear cualquier peligro para la salud humana.
La semana pasada, la Autoridad de Seguridad Radiológica de Suecia dijo que aún no era posible confirmar cuál podría ser la fuente del aumento de los niveles radiactivos, o dónde se originó la nube de isótopos radiactivos, también conocidos como radionucleidos.
La sospecha
El Instituto Nacional Holandés para la Salud Pública y el Medio Ambiente (RIVM) reveló que las sustancias radiactivas fueron creadas por el hombre y podrían ser el resultado del daño a los elementos combustibles de una planta de energía nuclear.
De acuerdo con esto, los datos podrían indicar daños en una planta de energía nuclear en el oeste de Rusia.
Sin embargo, el operador ruso de energía nuclear Rosenergoatom ha negado los problemas relacionados con las instalaciones en Kola y Leningrado, las dos plantas nucleares que operan en la región, según TASS, una agencia de noticias rusa.
RIVM dijo que las sustancias probablemente habían viajado «desde la dirección del oeste de Rusia» a Escandinavia, aunque los datos eran limitados.
Las autoridades aclararon que si bien las partículas radiactivas provenían de esta dirección, esto no significaba necesariamente que se originaran en plantas de energía en el oeste de Rusia.
Marcando distancia
Lassina Zerbo, Secretaria Ejecutiva de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, también sugirió que las sustancias radiactivas provenían de una «fuente civil», tuiteando un mapa que mostraba la posible región fuente de la anomalía.
Esta región cubre partes del noroeste de Rusia, aunque también se extiende a los países escandinavos: Noruega, Finlandia, Suecia y Dinamarca.
«Podemos indicar la región probable de la fuente, pero está fuera del mandato de la CTBTO [Organización del Tratado de Prohibición Completa de Pruebas Nucleares] de identificar el origen exacto», tuiteó Zerbo.
En los últimos años, otra nube misteriosa radiactiva que flotaba sobre Europa estaba vinculada a Rusia. En 2017, se detectó un penacho que contenía 1.000 veces los niveles normales de rutenio-106 en Europa, informó The Washington Post.
Rusia negó cualquier participación, aunque una planta de reprocesamiento nuclear en Rusia era un fuerte sospechoso, según un estudio de 2019 publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
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