En noviembre de 2018, tras la muerte de Camilo Catrillanca, el Consejo del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) alzó la voz y en un comunicado público declaró: la paz implica diálogo. Hoy, en plena crisis sanitaria, ante la situación de conflictividad y violencia en la Región de la Araucanía y el riesgo a la vida de los presos mapuche en huelga de hambre, insistimos en esta premisa.
Desde que se creó el Instituto Nacional de Derechos Humanos, hace casi 10 años, la defensa y protección de los derechos humanos del pueblo mapuche ha sido una causa recurrente. En uso de sus facultades, el INDH ha buscado generar puentes entre el Estado, las organizaciones de la sociedad civil y las comunidades mapuche, principalmente, en las Regiones de La Araucanía, Biobío y Los Ríos.
A fines de 2018, el Consejo del INDH presentó a la principal autoridad del Estado de Chile una propuesta de Diálogo con los Pueblos Indígenas, que actualizaba la propuesta realizada en 2014, y que buscó la instalación de un proceso de diálogo de alto nivel entre representantes de los pueblos indígenas y el Estado de Chile, con el objetivo de encontrar soluciones de corto, mediano y largo plazo.
Al igual que en ese momento, hoy tenemos la convicción de que la única salida posible es el diálogo. Como expresó el INDH en la propuesta de diálogo de 2018, los esfuerzos realizados por el Estado han resultado insuficientes, pues “sus políticas no han sido capaces de detener y revertir la conflictividad creciente entre pueblos indígenas y el Estado, por una parte, y entre pueblos indígenas y particulares, por otra, en especial en el sur del país”.
Se requiere una vez más reanudar el diálogo, pero es necesario que este diálogo esté abierto a generar soluciones concretas. Lo dijimos como Consejo en 2018 y hoy lo volvemos a repetir: se deben terminar las diferentes formas de violencia que van en aumento en la Región y que hoy afectan al pueblo Mapuche, a empresarios y agricultores, y en general a los diversos habitantes del territorio.
Creemos que este diálogo se puede hacer viable, entre otras materias, a través de retomar la discusión sobre el reglamento de establecimientos penitenciarios y la implementación del Convenio N° 169 en materia de justicia y ejecución penal. Así también, es necesario avanzar en la discusión sobre fórmulas de participación política de los pueblos indígenas en el Congreso Nacional –incluyendo un eventual proceso constituyente-, los proyectos de ley de Ministerio y Consejos de Pueblos, y otras propuestas legislativas que incorporen los derechos que están consagrados en los tratados.
Instamos a las máximas autoridades del Estado a generar las condiciones para que exista un diálogo efectivo y transversal con el pueblo mapuche, apuntando a sentar las bases de una nueva convivencia intercultural en el país. La esencia de este acuerdo democrático, debe ser el pleno respeto de los derechos humanos por parte de los agentes del Estado y la condena de la violencia por parte de todos los sectores políticos y sociales. Junto con ello, se requiere con urgencia impulsar políticas para fomentar la inclusión y revertir el abandono de las zonas de convivencia intercultural.
Debemos involucrar a todos los actores y que exista en ellos una intención y voluntad real por llegar a acuerdos. Solo el diálogo permitirá construir la paz.
Consejo del Instituto Nacional de Derechos Humanos