El primer ministro de Australia Scott Morrison ha otorgado una extensión de visados por cinco años a los residentes de Hong Kong, ha suspendido un tratado de extradición con esa región administrativa especial china y ha advertido el «riesgo» que supone para ciudadanos australianos viajar a esa entidad, estas declaraciones han causado el pronunciamiento del gigante asiático, al catalogar lo planteado como «injerencia».
El primer ministro de Australia Scott Morrison destacó que la aprobación de la nueva ley de seguridad nacional en Hong Kong supone «un cambio fundamental de circunstancias», por lo que extenderá por cinco años las visas de unos 10.000 hongkoneses, en su mayoría estudiantes, que podrán solicitar el permiso de residencia permanente en el futuro.
También, según lo que reseñan medios locales, habrá oportunidades para los futuros solicitantes, en un intento de atraer a empresarios desde la ciudad china con legislación especial.
Además, el Gobierno de Australia actualizó sus recomendaciones para los viajes a Hong Kong, advirtiendo que los ciudadanos australianos «pueden estar en mayor riesgo de detención por motivos de seguridad nacional vagamente definidos».
«Estas declaraciones y las medidas que se han anunciado en Australia constituyen una violación de las leyes y los principios básicos de las relaciones internacionales, así como una burda injerencia en los asuntos internos de la República Popular China», manifestó el portavoz de la Cancillería, Zhao Lijian.
El diplomático añadió que China «condena enérgicamente estas acciones y se reserva el derecho a tomar represalias».
Zhao instó a Canberra a «cesar de inmediato la injerencia en los asuntos de Hong Kong y en la política interna de China, para evitar el futuro deterioro de las relaciones».
El 30 de junio, el presidente de China, Xi Jinping, promulgó la nueva ley de seguridad nacional para la región administrativa especial de Hong Kong, aprobada por los 162 miembros del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, el máximo órgano legislativo del país.
Dicha normativa penaliza los actos de subversión, terrorismo, secesión, la conspiración con influencia extranjera y otros que amenacen la seguridad del territorio.
Los detractores de esta ley en Hong Kong y en Occidente la atribuyen al deseo de Pekín de recrudecer el control sobre la región autónoma.
China rechaza cualquier crítica al respecto y sostiene que los temas relativos a Hong Kong son un asunto interno.
Con información de Sputnik y RT
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