Los equipos de extinción han logrado controlar los incendios de la provincia de Ourense, que han calcinado más de un millar de hectáreas. También lo han conseguido en Oleiros, en Portugal, donde han ardido unas 6.000 hectáreas y ha fallecido un bombero. Sin embargo, la alerta continúa esta semana, en la que primarán las altas temperaturas.
El coronavirus frena el crecimiento económico, pero no la temporada de incendios. Hasta la fecha, Galicia es una de las comunidades autónomas más afectadas por el fuego. El domingo 26 de julio, los equipos de extinción consiguieron estabilizar el incendio registrado en la localidad orensana de Monterrei.
El fuego, que se inició el viernes 24 de julio, ha arrasado 720 hectáreas, de las cuales 450 son forestales y 270 eran utilizadas para actividades agrícolas, según la última estimación facilitada por el departamento de Medio Rural de la Xunta de Galicia.
Para controlar las llamas se movilizaron un técnico, 22 agentes, 42 brigadas, 27 motobombas, dos palas, nueve helicópteros y 12 aviones, así como efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME). En concreto, del cuerpo militar se trasladaron 64 efectivos, además de otros 43 para hacer el relevo la mañana del sábado 25. A este dispositivo sumó el Ministerio de Transición Ecológica y del Reto Demográfico personal de la Brigada de Especialistas en Extinción (BRIF). Los aviones, helicópteros y avionetas llegaron a Monterrei desde las bases de Lavacolla, Salamanca, Zamora y Asturias.
Sin embargo, no es el único incendio que ha afectado a la comunidad autónoma. El domingo 26 de julio fueron controlados dos fuegos más en la provincia de Ourense, en las localidades de Verín y Viana do Bolo.
Las llamas han calcinado 144 hectáreas en Verín, mientras que en Viana do Bolo han arrasado 210. En total, junto al incendio de Monterrei, se superaría el millar de hectáreas devastadas por el fuego.
Alto riesgo de incendios
Más allá de Galicia, sigue activo el incendio declarado el domingo 26 de julio a las 19:30 en la localidad asturiana de Belmonte de Miranda. Los trabajos de extinción se centran en un frente de 600 metros que se localiza en una zona alta y de difícil acceso, tras lograr contener las llamas en la cabeza y la cola del incendio.
Por su parte, las brigadas del Servicio de Extinción de Incendios Forestales de Andalucía trabajan por acabar con el fuego declarado el 26 de julio en la población sevillana de Puebla de los Infantes. Su avance está controlado.
Preocupa también la situación de Portugal. El país vecino ha decretado la situación de alerta por el riesgo de incendios durante los próximos dos días. De momento, el incendio de Oleiros, el más virulento de lo que va de verano y que ya deja una víctima mortal, está controlado tras arrasar unas 6.000 hectáreas, según la aproximación de Luís Belo Costa, comandante de Protección Civil en la zona. No obstante, permanecen en terreno todavía 850 bomberos, 270 vehículos de extinción terrestre y dos medios aéreos.
Precaución en Portugal y también en España. La Agencia Estatal de Meteorología ha decretado que casi todo el territorio español está riesgo extremo o muy alto de sufrir un incendio el lunes 27 de julio, principalmente por las altas temperaturas.
En España, en lo que llevamos de 2020, han ardido 18.523 hectáreas, un 63,5% menos que en los mismos meses en 2019. Además, se han producido 3.607 incendios hasta el 12 de julio, lo que supone un 50% menos que el año pasado durante estas mismas fechas. Una primavera lluviosa y la llegada tardía de las altas temperaturas ha favorecido a una menor incidencia de fuegos, aunque el encierro por el coronavirus también.
«El confinamiento ha ayudado a que haya menos incendios porque el ser humano es la causa fundamental y al no estar en el monte es más difícil que se produzcan», precisó el subdirector de Política Forestal, José Manuel Jaquotot, durante la presentación de estos datos.
La pandemia no detiene el fuego. Pero, confinarnos en nuestros domicilios, si que es una ayuda.
Cortesía de Sputnik
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