Miles de niños, niñas y adolescentes en Latinoamérica han perdido sus sueños y la posibilidad de desarrollar sus capacidades. La explotación sexual infantil en esta parte del mundo sigue siendo un problema ignorado.
El ocultamiento oficial en varias naciones impide la existencia de estadísticas homogéneas y los organismos internacionales carecen de datos al respecto.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) calcula que alrededor de 1,8 millones de niños y niñas sufren la explotación sexual en todo el mundo; sin embargo, reconoce que trabaja en función de aproximaciones.
En este contexto, activistas expresan su preocupación por el fenómeno, que recobra relevancia al conmemorarse, el jueves 30, el Día Mundial contra la Trata de Personas.
«Todavía estamos en una situación de escasa visualización. Necesitamos seguir mostrando que esta práctica no es elegida por las adolescentes, que es un tema que está sostenido por una cultura que cosifica a las personas, que transforma a las mujeres como propiedad sexual y a los niños y niñas como propiedad de los adultos», dijo la socióloga uruguaya Cristina Prego.
Turismo sexual
Uno de los casos que más alerta a los analistas es el turismo sexual infantil, ya que ciudadanos de Europa, Estados Unidos y Canadá que aprovechan la vulnerabilidad de niños en Centro y Sudamérica, con especial interés en México, Brasil, Colombia, Perú y Bolivia.
«La explotación sexual en niños en América Latina es una situación grave (…) incluso personas adultas de otros continentes llegan a esta región con el objetivo explícito de tener prácticas sexuales con niños o niñas (…) A pesar de que es un fenómeno que se suele pensar que ocurre en Asia, está en aumento en América Latina», dijo la especialista en el seguimiento de situaciones de explotación sexual de adolescentes.
El Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes en México alertó sobre el aumento del turismo sexual infantil en su informe «La trata de personas en el Sector Turístico» del 2019.
Allí estimó que hay unas 20.000 víctimas de prostitución en el país que son menores de edad.
Las autoridades afirman que México es la nueva «Bangkok de Latinoamérica» y estiman que un 36% de los clientes vienen de Estados Unidos y Canadá, otros provienen de Inglaterra, Holanda y Alemania.
Asimismo, existen entre 20.000 y 35.000 menores de edad que son explotados sexualmente en Colombia, según informe de 2016 de ECPAT Internacional.
En Cartagena, corazón del Caribe colombiano, se estima que 1.500 niños y adolescentes son explotados en la industria del sexo, y los turistas extranjeros abiertamente buscan a menores para la prostitución.
Por su parte, en Brasil, 900 ciudades presentan casos de explotación sexual infantil vinculadas al turismo; de estas, 436 son destinos turísticos del nordeste y las cifras muestran que 100.000 niños son víctimas de la explotación sexual, según advirtió Unicef en 2018.
El Estudio Global sobre la Explotación Sexual de Niños en Viajes y Turismo, realizado en 2016 por ECPAT International, señala que una de las características comunes de América Latina es la presencia de un gran número de niños, niñas y adolescentes (alrededor de un tercio de la población total de la región) y altos niveles de pobreza infantil, los cuales pueden llegar a un 70%.
El turismo representa cerca del 9% del Producto Interno Bruto en toda la región y genera más de 16 millones de empleos, por ende, familias y gobiernos tienen una alta dependencia a esta rama de actividad, lo que hace difícil la posibilidad de que las víctimas denuncien los incidentes, agregó ECPAT Internacional.
Causas y consecuencias
Prego afirmó que los niños y adolescentes que viven en condiciones de pobreza son los más vulnerables ante la explotación sexual y sostuvo que son los propios familiares o referentes cercanos los que por lo general los introducen en este tipo de situaciones de abuso.
«El intercambio a veces es por dinero y a veces por un surtido de comida para la familia. Las situaciones vinculadas a raptos no son tan habituales en Sudamérica, sí hay más de esa modalidad en América Central», agregó.
Sostuvo que las adolescentes vinculadas al consumo de sustancias y los menores son más vulnerables a las redes de explotación.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) estima la mayoría de las víctimas de trata de blanca detectadas en Centroamérica y el Caribe en el 2016 fueron niñas.
Prego sostuvo que la explotación sexual genera «efectos gravísimos» en la salud de las niñas, como por ejemplo los embarazos forzados, las infecciones de transmisión sexual, afectación al aparato reproductor y dificultades renales.
«Además, produce dificultades para sostener el sistema educativo, quedan excluidas de poder desarrollar sus capacidades, tienen dificultades en los vínculos con sus pares. Estas niñas empiezan a circular por contextos donde la mayor cantidad de personas son adultas, entonces pierden la habilidad del vínculo con los niños, pierden esa etapa de su vida, lo que es importante para su desarrollo», agregó.
Cortesía de Sputnik