Producto de la pandemia la educación en Bolivia se desarrolla de forma virtual y este domingo el Gobierno anunció adelantar la clausura del año escolar 2020 para el subsistema de educación regular de los niveles inicial, primario y secundario de los colegios fiscales, privados y de convenio.
Según el cronograma escolar las actividades académicas terminan en el mes de diciembre, ante este situación las reacciones de rechazo no se hicieron esperar por parte de maestros rurales y urbanos, quienes indicaron que es una muestra del fracaso del plan gubernamental de educación a distancia.
El Ejecutivo señaló que los estudiantes pasan al otro grado de forma inmediata y no habrá reprobación de curso. Los sectores involucrados afirman que la medida no fue consensuada y expresaron su preocupación por no buscar otras alternativas.
El Gobierno de Jeanine Áñez ofreció tres versiones por las que según se culminaba el año escolar antes de lo establecido en la ley:
“(La medida) entrará en vigencia a partir de este lunes 3 de agosto, la clausura se da porque principalmente los niños del área rural no tienen internet, el sistema de fibra óptica sólo llega a las ciudades. Esto implica la promoción de los estudiantes al curso superior”, dijo ayer el ministro de la Presidencia, Yerko Núñez, en una conferencia de prensa.
El Ministerio de Educación dio otra versión sobre el porqué se decidió clausurar las clases. Mediante un comunicado, esta cartera de Estado culpó a los dirigentes y a maestros e indicó que se negaron a dialogar con el Gobierno para mejorar la educación. El Ejecutivo denunció, además, que los profesores amenazaron con “tomas de instituciones a nivel nacional”, además chantajearon a sus bases para que participen en las protestas.
Horas más tarde, la autoproclamada presidenta Jeanine Añez dio una tercera versión e informó que la decisión de clausurar la gestión escolar 2020 fue para preservar la salud de los niños y jóvenes y evitar que los contagios por coronavirus se disparen aún más. “Como madre, sé lo que es la preocupación por la salud de las familias. Enviar a los estudiantes a clases en plena pandemia hubiera disparado el contagio entre ellos y entre sus familias”, dijo.
El Ejecutivo instruyó además a las unidades educativas a cumplir con los trámites administrativos durante el resto del año 2020.
Sobre los salarios de los maestros, Núñez dijo que en el sistema fiscal los educadores cobrarán con regularidad pese a la clausura del año escolar.
La situación se torna compleja para el sistema particular, el ministro de la Presidencia explicó que los colegios privados tienen que llegar a un acuerdo con los profesores en el tema de los sueldos y con los padres de familia respecto a las mensualidades.
El ejecutivo nacional de la Confederación Nacional de Maestros de Educación Rural de Bolivia, Andrés Huayta, dijo que rechazan la decisión del Gobierno porque «se eligió el camino más fácil».
Huayta aclaró que el sector estaba preocupado en la elaboración de cartillas para la educación a distancia. “No podemos dejar a nuestros estudiantes en nada, nosotros seguiremos trabajando”, sostuvo. Rechazó las acusaciones de promover conflictos y aclaró que no participa en las convocatorias de la Central Obrera Boliviana.
Para el secretario ejecutivo de la Federación de Maestros Urbanos de La Paz, Leandro Mamani, la determinación del Gobierno es una muestra del fracaso del plan de educación virtual que fue promovido por el ministro Víctor Hugo Cárdenas.
“Esta medida es un camino fácil para evitar conflictos. Comprobamos que el Gobierno no invertirá para solucionar el problema de la educación”, aseguró Mamani.
Los maestros de los colegios particulares rechazaron la medida del Gobierno y precissron que no fue consensuada con los sectores. Alertaron que están en emergencia porque se dejará en la calle a más de 36.000 profesores en el país. En algunos casos, los maestros enviaron comunicados a los padres de familias para indicar que las clases continúan pese al anuncio del Gobierno.
El pasado 8 junio, representantes de maestros y padres de familia de colegios fiscales y privados advirtieron que la falta de un reglamento, un currículo reducido, una metodología, la determinación de un tiempo y la inversión son las principales falencias que ponen en el limbo la aplicación de la educación virtual en Bolivia.
Padres, profesores y representantes de colegios privados recibieron la noticia de la clausura de año escolar 2020 como un balde de agua fría. Los primeros anunciaron que no pagarán las pensiones, los segundos indicaron que seguirán con las clases y los terceros advirtieron el cierre de los establecimientos.
La Asociación Nacional de Padres de Familia expresó su preocupación por la decisión gubernamental de clausurar el año escolar 2020 y lamentó la determinación. “Expresamos nuestra preocupación por la decisión extrema de clausurar el año escolar por las consecuencias negativas en el proceso de enseñanza y aprendizaje de nuestros hijos”, dijo el presidente de la organización, José Antonio Pereira.
Gerardo Durán, uno de los representantes de la Asociación Nacional de Colegios Privados de Bolivia (Andecop), informó que el sector está en emergencia y advirtió el cierre de algunos establecimientos por falta de ingresos.
“Rechazamos cualquier atentado a la Constitución Política del Estado, que en su artículo 13 habla sobre los derechos fundamentales de las personas, cualquier disposición que afecte estaría contra la Constitución misma, es una declaración que ha hecho un ministro (Yerko Núñez) de manera política e inconsulta a los actores de la educación, dejando sin trabajo a más de 36.000 profesores y 360 mil estudiantes sin aprendizaje, solamente en establecimientos privados”, explicó el coordinador de la Plataforma por la Educación y la Vida, compuesta por profesores de colegios privados, Alain Rivero.
Con información de Página Siete
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