La irrupción del BitCoin en 2009, la criptomoneda más famosa y cotizada hasta el momento, desdibujó el mapa financiero mundial y generó una ola de “mineros” al estilo los cazatesoros del siglo XIX del lejano oeste de EE. UU.
Con el pasar del tiempo, detrás del bitcoin aparecieron otras monedas como el Litecoin, Ethereum, Dash, Bitcoin Cash, hasta llegar a 2.677 existentes hoy día, según registra el sitio web especializado en la materia Coinmarketcap.
Este boom se debe a la creciente confianza que hay en los criptoactivos descentralizados – como los ya nombrados-, que representan una opción de ahorro segura a futuro, en unas finanzas inestables en pleno 2020, año que atraviesa la pandemia por el Covid19, que, según la Organización Mundial de la Salud, no parece tener un fin cerca.
Es así como muchos de estos activos se han mantenido estables, con sus subidas y bajadas, y han generado, a su vez, una ola, cada vez más creciente, de “mineros”, quienes ya están usando la modalidad hosting o tercerización de la minería.
¿Quiénes son los mineros y por qué la necesidad del hosting?
Los “mineros” son personas que se encargan de validar las transacciones en la cadena de bloques (blockchain, en inglés) de cada criptomoneda, empleando hardwares y softwares especializados. Dichas máquinas, además de costosas – entre USD 3.000 y 5.000 por unidad- emiten mucho ruido, consumen un alto voltaje de electricidad, requieren de una buena conexión a internet y un ambiente adecuado en cuanto a temperatura, por lo que diseñar un espacio para “minar” en casa genera muchos inconvenientes.
Es así como han surgido los llamados hosting (alojamiento), que buscan facilitar el minado de criptomonedas. Este servicio es la tercerización con asesoría por parte de empresas o firmas jurídicas, que se encargan de localizar los equipos en granjas adecuadas y apartadas para minar. Estas empresas cuentan con amplios espacios para alojar miles de máquinas, en donde van instaladas en un clima idóneo y se les realiza mantenimiento.
“En gran parte de América Latina hay un movimiento importante de jóvenes, de personas, de emprendedores de la economía digital que está impulsando este nuevo modelo económico digital. Argentina, Uruguay, Chile, Colombia, Venezuela, Brasil están impulsando estos servicios de hosting de minería digital”, sostuvo Ricardo Baptista, profesor de criptoeconomía y Co-fundador del 1er diplomado de criptomonedas en Venezuela.
Uno de los puntos en el que enfatiza el especialista es el alto consumo eléctrico de este tipo de aparatos. “Si Ud. va a colocar en su casa una máquina y eso no le va a generar algún tipo de molestia a su comunidad, en cuanto al sonido o a la carga eléctrica, bien. (…) Ahora si Ud. va a tener más de 10 máquinas tiene que entonces que registrar un ejercicio económico donde tiene que ir a una zona industrial, porque eso le va a afectar la distribución eléctrica donde Ud. reside”.
Baptista resalta las bondades del hosting como una solución a esos pequeños inconvenientes que pueden generar quema de equipos. “Es importante para que la persona no asuma el riesgo desde su casa, por un tema de corte eléctrico de algún tipo de incidencia, de alguna quema de toma de poder. Una de las bondades del hosting es que ellos te prestan el mantenimiento preventivo, correctivo, ellos asumen el costo compartido con el que está requiriendo el servicio de manera equitativa”, sostuvo.
Otro aspecto que este especialista considera importante a tomar en cuenta es la legislación en cada país, a la hora de asumir tanto la minería local como emprender un hosting. “No es necesario ser un experto para ejercer la minería digital pero sí debes tener un conocimiento básico para poder decidir, con conocimiento, cuáles son las mejores opciones para tú poder ejercerla. En este caso es necesario que las personas primero se informen de fuentes seguras y oficiales que permitan que ese ejercicio lo puedan hacer cumpliendo con las normas y el respeto a las leyes”.
El panorama en América Latina
El hosting en América Latina parece casi imposible por las condiciones climáticas y, tratándose de una región en vías de desarrollo, esta no cuenta con redes eléctricas óptimas y suficientes para la instalación de granjas de minería amplias y extensas.
Así lo consideró el ingeniero, especialista en proyectos TI y director de ITG Group, Racifo Acosta, quien explicó los problemas que confronta Suramérica específicamente.
“Se tendría que buscar un país que tenga energía barata. Una de las fuentes más confiable de energía barata son plantas eléctrica de gas; y la segunda es el sector hidroeléctrico es decir plantas hidroeléctricas. Grandes represas, que puedan construir una represa, la cual sería reservada exclusivamente para ese negocio, lo que es bastante difícil en Suramérica porque Suramérica, más bien, apenas está empezando a generar riqueza”.
El factor clima también es fundamental, aseveró Acosta. “La mayoría de los hosting de equipos de minería están en algunos países escandinavos, Canadá, Islandia, y en Rusia, más específicamente en Siberia (Donde está Bitriver, granja de la fotografía), locación que por las bajas temperaturas y el bajo costo de la abundante electricidad (tienen una represa casi solo para ellos) es una de las opciones más rentables para quienes quieren invertir en hosting en la actualidad.
Suramérica, por su ubicación en el ecuador más bien es tropical; es decir, los gastos eléctricos para el tema de refrigeración son excesivos. Ha habido proyectos, en los que los equipos se ponen inclusive bajo el agua pero no han sido efectivos, porque al final de cuenta los procesadores no aguantan más de un año sumergidos, se tienden a atrofiar por el tema del agua salinizada”, agregó.
El caso Venezuela
En cuanto a Venezuela, Tanto Baptista como Acosta apuestan al hosting, a la regularización del minado y a la no a la instalación de grandes equipos por parte de particulares en granjas clandestinas que solo afectan a la red eléctrica nacional, golpeada por las sanciones del gobierno de EE. UU.
“Minar un bitcoin es altamente costoso en Canadá y en EE. UU, tanto por tributos punibles como el consumo eléctrico. A eso tienen que hacerle una estructura de costo en cuanto te sale. Si un Bitcoin hoy cuesta cerca de 11 mil dólares réstale lo que debes pagar en esos tributos punibles”, que son diferentes en cada estado de EE. UU. “Entonces si un bitcoin cuesta minarlo en EE. UU USD 2 mil o 3 mil en Venezuela sale casi que a 100 y es bastante”, explica Baptista.
Ante dicho auge de minas clandestinas, en este país suramericano se creó la Superintendencia de Criptoactivos y Actividades Conexas (Sunacrip) y el Observatorio Blockchain en Venezuela el 8 de diciembre del 2017, con el fin de explotar criptomonedas a gran escala y de manera lícita.
Acosta, por su parte, explicó que las recientes sanciones y ataques del presidente Donald Trump contra Caracas han imposibilitado al gobierno venezolano hacer los correctivos en la red eléctrica, con el fin de expandir el minado a gran escala.
“El tema en Venezuela se complica por la situación del sistema eléctrico (…) el gobierno está actualmente bajo un ataque brutal del gobierno norteamericano, que aplicó sanciones al gobierno venezolano, lo cual le impide hacer las inversiones respectivas en el sector eléctrico, para impulsar este negocio”, dijo el analista, quien agregó que el sector privado “también trata de invertir en Venezuela pero está constantemente bajo un ataque de EE. UU”.
Este escenario, considera Acosta, dio paso al hosting como alternativa idónea. “Ya nadie utiliza su casa para minar y los grandes proveedores de equipos recomiendan que sean conectados en empresas de hosting, porque garantizan la durabilidad y la garantía de los aparatos”, afirmó el experto.
Añadió además que un equipo de minado Atminer S9 “encendido es prácticamente el consumo eléctrico de una casa; la planificación de Corpoelec –Corporación Eléctrica Nacional- y de todas las empresas eléctricas del país no están diseñadas para estos proyectos (…) El Guri – principal hidroeléctrica de Venezuela- no guanta una carga eléctrica de 70 mil unidades de criptomoneda encendidas al momento”.
Es por ello que existen empresas responsables en el área del hosting como BitRiver, firma que posee unas 70 mil máquinas instaladas en Siberia (Rusia), y para los que están en Venezuela, con su representante Integlob.
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