La pandemia mundial provocada por el nuevo coronavirus tiene dos grandes ganadores. Por un lado, los multimillonarios dueños de emporios tecnológicos de Estados Unidos, quienes ahora ocupan siete lugares en la lista de las 10 personas más ricas del mundo, según Forbes. Por el otro, el bitcoin, la criptomoneda que la elevado su valor cuatro veces más rápido que la recuperación del Dow Jones desde marzo.
Por delante de estos multimillonarios siempre estarán tres familias cuyas fortunas son incalculables: los Rothschild, los Rockefeller y los Morgan. Cada una de ellas, y por generaciones, han establecido bancos, universidades, hospitales, transnacionales, compañías de seguridad, ejércitos, e incluso han fundado nuevas naciones. La revista Diners recientemente aseguró que si se compara la fortuna de Bill Gates, Warren Buffett, Carlos Slim, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Larry Ellison y Michael Bloomberg juntos, no llega ni al 3 % de las riquezas que poseen estas familias.
Pero, por ser incalculables sus riquezas, nos quedaremos con las contabilizadas por Forbes. Por ejemplo el CEO de Apple, Tim Cook, se unió al club de los multimillonarios después de que la pandemia ayudara a que el precio de las acciones del gigante tecnológico alcanzara niveles récord.
Ese estatus le llegó pocos días después de que Mark Zuckerberg se convirtió en el tercer miembro del «Club Centibillionaire«, ya que su riqueza personal se elevó a 100 mil millones de dólares.
De esta manera, el cofundador de Facebook le sigue la ruta a Jeff Bezos y Bill Gates, los únicos en alcanzar un patrimonio neto de 12 cifras. Pero, precisamente, los fundadores de Amazon y Microsoft, respectivamente, también han visto cómo sus fortunas aumentan considerablemente en los últimos meses.
Jeff Bezos, en la estratosfera
En particular, la riqueza de Bezos se dispara a un ritmo sin precedentes, ya que las medidas de cuarentena en el mundo obligaron a millones de personas recurrir al minorista en línea en busca de alimentos y entretenimiento.
De acuerdo con un reportaje de Independent, desde principios de año, Bezos ha incrementado su riqueza en más de 75.000 millones de dólares, más que el patrimonio neto individual de los cofundadores de Google, Sergey Brin y Larry Page.
Ahora, tanto Brin como Page -quienes ocupan el octavo y el décimo puesto- también obtuvieron ganancias considerables de alrededor del 10 % de su fortuna total, en el primer semestre del año.
Para entender mejor la magnitud de esas riquezas, las ganancias acumuladas de las 10 personas más ricas del mundo desde principios de año equivalen al Producto Interno Bruto (PIB) combinado de 90 países.
Con una riqueza combinada de 938 mil millones de dólares, las 10 personas más ricas ahora se ubican entre los 20 países más importantes del mundo en términos de PIB, por delante, incluso, de Arabia Saudita.
Además, la riqueza combinada de las 100 personas más ricas también ha aumentado desde principios de año en 3,3 billones de dólares, superando al PIB del Reino Unido. Solo Estados Unidos, China, Japón y Alemania tienen una clasificación más alta.
Incluso, Bezos por sí solo se ubicaría como la 54° nación más rica. Otro ejemplo: la fortuna de Bezos es ahora más de 400 veces mayor que la fortuna de 458 millones de dólares de la Reina de Inglaterra.
La asombrosa disparidad ha llevado a muchos a cuestionar si se debe permitir que continúe tal acumulación de riqueza, particularmente a medida que las consecuencias económicas de la pandemia continúan afectando a millones de personas en el mundo.
Un informe reciente del banco suizo UBS encontró que 77 % de las familias más ricas habían visto aumentar su fortuna durante la pandemia. Mientras, otro reporte separado del Instituto de Estudios Fiscales encontró que las familias más pobres habían visto disminuir sus ingresos.
“Los hogares de la quinta parte más pobre, medidos por sus ingresos previos a la crisis, han sido los más afectados en esos términos, con una caída en sus ingresos familiares medios de alrededor del 15 %”, indica el informe.
En Estados Unidos, el senador Bernie Sanders presentó días atrás la “Ley para que los multimillonarios paguen”, en un intento por abordar el desequilibrio de riqueza.
Aunque muy poco probable, si tiene éxito la legislación obligaría a los multimillonarios a pagar un impuesto del 60 % sobre las ganancias obtenidas entre el comienzo de la pandemia y el final del año en curso.
De acuerdo con la propuesta, los ingresos generados por esa ley podrían usarse para ayudar a pagar los costos de atención médica de las familias estadounidenses con dificultades.
El bitcoin es el activo más deseado
La pandemia ha provocado una agitación económica y financiera mundial en una escala no vista desde la Segunda Guerra Mundial. Los bloqueos prolongados, el desempleo masivo y la interrupción del comercio internacional provocaron que los mercados bursátiles colapsaran y pronosticaran terriblemente el futuro.
Un estudio de Independent concluyó que se necesitarán años para que se materialice el impacto total de la COVID-19. Incluso, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, advirtió en abril que desencadenaría una recesión «que probablemente no tiene paralelo en el pasado reciente».
Sin embargo, en medio de todo el caos, ciertos «activos de refugio seguro» se han enfrentado a las tendencias del mercado para alcanzar nuevos máximos anuales en los últimos días.
Desde mediados de marzo, cuando comenzó la primera ola de medidas de confinamiento, el precio del oro ha aumentado casi un tercio. En ese mismo período, el bitcoin aumentó considerablemente su valor y, aún hoy, continúa subiendo.
En tiempos de certeza económica global, los inversores suelen buscar asegurar sus tenencias en oro, plata y otros activos no volátiles. Aunque el bitcoin puede haber sido creado en respuesta a la crisis financiera de 2007-2008, su volatilidad de precios lo ha convertido en una inversión notoriamente arriesgada.
Pero, sus recientes aumentos de precios han llevado a muchos expertos a sugerir que el bitcoin ha dejado de ser un activo especulativo para convertirse en un activo de refugio seguro, o como algunos prefieren llamarlo: el “oro digital”.
¿Por qué sucedió esto?
El suministro finito de la criptomoneda (no existirán más de 21 millones de bitcoins) y la falta de vínculos con cualquier país o institución ayuda a fortalecer estos paralelos con el oro y puede ser la razón por la que los inversores lo ven cada vez más como un depósito de valor efectivo.
Desde que comenzó el año cotizando en alrededor de 7.000 dólares, el bitcoin registró ganancias constantes antes de reflejar los mercados globales en marzo una caída por debajo de 5.000 dólares. No obstante, en los siguientes cinco meses sus ganancias superan a cualquier otro activo importante y aumentaron cuatro veces más rápido que el promedio industrial Dow Jones. Hoy se ubica por encima de los 12.000 dólares.
«Bitcoin se está dando cuenta actualmente de su reputación como una forma de oro digital«, dijo a Independent Nigel Green, director ejecutivo de la firma financiera deVere Group.
«Hasta ahora, el oro ha sido conocido como el activo refugio definitivo, pero el bitcoin, que comparte sus características clave de ser un depósito de valor y escasez, podría potencialmente sacar al oro de su posición de larga data en el futuro”, precisó.
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