Todo comenzó por el rechazo de ciudadanos a convertir un parque en un centro comercial en Estambul. La intensa represión y el ánimo frente a un gobierno que apuesta por empujar una guerra contra la vecina Siria, convirtieron la protesta en una amplia movilización contra el Gobierno del musulmán pro Occidente, Recep Erdogan. El primer ministro dice que no cederá a esta «protesta ideológica».
Miles de personas se han manifestado desde el viernes en Estambul contra la planeada destrucción de un céntrico parque, después de que anoche se extendieran las protestas a otros barrios de la metrópolis y también a otras ciudades de Turquía.
Se trata de los enfrentamientos entre policía y manifestantes más extensos y violentos desde la llegada al poder del primer ministro, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, hace 10 años. Cifras preliminares dan cuenta que en las protestas 79 personas resultaron heridas y un total de 939 personas han sido detenidas en el transcurso de las 90 manifestaciones que se han celebrado en distintas ciudades de Turquía, sobre todo en Estambul y Ankara, mientras la policía se ha retirado ya de las calles y la violencia registrada en las horas precedentes se ha transformado en un ambiente festivo al considerar los participantes que han ganado la batalla al Gobierno turco. Las cifras fueron facilitadas por el ministro de Interior, Muammer Guler.
UN MALL POR UN PARQUE
El conflicto saltó por la pretensión del Gobierno del islamista moderado Recep Tayyip Erdogan de arrasar el céntrico parque Gezi, uno de los pocos espacios verdes del centro de Estambul. El objetivo es construir allí un centro comercial, proyecto rechazado por la propia comisión municipal, pero defendido en público por el primer ministro. Ayer, un juzgado administrativo ordenó paralizar las obras, pero el conflicto ya va mucho más allá del parque.
Lo que empezó el lunes pasado como una pequeña acampada se ha convertido en un gran conflicto con el violento desalojo policial en la madrugada del viernes y ahora ha alcanzado categoría de desafío político al Gobierno turco. Mientras que las excavadoras retiran las barricadas erigidas anoche en la calle Istiklal, arteria comercial de Estambul, a pocos metros, cientos de manifestantes utilizan el mobiliario urbano para crear nuevos obstáculos a los vehículos blindados de la policía.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró hoy que no cederá frente a las protestas. El mandatario tachó de «ideológicas» las protestas. «Este incidente ya no tiene nada que ver con el Parque Gezi, se ha convertido en algo ideológico, para conquistar (la alcaldía de) Estambul», aseguró Erdogan, prometiendo que el proyecto de urbanizar el parque iba a continuar.
Erdogan ha reconocido que la Policía empleó una fuerza excesiva en la represión de las protestas. «Hubo un error de la Policía al utilizar el gas pimienta. Sí. He ordenado al Ministerio del Interior que lo investigue. Ha sido excesivo», ha afirmado Erdogan durante una intervención ante la asamblea general de la Asociación de Exportadores Turcos recogida por los medios del país. Sin embargo, también ha exigido el fin de las protestas. «Pido a los manifestantes que pongan fin de inmediato a estas manifestaciones», ha añadido el mandatario turco, que además ha asegurado que la Policía no se retirará de la plaza, como piden los manifestantes. «La Policía estaba allí y seguirá allí, en Taksim», ha matizado.
TAKSIM SE PUEDE CONVERTIR EN LA PLAZA TAHRIR
Los agentes usan con profusión granadas de gas lacrimógeno y chorros de agua a presión para dispersar a los manifestantes, que muestran su intención de no cejar en su empeño de regresar al parque Gezi, protegido por fuertes cordones policiales. La versión electrónica del diario Hürriyet, que cita fuentes de la policía, informó hoy de que han sido detenidas 81 personas en los violentos enfrentamientos con las fuerzas del orden.
«Unidos contra el fascismo», «Gobierno, dimisión» y «Taksim está en todas partes, la resistencia también», fueron algunos de los esloganes cantados en varios barrios de Estambul, tanto en zonas obreras tradicionalmente conflictivas como en elegantes distritos de clase media-alta. Pasada la medianoche hubo caceroladas en distintos puntos de la ciudad y al amanecer, medio millar de personas cortó el tráfico en el puente del Bósforo al marchar de la parte asiática de la ciudad hacia la europea.
Gran parte de las arterias centrales de Estambul están bloqueadas hoy por la policía y se han suspendido numerosas líneas de transporte público.
PROTESTAS SE AMPLIAN
El Partido Republicano del Pueblo (CHP), el principal grupo de la oposición parlamentaria, ha convocado una «concentración por la libertad y la democracia» para las 13.00 GMT. Un responsable del CHP señaló que los militantes de su partido pretenden unirse luego desde su concentración en el Bósforo a las protestas de la plaza Taksim en el centro de la ciudad.
En algunos foros en Internet activistas turcos ya se preguntan si «Taksim se puede convertir en la plaza Tahrir», en alusión a la plaza de El Cairo donde se engendró la revolución contra el dictador egipcio Hosni Mubarak hace dos años.
Erdogan afirma que no cederá a las protestas
«No tenemos un Gobierno, tenemos a Tayyip Erdogan. Incluso los seguidores del AKP dicen que han perdido la cabeza y no nos escuchan», ha lamentado uno de los manifestantes, Koray Caliscan, que ha pronosticado un «verano de descontento» en las calles de Turquía. Por lo pronto, las manifestaciones se han extendido también a Ankara, donde las fuerzas de seguridad han utilizado este viernes gas lacrimógeno para dispersar a un grupo de personas que intentaba alcanzar la sede del AKP. Los manifestantes de Ankara, en su mayoría simpatizantes del opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP), protestaban inicialmente contra las restricciones a la venta de alcohol pero terminaron coreando consignas en solidaridad con las movilizaciones de Estambul.
79 HERIDOS POR LO MENOS
El gobernador de la ciudad Estambul, Avni Mutlu, confirmó por la tarde que hay una mujer en estado crítico, así como 79 heridos y 939 detenidos. Poco después, el ministro de Interior turco, Muammer Güler, rebajó el número de heridos a 7, a la vez que desmintió los insistentes rumores de que hubiera muertos. Decenas de personas sufrieron además problemas respiratorios por los gases lacrimógenos usados por la policía. En una rueda de prensa de la llamada Plataforma Taksim, dos médicos aseguraron incluso que durante el asalto policial al parque un joven murió de un ataque al corazón, aunque estas afirmaciones no fueron confirmadas oficialmente. Los médicos acusaron al hospital donde fue ingresada la supuesta víctima de no haber hecho públicos estos datos.
Uno de los participantes, que se identificó como Ali, aseguró que las protestas seguirán, incluso con mayor fuerza. «Es una protesta espontánea en la que participa mucha gente de clase media, hay un enorme apoyo social. No es obra de un partido, sindicato u organización de izquierda determinada», aseguró el manifestante cerca de la plaza Taksim. Desde las calles Estambul, Mert Burge, estudiante de 18 años, se ha quejado de la «presión» a la que el Gobierno somete a la población y ha reconocido que la movilización «ya no es sólo por los árboles» del parque, sino porque a una gran parte de la población «no le gusta la dirección que está tomando el país». «Nos quedaremos aquí esta noche y dormiremos en la calle si hace falta», ha advertido este joven.
USO EXCESIVO DE LA FUERZA
La catedrática Betül Tanbay, una de las líderes de la Plataforma Taksim, recordó que la demolición del parque es completamente ilegal porque el plan municipal de remodelación de esa plaza, aprobado hace año y medio, únicamente prevé la construcción de un túnel bajo la plaza, pero ninguna intervención en el parque mismo. La pretensión de reconstruir unos históricos barracones otomanos para albergar un centro comercial fue rechazada por la comisión municipal, pero Erdogan «rechazó el rechazo» y prometió que las obras seguirían adelante, añadió la catedrática ante la prensa. La sexta sala del Tribunal Administrativo de Estambul emitió este viernes una orden de paralizar las obras, pero Tanbay duda de que se cumpla. «Están usando la fuerza bruta policial para imponer un proyecto no aprobado por el municipio», denunció.
Las organizaciones de derechos humanos Amnistía Internacional y Human Rights Watch criticaron el «uso excesivo de la fuerza» de la policía contra manifestantes pacíficos. La Policía antidisturbios se enfrentó recientemente a miles de manifestantes reunidos con motivo del 1 de Mayo en Estambul. Asimismo, también se han registrado movilizaciones contra la posición del Gobierno respecto a la crisis siria, el endurecimiento de las restricciones al alcohol y las medidas contra las expresiones de afecto en público.
Público – Agencias
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