Recordando a un poeta inglés

Me parece tan raro que Adrian Mitchell haya muerto


Autor: Sebastian Saá

Me parece tan raro que Adrian Mitchell haya muerto. Y no es que estuviera al tanto de su vida todos los meses. Ni siquiera todos los años. Ni supe de él casi toda la última década creo. Una mañana de octubre, hace cerca de diez años, me despertó el teléfono muy temprano. Atendí preocupado pensando en alguna emergencia y una voz en inglés me dijo: -Hello Marisio. We did it!. Who is it? -balbuceé. It´s Adrian here-escuché. Hacía unas horas, como en un sueño bañado de hiperrealismo mágico casi pasado de modernidad y políticamente incorrecto el Patio Escocés o Scotland Yard había detenido a un ex – dictador sudamericano en una clínica londinense y el viejo y querido amigo Adrian Mitchell, como en una promesa for ever me llamaba y me decía. “Lo hicimos Mauricio”.
Recién llegado a Londres a mediados de los setenta pude ver en innumerables encuentros de solidaridad con Chile un documental sobre Víctor Jara. Recuerdo que por múltiples razones era una película que siempre vi en fragmentos. A veces llegaba atrasado, a veces tenía que irme antes, u otras veces (como frecuentemente ocurría en el pub y sede del Partido Comunista Británico de la ciudad de Birmingham de emblemático nombre-THE RED STAR ),  la vieja proyectora soltaba la película y quedaba una luz blanca potente en la pantalla como toda respuesta y no había más cine..
El documental en cuestión (que era en inglés, sin subtítulos y difícil para mi de seguir con my english de cuarto medio del Liceo Amunátegui a pesar de los ingentes esfuerzos para que entrara a nuestras cabezotas la lengua de The Beatles que hizo durante años nuestra querida profesora la señorita Nidia Alvarado) tenía en sus primera escenas a Joan Turner, la viuda de Víctor Jara con sus hijas Manuela y Amanda recién llegada a Londres y Adrian Mitchell, que las había acogido en su casa. Durante años vi este documental cortado con este caballero inglés que tenía pinta de ser buena onda. Ese era Adrian Mitchell, tal vez el poeta inglés que más heavymente influyó en mi poesía. Por su música, por su atrevimiento, por desafiarlo todo desde la raíz.
Años después pude conocer personalmente a Joan Turner y recuerdo que le pregunté quien era ese señor que aparecía al comienzo del documental. Joan se sorprendió mucho al saber que yo, que escribía poesía, no hubiese visto nunca al señor Mitchell, ya que él frecuentemente leía sus poemas en los actos de solidaridad con Chile. Y recuerdo que Joan Turner agregó que una cosa era leerlo, y otra muy distinta era escucharlo. Un día hubo un encuentro por los derechos humanos en Chile y Latinoamérica en el Imperial College (de donde pocos años antes había emergido Freddy Mercury y su Reina –Queen-), y de repente aparece Adrian Mitchell, el caballero del documental sobre Víctor Jara, cincuentón en esa época (comienzos de la década de los ochenta), pelo absolutamente blanco, robusto,  un metro ochentaitanto de poesía en su estado más puro. Rápida, humorística, profunda, lúdica. Se robó a su público. Lo tuvo a su merced por unos buenos minutos. Y nos hizo reír, sudar, lagri-mearnos de que te digo yo. Joan Turner tenía absolutamente toda la razón. Otra cosa era escucharlo. Su poema Víctor Jara of Chile  producía siempre algo inquietante en la audiencia. Un poema extraordinario. Arlo Guthrie lo había musicalizado y grabado en aquellos años. Arlo Guthrie es hijo de Woody Guthrie, el padre conceptual de Bob Dylan y autor de Coming to L.A. , del cual se descuelga nuestro Llegando a Yungay.
Cuento corto, me transformé en fan, o sea, en fanatic de Adrian Mitchell. Una tarde llevado por este fanatismo incontrolable, en un acto irracional y descomedido, llegué hasta su casa y le tiré por debajo de la puerta unos poemas que yo había escrito en inglés. Pasaron algunos años, lo vi recitar algunas veces más y en The City University donde yo estudiaba encontré unos poemas de Adrián y recuerdo que traduje uno que me producía particular alegría :
CELIA  CELIA
Cuando me siento triste y cansado
Cuando siento que toda esperanza se ha acabado
Cuando voy por High Holborn camina y    camina
Pienso en ti con nada encima.


(Celia Celia // When I am sad and weary/ when I think all hope has gone/When I walk along High Holborn/ I thing of you with nothing on).

El año 84 Joan Turner me contó que Adrian Mitchell viajaría a Chile y que ella le había sugerido mi nombre como traductor. Acepté encantadísimo sin saber en el lío que me estaba metiendo. Si de algún modo ya había hecho un intento con Celia Celia que me tenía contento, si yo entendía los poemas en inglés, otra cosa muy distinta era traducirlos al español. Al final estuve dos días sin dormir corrigiendo borradores tras borradores. Recuerdo que llegué a su casa una tarde con un puñado de poemas y explicaciones de lo difícil que era haberlos intentado traducir. Fue muy amable, me pidió que me relajara y me ofreció un wiskhy, y luego otro, y luego otro. Y comenzamos a hacernos amigos hablando de su próximo viaje a Chile y de lo bonito que eran los mercados de Portugal.
El año 1988 se realizó en Chile un gran encuentro cultural en contra de la dictadura llamado Chile Crea. Vinieron artistas de todas partes del mundo. Uno de esos artistas fue Adrian Mitchell. Me tocó acompañarlo y traducirlo. Fuimos al sur, recitó en el  gimnasio Miguel León Prado lleno, sostuvo un divertido e irrespetuoso encuentro con algunos poetas jóvenes chilenos de esa época en calle Almirante Simpson número siete.
El lugar que más le impactó fue la población La Victoria, donde las dirigentas le hablaron de las duras condiciones de existencia de esa comunidad. Bebimos demasiado en un bar de Plaza Italia. Luego no estábamos claros al darle la dirección al chofer del taxi y no podíamos abrir la puerta de la casa donde estaba alojando. Estuvo una semana en Chile, al partir me dijo “Nunca en mi vida había bebido, reído y llorado tanto en una semana”. Que bueno que estuve a su lado esa semana de Julio del 88. Murió un amigo de este país.

por Mauricio Redolés


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano