Para hoy martes se convocó a no comprar medicamento alguno en las farmacias Salcobrand, Cruz Verde y Ahumada. El rechazo colectivo es por la colusión que reconoció FASA en el alza de precios de más de 200 medicamentos entre fines del 2007 y principios del 2008. La investigación está en curso, aunque pocos cuestionan el modelo económico que premia este tipo de prácticas.
Hace unos cuantos años los noticiarios de TV hacían notas especiales sobre la ‘guerra de precios’ de las cadenas de farmacias. Se vendía el cuento como las ventajas para los consumidores del libre mercado de poder comprar una tira de aspirinas a 700 pesos y, entre medio, las creces verdes, salcobrand y ahumadas se peleaban los minutos de publicidad.
Hoy los noticiarios exhiben a un grupo de ‘consumidores’ tirando tomates a las farmacias. Y, entre medio en vez de las farmacias están los televisores, la ropa o las AFPs. Todo sea por un rato, una válvula de escape al palmario rechazo que causó el reconocimiento de Farmacias Ahumada (FASA) de haberse coludido con Cruz Verde y Salcobrand para alzar el precio de 222 fármacos entre noviembre de 2007 y marzo de 2008.
Dicho reconocimiento fue producto de la investigación iniciada por la Fiscalía Nacional Económica (FNE) en diciembre del año pasado, que ya juntaba casi mil páginas de investigación, y que puso sobre la mesa el problema de la concentración del mercado y las medidas para evitar colusiones de este tipo.
Por muchos años se nos ha repetido que la mano invisible del mercado es la mejor distribuidora de los bienes sociales. La mano invisible de la libre competencia es la condición de posibilidad del paraíso de los consumidores felices e informados de los carteles del Sernac.
Pero la colusión entre las tres grandes cadenas de farmacias del país da cuenta del horizonte inevitable de este modelo económico. El neoliberalismo lleva inexorablemente a la concentración de los capitales. Defendido como ‘libre mercado’ no es otra cosa que el que en cada área productiva la propiedad y la gestión, en este caso de medicamentos, terminen en cada vez menos manos.
En la Región Metropolitana sólo quedan 454 farmacias de barrio y en regiones el monopolio es aún mayor. En diez años, 3 cadenas de farmacias terminaron concentrando el 92% de la venta de medicamentos en el país. Y el escándalo de su colusión refuerza la idea básica de que cuando cada vez son menos los actores, la utopía de un mercado sano se diluye entre sus telefonazos y acuerdos de pasillo.
MERCADERES DEL FÁRMACO
A la hora de hacer negocios, poco importan las dimensiones éticas a la hora de maximizar las ganancias. Y así es para las farmacias coludidas, que no tuvieron escrúpulos en subir los precios de medicamentos usados por ancianos, hipertensos o chicas que no querían quedar embarazadas.
El antialérgico Frenaler-D, usado por niños, pasó en FASA de $2.070 a $ 8.500 de un día para otro; un 310% de aumento. El boncodilatador Sinasmal, incrementó su precio en 160%; el antianémico Folisanin, lo hizo en 151%, y el remedio contra la hipertensión, Tidiem, un 125%. En tanto que el anticonceptivo Marvelo-20 aumentó un 187%.
Los aumentos concertados de precios, según reconoce el propio informe de FASA, se concentraron en anticonceptivos y medicinas usadas por pacientes crónicos, sean hipertensos o diabéticos. También subieron los precios los multivitamínicos, antidepresivos, antibióticos, antialérgicos, terapias hormonales, analgésicos, broncodilaadores, antiinflamatorios, descongestionantes y corticoides.
Según la investigación de la FNE, hasta en un 187% llegaron los aumentos de precios. El 22% de los 222 productos tuvo alzas de 100%, en tanto que 83 remedios tuvieron un aumento de precios de un 50%.
Los 222 fármacos que subieron su precio corresponden a 39 laboratorios y, según reveló el fiscal Enrique Vergara, 9 laboratorios estarían involucrados en el alza.
Si bien aún no son públicos, en la investigación de la FNE se tienen correos electrónicos que hacen sospechar de un rol importante de los laboratorios en la colusión entre las 3 cadenas de farmacias. En correos electrónicos de algunos laboratorios se sugieren cambios y hay compromisos de gestionar que el resto de las cadenas repitan el alza de precios. “Hablé con la otra cadena y me dicen que van con el precio sugerido, te confirmo cuando”- rezaba uno de ellos, hoy en poder de la FNE.
EL ORIGEN DE LA INVESTIGACIÓN
Extraño resultó para los funcionarios de la FNE que una joven de 25 años, recién egresada de Derecho llegase un día con una pormenorizada descripción de un alza de precios sostenido del anticonceptivo Marvelon 20 de las cadenas de farmacias Ahumada, Salcobrand y Cruz Verde, a mediados del 2008.
Los funcionarios de dicha repartición no están acostumbrados a ver ciudadanos de a pié que presenten quejas y con una minuciosa base argumentativa. Pero en este caso se trataba de Melissa Hohmann, hija de Claudio Hohmann, ejecutivo de D&S.
Melissa además trabajaba en el estudio jurídico de Enrique Barros, abogado de cabecera de Nicolás Ibáñez y, en su momento, miembro del directorio del holding de supermercados. Barros participó en las primeras conversaciones con Wal-Mart, cadena para la cual la venta de medicamentos genéricos representa cerca del 20 por ciento de su negocio global.
Desde hace años la Asociación Gremial de Supermercados de Chile (ASACH) quieren meter en sus góndolas medicamentos genéricos. Los pronósticos son auspiciosos: de concretarse dicha posibilidad la venta de medicinas en los supermercados equivaldría al 25% de las ventas totales del mercado farmacéutico. O sea, U$ 250 millones al año.
El expediente fue abierto por el Fiscal Nacional Económico, Enrique Vergara Vial, el 10 de diciembre del 2008 y, pese a que en un primer momento negaron la existencia de colusión, a mediados de febrero un avenimiento entre la FNE y FASA terminó con que ésta reconocería el ilícito, lo que le permitiría un convenio extrajudicial con la fiscalía, que bajaría la multa de quince millones de dólares a sólo uno.
Sólo falta el viso del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC), instancia que la semana pasada ya hizo reparos al acuerdo.
FASA exhibe ventas que superan los US$ 1.717 millones anuales. Era que no si tienen 1.176 farmacias en Chile, Perú y México. En su web reconocen que el 2007 atendieron más de 204 millones de clientes y en Chile controlan el 32% del mercado farmacéutico.
Cruz Verde y Salcobrand, por su parte, niegan colusión ante el TDLC y rechazan la declaración de FASA.
TANTEANDO LA MANO INVISIBLE
Si bien la vocera de gobierno, Carolina Tohá y los ministros de Economía, Hugo Lavados, y de Hacienda, Andrés Velasco, destacaron el buen funcionamiento de las instituciones en el caso, el origen de la investigación de la FNE da cuenta de intereses más ocultos en juego, además de que sale a la luz pública más de un año después de haber operado la colusión.
No hay estadística que de cuenta del malestar alargado de muchos enfermos o las pérdidas de vida provocadas porque alguien no tuvo el dinero suficiente para comprar un remedio. Son vidas y malestares que se tragó el cartel farmacrático local.
Y la respuesta no será la pedida farmacia estatal, sino que perfeccionar el sistema que hasta la cura de una enfermedad la convierte en una mercancía. El gobierno anunció 10 medidas para evitar que esto suceda nuevamente. Se creará una lista de 140 medicamentos genéricos que obligatoriamente deben estar a la venta en todas las farmacias del país. También se hará un sistema de fiscalización para evitar el uso de datos sensibles por parte de laboratorios, farmacias e isapres. Por su parte, el Servicio Nacional del Consumidor, realizará cada 15 días una encuesta de precios de los medicamentos más consumidos del país. Otra medida es un proyecto de ley que apunta a establecer sanciones penales para el delito de colusión para subir precios.
O sea, son medidas que perfeccionan la gestión mercantil en la administración de remedios para la comunidad. No se supera el que mercaderes, que han demostrado ser inescrupulosos, lucren con la salud de la población, sino que se establecen mecanismos para su control. La ley de la oferta y la demanda respecto de la salud de la población se mantiene. A lo más, el Estado ‘fiscalizará’ y ‘regulará’ a la mano invisible del mercado.
PRECIOS ALTOS SIGUEN
El viernes pasado un grupo de parlamentarios denunció diferencias superiores al tres mil por ciento en los precios de los medicamentos en las tres cadenas de farmacias coludidas respecto a los valores de Central Nacional de Abastecimientos (Cenabast).
Entre los medicamentos que aparecen en este nuevo listado está el inhalador Budesonida, usado en bronquitis infantiles. Su valor en Cenabast es de $1.512, mientras que en Cruz Verde cuesta $11.055, es decir un 631% de diferencia.
Un antialérgico, también para niños, la Cetirizina, en Cenabast está a $402 y su precio en Farmacias Ahumadas es de $11.780. O sea, la diferencia es de 2.830%. O el clonazepam, que en Cenabast figura a $191, mientras que Cruz Verde la comercializa a $6.490: Un 3.297% de diferencia.
También el Ravotril tiene un precio inflado en las cadenas de farmacias: Si en Cenabast tiene un precio de $126, en Cruz Verde alcanza los $4.005, lo que significa un 3.078% de diferencia.
También el diputado Fulvio Rossi denunció el jueves pasado ante la Superintendencia de Salud que SalcoBrand accede a información confidencial de los afiliados a las isapres, sin el consentimiento de éstos, sobre sus excedentes en las isapres.
Las farmacias también han violado la confidencialidad que debieran tener con sus clientes, así lo denunció el año pasado el programa Contacto, de Canal 13, que mostró como las recetas son fotocopiadas y enviadas a los laboratorios.
A VER!!! NO ME CUESTIONEN EL MODELO
La respuesta de los peces gordos del modelo económico no se hizo esperar. El presidente de Habitat, José Antonio Guzmán, calificó de incompetentes a los ejecutivos de Farmacias Ahumada por reconocer la colusión. Guzmán dijo que en el directorio de la AFP existe “verdadera indignación” por el reconocimiento de colusión para elevar el precio de 222 medicamentos realizado por la cadena farmacéutica.
Juan Cuneo, vicepresidente de Falabella, compañía que tiene participación accionaria en FASA, pidió la salida de Alejandro Rosemblatt, vicepresidente ejecutivo de la empresa farmacéutica, y del fiscal Serio Mesías, al haber reconocido la colusión ante la FNE.
Rafael Guilisasti, presidente del a CPC, dijo a El Mercurio que “una industria con 3 cadenas es bastante competitiva. Tenemos otros sectores importantes en retail que también tienen al menos ese número de actores”.
La defensa del modelo es tácita y se aprestan a esquivar los embates.
En tanto, Cruz Verde contrató para su defensa al ex fiscal económico, Pedro Mattar, quien respondió ante los cuestionamientos de haber sido máxima autoridad anti monopolio y que hoy pasara a ser defensor de una de las firmas cuestionadas por la misma institución que presidió, que “soy un hombre absolutamente probo (…) estoy con la verdad, con la justicia y en contra de la colusión”. Le faltó decir cuánto es el precio pagado para poner su rostro a la cabeza de la defensa de la farmacia coludida.
FASA, por su parte, ya inició el proceso para blanquear la responsabilidad de sus ejecutivos en el escándalo, concentrando la culpa en bandos medios. Un artículo de La Tercera de ayer domingo, sostiene que el directorio de la firma conoció los detalles del caso recién la semana pasada y la responsabilidad corresponde a ejecutivos category manager.
El argumento ya está preparado: En FASA aseguran que luego de que la FNE iniciara el proceso por colusión en diciembre del año pasado, la cadena inició una auditoria interna, detectando los 222 medicamentos que integraron el proceso de colusión. En la nota se sostiene que “fueron cuatro ejecutivos medios quienes relataron el mecanismo colusivo empleado”. También se señala que ni el directorio ni el presidente ejecutivo sabían de estas prácticas.
Como dijo un presidente hace años: Las instituciones funcionan. Sí, funcionan, pero en su mecánica tardía. Funcionan en la pesquisa del mañana de un hoy depredado por los mercaderes. Están hechas para un sistema que asume un egoísmo intrínseco en lo humano y amplifica el afán de ganancias a toda necesidad humana y social. Todo es un mercado potencial, pontifican los expertos de este modelo, todo es objeto de maximización de ganancias. Hasta la necesidad urgente de una pastilla que baje la hipertensión que de un día para otro le cuesta a un anciano aquejado de problemas al corazón 2 lucas más.
Habrá que preguntarse entonces qué otros escándalos nos esperan a futuro, porque tal como los ‘ejecutivos medios’ de las farmacias mantuvieron un alza durante unos buenos meses, otros sectores económicos tienen iguales o peores índices de concentración. Piense en los supermercados, que controlan la gestión del alimento; las telefónicas, que sí son sólo 3 y nadie más; los buses interurbanos, donde Tur Bus es dueña de la competencia de Condor, Inter Sur, Jac, Flota Barrrios….
Un dato freak: Alex Fernández, ejecutivo de FASA, es consejero Sistemas de Empresas del Estado (SEP) y consejero asesor del Capítulo Chileno de Transparencia Internacional, Chile Transparente, organismo que dice en su web está “dedicado a combatir la corrupción y crear conciencia sobre los beneficios de la transparencia en organizaciones públicas y privadas”.
No hay abogado minuciosos y los precios parecieran indicar que la colusión no es la excepción, sino que la regla.
El Ciudadano