El Gato del Butoh


Autor: Director

Entrevista a Andrés Gutiérrez, actor y bailarín de frenética y delirante danza de orígen nipón


gato
Andrés Gutiérrez, el Gato, desarrolla la danza Butoh en Chile desde hace 10 años. Es uno de los primeros discípulos de quien trajo esta corriente de danza teatro al país, Carla Lobos. Se ha preocupado de difundir y enseñar Butoh en diversas regiones, esforzándose por lograr nuevos espacios de expresión artística y diversificando así los escenarios para este arte. Con diversos proyectos en perspectiva, este asombroso tipo de baile sigue su curso con sus frenéticas particularidades.
“Fue muy loco. Todo esto partió en el Valle del Elqui, hace 10 años atrás. Estaba en Cochiguaz y leí el Kin Maya. Ese libro me enseñó algo: tenía que representar con el cuerpo lo que tenía que contar. Era un mensajero”, cuenta el bailarín.
El coreógrafo, Gastón Baltra, le dio a conocer la danza teatro en 1997 y luego de pasar por diversos talleres, comienza a trabajar con el director de teatro Andrés Pavez, quien montaba la obra Lautaro (epopeya del pueblo mapuche), donde Gutiérrez asumió como bailarín. “Al otro año (1998) llegó a mi vida el Butoh, y llegó de una manera mágica. El Butoh llegó a Balmaceda 1215. Acompañé a un amigo a audicionar a un taller que iba a comenzar, también audicioné. En ese momento nadie en Chile sabía lo que era el Butoh. Yo tampoco sabía. Me presenté, hablé con la profesora, que era la Claudia Lobos, y ahí partió mi viaje con el Butoh”, recuerda el artista.
Después se relaciona con el afamado director de teatro, Andrés Pérez: “Él me conoció como intérprete Butoh y me invitó a trabajar en montajes corporales dentro de sus obras teatrales, Pérez me decía que yo no era un actor, sino el intérprete corporal de la obra. Pasó un tiempo, me puse a trabajar también con la Vicky Larraín, una de las grandes exponentes de la danza teatro en Chile”, señala el Gato.

¿Qué es precisamente el Butoh?
-El Butoh nace como una danza contestataria a lo que pasó en Japón en la Segunda Guerra Mundial con las Bombas de Hiroshima y Nagasaki y toda la destrucción que eso produjo. Dos bailarines e intérpretes en esa época crearon un sello y un estilo de danza a partir de una danza que se llamaba Buyó. Una danza del terror que nace en el siglo 12 en Japón. Es una danza del terror, porque se danza de una forma abismal y las máscaras que ocupan los intérpretes son máscaras de terror, dan miedo, producen oscuridad. Esta técnica nace con un lenguaje corporal que mezcla la danza contemporánea, lo que está pasando a nivel político en el país e incorpora el folclor. Ellos parten a Alemania e ingresan al circuito del dadaísmo, donde conocen el expresionismo alemán. Ahí fusionan estos elementos y nace el Butoh. Esto nace aproximadamente en 1956, sus creadores, Tatsumi Hijikata muere en los noventa y Kazuo Ohno con 101 años todavía vive y continúa haciendo Butoh en Japón.

-¿Cómo llega a Chile este particular estilo de danza?
-A Chile llega en manos de Carla Lobos en el año 1996 y luego nosotros, como la segunda generación de alumnos, montamos una compañía llamada Gajuca. Con ella creamos dos obras, Parido del Cielo, de la cual fui intérprete y coreógrafo y El Hallazgo, una obra sobre las momias Chinchorro donde también fui coreógrafo e intérprete. Ahí creé mi compañía llamada Bayku, con ella llevamos cinco años trabajando en la escena del trance chilena, donde fusionamos la psicodelia, la magia de la música electrónica y puesta en escena del Butoh.

-¿Cuántas compañías de Butoh existen en Chile?
-Actualmente existen varias compañías de Butoh en Chile. Podemos decir ya que esta danza es una corriente teatral o una corriente de danza en Chile, una corriente artística que se desarrolla a lo largo de todo el país. He tenido personalmente la oportunidad de viajar mucho por Chile por estar trabajando con compañías como Auca Butoh, Colectivo Catedral, el mismo Gran Circo Teatro, que me permitieron viajar e ir dando talleres y de esta forma nutrir a la gente de esta maravilla. El Butoh es una corriente que está creciendo en todo el país, de norte a sur logrando cada vez más adeptos.

-¿En qué te encuentras actualmente?
-Estoy terminando un taller intensivo que estoy dando en un teatro en Talcahuano, donde la gente estuvo muy inspirada. Además estoy haciendo la dirección y coreografías de la nueva compañía de danza teatro de la Corporación Cultural Balmaceda 1215, donde estoy a cargo de quince personas. Estamos montando una obra que se llama El Refugio de Kamán, una obra que está inspirada en una civilización arquetípica que narra como se desarrolla, evoluciona y muere una sociedad, enfrentándonos de esta forma a una reflexión sobre la destrucción del planeta y de esa forma hablar un poco del calentamiento global. Con esta obra estamos haciendo esa reflexión a través del Butoh. Estrenamos el primero de septiembre. Además estamos a punto de partir a participar en cuatro festivales en Ecuador, este circuito comprende Guayaquil, Malta, Puerto Viejo y Quito. Además vamos a estar dando clases en dos universidades, entregando lo que hacemos en la escena Butoh nacional.

“ALCAINO ESTÁ ERRADO”

-¿Has participado en teatro callejero?
-Si, trabajé en dos teatros callejeros, el primero fue cuando partí. Me tocó hacer una obra de teatro de navidad recuerdo. Estuvimos 2 años montando la obra en diferentes comunas de Santiago. Compartiendo en diversas plazas con 2 o 3 funciones diarias. Más tarde me tocó trabajar con Andrés Pérez, que es uno de los grandes directores de la escena del teatro callejero a nivel internacional. Hicimos Visitando El Principito, donde me tocó interpretar el personaje principal y siempre recuerdo la clásica escena con el zorro.

-Actualmente han revocado permisos a los artistas callejeros para trabajar en las calles, argumentando que los ruedos que se forman generan delincuencia…
-Realmente puede pasar. Por eso deberían existir lugares donde la gente sepa que hay teatro callejero, en eso Raúl Alcaíno está errando. Deberían habilitar lugares en plazas o el mismo Parque Forestal, donde se pueda generar el arte callejero. Pero creo que con lo que Alcaíno está haciendo puede dejar a mucha gente sin trabajo y sin poder vivir, ya que para poder vivir y poder comunicar debe existir el arte.

-¿Cómo se desarrolla la escena de la danza teatro en Chile?, ¿Cuesta mucho conseguir recursos para dedicarse a la creación artística?
-En Chile podemos decir que hubo un período, la dictadura, donde la danza y el teatro se congeló. Cerraron escuelas de teatro y danza. Ello privó a la gente de estas artes, luego ha costado mucho que poco a poco la gente vuelva a ir al teatro y particularmente a la danza. El teatro ha crecido mucho en los últimos años, pero respecto a la danza ha costado más su crecimiento. Como fenómeno podemos ver que en los resultados del Fondart 2007 en teatro, se beneficiaron más de 20 proyectos, mientras que en el área de danza fueron sólo 7 u 8. La comparación ahí se puede ver y sentir. Siento también que el actor se está ligando más a la danza desarrollando obras muy corporales, donde el cuerpo juega un rol predominante como instrumento escénico. Pero sí, cuesta mucho trabajar en danza, todas las compañías deben ser aguerridas, hay gente que es tocada por la varita mágica del financiamiento, pero siempre son los mismos y cuesta mucho que la varita mágica se dirija hacia otras compañías. En este país siempre ha costado desarrollar las artes, pero estamos en una lucha constante para poder expresar nuestro arte, creemos que esto puede cambiar y podremos desarrollarnos con calma, sin tener que gastar tanto tiempo en buscar financiamiento y ganar proyectos.

Por Sebastián Larraín

Fotografía de Celeste Rojas


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano