Desune al Sur

Como es sabido, entre el martes 2 y el miércoles 3 de Julio Evo Morales se vio obligado a detener su recorrido en el avión presidencial boliviano

Desune al Sur

Autor: Sebastian Saá

Como es sabido, entre el martes 2 y el miércoles 3 de Julio Evo Morales se vio obligado a detener su recorrido en el avión presidencial boliviano. Volvía de Moscú hacia La Paz tras la participación en un foro de países exportadores de gas. En el camino, los gobiernos de Italia, Francia, España y Portugal no autorizaron la utilización de su espacio aéreo por miedo a que en el avión se encontrase Edward Snowden, acusado de espionaje en Estados Unidos por filtrar información de cómo espía ese país a sus ciudadanos. Por ello, el presidente de Bolivia se vio obligado a aterrizar en Viena y permanecer allí durante más de 13 horas hasta solucionarse el impasse o, mejor dicho, hasta que se asegurasen de que Snowden no viajaba con él.

Mientras Morales realizaba la escala obligada, mandatarios sudamericanos expresaron por distintos medios su disconformidad por la ofensa. Posteriormente, a petición del gobierno de Ecuador, el secretario general de Unasur Alí Rodríguez convocó a una reunión extraordinaria. Esta se llevó a cabo el 4 de Julio por la noche en la ciudad de Cochabamba, Bolivia. Asistieron Cristina Fernández, Pepe Mujica, Rafael Correa, Nicolás Maduro, Evo Morales y Desiré Bouterse de Surinam. En representación de Brasil asistió Marco Aurelio García, asesor especial de Dilma Rousseff para asuntos internacionales En suma, seis de los once mandatarios posibles, recuérdese que el gobierno de Paraguay se encuentra suspendido por haber accedido al poder de forma ilegítima mediante un golpe de estado.

El presidente peruano Ollanta Humala, aún ostentando la presidencia pro témpore de Unasur, no asistió acusando que la reunión no estaba en agenda. Del mismo modo el presidente Juan Manuel Santos de Colombia, quien priorizó un viaje a Lausana (Suiza) para presentar la candidatura de Medellín a los juegos olímpicos juveniles a realizarse en 2018. La trilogía se cierra con la ausencia de Sebastián Piñera. Según Reuters, declinó porque la cita no había sido convocada por el presidente de la Unasur (Humala) y porque ya tenía compromisos agendados.

Estas ausencias generaron que técnicamente no se pueda hablar de una Cumbre ya que no se estableció como tal por falta de quórum. Los miembros de la Alianza del Pacífico enviaron a sus diplomáticos destacados en La Paz por lo que tan solo se puede hablar de una reunión de presidentes. Presidentes que son marcados regularmente por la prensa mainstream –léase por las noticias que pasan en la televisión internacional- como extremistas y/o semi- autoritarios. Ah si, y también el viejito ex guerrillero, liberal pero buena onda.

Si bien todos los mandatarios de la región se pronunciaron en contra del trato inapropiado a Morales, se genera una polarización implícita de la región. La cumbre mutilada permite que lo único que llegue a esos medios sean citas textuales de Maduro despotricando contra España o algunas verdades agresivas de Correa y , por otro lado, la tranquilidad de los “moderados” que se contentan con una conversación entre embajadores y que los países europeos acepten el error (porque creo que disculpas o explicaciones es mucho decir).

Así, el tridente le bajó el perfil a un evento que trascendía lo económico, comercial o cultural. Un evento que proponía reivindicación ante una ofensa abierta a la investidura de un presidente, a un Estado, a un país y a una región a la que es posible someter a vejaciones sin arriesgar represalias. Se presentó la oportunidad de trascender las diferencias en ideales y políticas económicas de los gobiernos de turno y demostrar la capacidad de ofenderse como entidad ayudando así a configurar una unidad regional al menos a nivel moral.

En este lío hubo dos continentes involucrados y dos clases de Estados según su comportamiento. Unos, se comportaron a partir de una estructura jerárquica entre países. Favorecieron los intereses de a quien consideran en la cima de la misma. Actuaron sin tener en cuenta el mínimo decoro ante una investidura y mucho menos ante una soberanía, ajena y propia. Los otros, asistieron a la reunión extraordinaria de Unasur.

Por Eduardo Osterling Dankers


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