Histeria Energética, arrasa con biodiversidad


Autor: Director

Hay muchas formas de generar energía. Pero las empresas de generación eléctrica (como Colbún, Hidroaysén, Endesa o AES Gener, entre otras) han logrado imponernos un desarrollo energético basado en megacentrales hidroeléctricas, lo que les ha resultado extremadamente rentable. La histeria energética gatillada por la enorme demanda de energía, ha significado elevados costos para el país: destrucción de cuencas, muerte biológica de ríos, extinción de especies ícticas, desplazamiento de poblaciones indígenas, destrucción de otras economías posibles en esas cuencas y valles.
¿Es esta una condena total a la hidroelectricidad? Está claro que no, pero en los países desarrollados la era de las centrales hidroeléctricas ha llegado a su fin porque los estándares ambientales y sociales ya no permiten su construcción.


Chile es uno de los países más dependientes del mundo, energéticamente hablando.
Contamos con una matriz energética muy dependiente. Esta es tremendamente vulnerable por la dependencia de los países de los cuales provienen esas fuentes de energía. Importamos el 98 % de las necesidades en crudo. Casi el 100 % de los requerimientos de carbón. Salvo alguna producción de gas natural en Magallanes, importamos casi el 100 % del hidrocarburo. Si bien es cierto contamos con recursos hidráulicos, hay una tendencia a agotar los grandes patrimonios hídricos y poner en peligro la biodiversidad de los lugares donde se ubican las centrales hidroeléctricas.
Otra de las deficiencias de la matriz energética, tiene que ver con que Chile carece de un mercado regulatorio que permita generar e implementar una estrategia de desarrollo acorde a un país dependiente y creciente en el consumo de energía. Chile posee un mercado energético vago, no explotado, no transparente y que protege fundamentalmente a los inversionistas y no a los consumidores.
Para el Estado está primero el consumidor y luego el ciudadano. Cuando apelamos al ciudadano, estamos solicitando la capacidad de decidir, no en base a parámetros costo-beneficio, sino en base a calidad de vida. Eso no está consagrado en la Constitución.
Las centrales de Aysén, que son enormes, aparentemente traerán grandes beneficios, en términos de disponibilidad de energía, pero tendrán un impacto ambiental severo, irreversible, y por ende cuestionable.
En todo megaproyecto que trae impactos benéficos y negativos sobre el medio ambiente y la calidad de vida del ciudadano, hay que preguntarle a él si quiere lo bueno y también lo malo. Eso no está sacramentado en la Constitución, o muy mal, y se implementa de manera antojadiza, a destiempo y sin informar a los ciudadanos.
La culpa no la tienen las empresas, la tiene el marco regulatorio. Por este entendemos un marco jurídico, pero también la reglamentación, que es potestad de la Comisión Nacional de Energía (CNE), el ministerio de Energía y la superintendencia de Electricidad y Combustibles, en las cuales esto no está claramente especificado. Es decir, todo lo que se refiere a la información de megaproyectos que tienen un impacto al medio ambiente deberían estar a disposición de la ciudadanía para cuándo y cómo los quiere. Lo que no se cumple.

EL DICTADOR NOS CONDENÓ
Los recursos naturales son depredados por culpa de la dictadura, cuya cúpula se encargó de dejar la legislación muy bien amarrada y con la privatización del sector eléctrico. La Concertación no ha hecho absolutamente nada para cambiar esta situación. No puede ser que, en el 2007, se sostenga aún que el aumento de los costos de la energía en el mundo, implique un aumento económico sistemático, de las tarifas y los costos de la energía, y además que los tenga que asumir la ciudadanía. Mientras se mantengan rentabilidades extraordinarias para todas las compañías distribuidoras eléctricas y para todas las firmas ligadas a los derivados del petróleo, hidrocarburos y gasolineras, no entendemos por qué nosotros los ciudadanos debemos estar pagando las malas decisiones.

El Estado castiga al ciudadano y fundamentalmente a los más pobres. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la participación de la energía en el presupuesto familiar puede llegar a ser menos del 1 % del presupuesto del decil más rico de la población, y alrededor del 10 % en el decil más pobre. Eso para Santiago, sin incluir leña, pues cuando hablamos de energía incluimos derivados del petróleo: kerosén, gas licuado y electricidad.
Si aplicamos el análisis a las regiones la problemática cambia radicalmente. En la Región de Los Lagos (incluyendo leña) el presupuesto familiar, del decil más rico, alcanza a menos del 1%. Para el más pobre supera el 20 %. Si el sueldo de un hogar es de 120 mil pesos, gastan entre 25 y 30 mil pesos sólo en energía para sobrevivir.

NO ES SUSTENTABLE
A diferencia de los países desarrollados, en Chile el Producto Interno Bruto (PIB) crece en un 5 % por año. Esto quiere decir que por cada unidad de producto o de bien que se genera en el país, destinamos entre 1,2 o 1,5 % de energía para vivir. Esto sigue creciendo. En Chile la curva entre el consumo de energía y el PIB es paralela y ascendente. Fenómeno que las generadoras eléctricas toman en cuenta para invertir en Chile. Pero, ¿Podemos reducir el consumo e incrementar el PIB? ¿Qué pasa en el extranjero? Ese fenómeno de las paralelas ascendentes (PIB y consumo de energía) no existe en ningún país desarrollado. Esa tendencia no es sustentable en el corto o largo plazo. En Europa crecen al 2 %, pero requieren de menos energía.
En Chile no es sustentable lo que estamos haciendo. Algunos secretarios ejecutivos de la CNE, durante décadas, se negaron a adoptar políticas de uso eficiente de la energía. Este último concepto, no quiere decir que veamos menos televisión o apagar la luz… El uso eficiente de la energía es utilizar motores eficaces, procesos más adecuados, ahorrar, invertir. Pero Chile no lo hace. La tercera fuente de energía más importante en el mundo (luego del petróleo y el carbón), es el uso eficiente de la energía.
Lo que tenemos es una política de la oferta energética, basada en la expansión física del sistema que no es sustentable. Chile carece de política energética. En el sentido de ver la oferta: ¿Cómo generamos la energía? Y en el sentido de la demanda: ¿Cómo la consumimos? Al Estado no le importa el consumo, sino la oferta. Año a año tenemos que agregar 400 MW, y en el año 2010 serán 800 MW para poder responder a este febril consumo. Por eso no es sustentable. En este contexto 41 proyectos hidroeléctricos están a la espera de arrasar con los recursos naturales de 8 regiones (ver tabla). En esas zonas el Estado no defiende con claridad la biodiversidad, pues no impone una institucionalidad ambiental fuerte y transparente.

PLANIFICACIÓN Y LIBRE MERCADO: PROYECTO ALTO MAIPO

Cortes de gas, cortes de luz; fantasmas de racionamientos y de crisis. Un sistema de generación energética dependiente para un Chile fraudulentamente despojado de su patrimonio y recursos. Son reflexiones preliminares tras el reciente episodio comercial y diplomático, en que Argentina “cortaba el gas” a Chile; corte que no sólo podría afectar a usuarios residenciales, sino también a las plantas termoeléctricas generadoras de energía y por ende a nuestra reducida industria nacional.
En este contexto, mientras los medios de prensa informan sobre la crisis atendiendo sólo a las autoridades y los “expertos”, se invisibiliza el creciente movimiento social que cuestiona tanto al gobierno y su anémica política energética, como a las empresas del rubro por su desprecio a los intereses de la sociedad chilena, y su nulo aporte a las comunidades que interviene con sus mega proyectos.
Malthus diría que la población crece en progresión geométrica; y con ella crece la demanda energética. No obstante, ni el gobierno de Chile, ni las transnacionales de la energía han asumido la responsabilidad de invertir en el sector de acorde con dicho crecimiento, y la crisis cumple ya más de una década. Por ello más que una crisis energética, es una crisis de política energética; y más que una crisis, es la ausencia de política; pues el Estado ha dejado la producción de energía, con todos sus derechos y deberes, en las ávidas manos del mercado. Así, mientras los usuarios pagan cuentas eléctricas cada vez más abultadas, las empresas generadoras registran utilidades por millones de dólares, evidenciando una vez más que el modelo neoliberal tiene al mundo “patas arriba”.

LA COYUNTURA
Los últimos días de mayo fueron muy movidos en materia energética, pues Argentina dejó de proveer un importante volumen del gas natural que exporta a Chile. Esto debido a que los trasandinos enfrentan su propia crisis energética.
Ante los hechos, el gobierno chileno se ha mostrado confuso. En principio, el ministro de energía, Marcelo Tokman, buscó transmitir un mensaje tranquilizador, para luego reconocer una crisis confesando: “No está llegando nada de gas”. Sin embargo, a pesar del corte, las generadoras de energía no tendrían problemas para cubrir el suministro, y como dijo el presidente de la Asociación de Empresas Eléctricas, Rodrigo Castillo, no habría cortes de luz en domicilios ni sectores industriales. Empero, lo que no se podría evitar sería un aumento en los costos de producción, costes que –según dijo el empresario- “serían traspasados a los usuarios”.

LA HISTORIA
La empresa nacional de energía –ENDESA-fue creada en 1943 por la CORFO, y constituyó patrimonio nacional hasta ser privatizada durante la década del 80 por la dictadura de una milicia iletrada y un puñado de economistas-mercenarios, adoctrinados en la utopía monetarista de Milton Friedman y su famosa escuela de Chicago. Hernán Büchi Buc, José Piñera Echeñique, José Yuraszeck Troncoso y Bruno Philippi Yrarrázabal, quienes son algunos de los protagonistas de la privatización del sector eléctrico. En principio los funcionarios públicos desarticularon ENDESA y sus filiales en una multitud de sociedades anónimas, situándose a la cabeza de sus directorios, y diseñando un enmarañado plan que constituye uno de los más burdos episodios del saqueo patrimonial de Chile.
Si bien, tanto Yuraszeck como Philippi no pasaron por la escuela de Chicago, aprendieron rápidamente su doctrina, y operaron en consecuencia. El primero es hoy, un exitoso y millonario empresario vitivinícola, pero en su tiempo fue conocido como el “zar de la electricidad”, por estar a la cabeza del grupo Enersis; un holding eléctrico de cobertura continental. A fines de los 90, luego de un controvertido proceso de venta de acciones que los llevó a tribunales por el famoso “Caso Chispas”, también llamado “negocio del siglo”, Yuraszeck y los suyos vendieron su participación en Enersis al gigante energético Endesa España. En ese contexto, la periodista y autora del libro “El Saqueo de los grupos económicos al Estado chileno”, María Olivia Monckeberg dijo: “Se retiraron con 500 millones de dólares en los bolsillos”.
El caso de Philippi es menos rimbombante, pero más atingente a nuestra historia. Según cuentan los anales, “Don” Bruno fue presidente de GENER durante 13 años, desde su privatización hasta la venta a su actual dueño: la norteamericana AES Corporation. Por cierto, tras una disputada venta de acciones, AES no sólo adquirió una que otra generadora eléctrica, sino una completa red de éstas a lo largo del país, como Norgener que abastece a minera Escondida; Energía Verde que alimenta a las forestales Arauco y Copihue; ESSA, propietaria de la central Nueva Renca que da luz a Santiago; y Guacolda que con carbón electrifica la fundición Paipote, junto a la cual han devastado el ecosistema de la cuenca inferior del río Huasco.

HITOS DE LA CRISIS
Los racionamientos son historia de la década del 90, cuando mientras había cortes “planificados” de luz, los “expertos” del gobierno de Eduardo Frei planteaban la “necesidad de diversificar la matriz energética”. En consecuencia, aquel presidente junto a su símil argentino, Carlos Saúl Menem, firmaron el protocolo para la exportación de gas natural a Chile, materializando la tan anhelada “integración energética”.
Feliz historia, hasta que el año 2005, y como efecto del crecimiento argentino –y su también paupérrima planificación energética-, comienzan los cortes del suministro de gas a Chile, afectando a las generadoras termoeléctricas, o mejor dicho, a sus usuarios –que debieron asumir el aumento de los costos.
Ante la crisis, la respuesta de los presidentes de aquel entonces, Ricardo Lagos y Néstor Kirchner, fue mucho más interesante que la fracasada “integración energética”, y por lo demás, digna de análisis en pos de comprender la lógica de la política neoliberal. Para Kirchner la responsabilidad de la crisis recae sobre la empresa privada, por no prever el nivel de inversión necesario para garantizar el normal abastecimiento de gas natural argentino a Chile. Coincidente con aquel argumento, de éste lado de la cordillera se postuló que el tema “era un problema entre privados”.
Parece extraño que deba ser la empresa privada la que estudie proyecciones de aquel sector definido como estratégico; ¿No sería éste un rol del Estado? ¿Para qué existe la Comisión Nacional de Energía?

EL GRAN SECRETO
DE ALTO MAIPO
Cuando hacia el año 2000 AES Corporation ingresó al mercado energético chileno, sumó a sus haberes, 4 pequeñas centrales hidroeléctricas “de paso” que se ubicaban en la zona cordillerana del cajón del río Maipo. Maitenes, Alfalfal, Queltehues y Volcán suman un total de 240 MW –megawatt de potencia-, cifra menor para los 8.632 MW que conformaron la potencia bruta el Sistema Interconectado Central –SIC- el año 2006.
Corría abril del 2007, y también el rumor de un gran proyecto hidroeléctrico en el Cajón del Maipo. En el intertanto, varios vecinos de la localidad del Manzano recibieron extraños ofrecimientos de compra por las casas que habitaban. Casi todos se negaron, pero algunos vendieron. Uno de estos últimos -que solicitó reserva de su identidad-, reveló que el corredor de propiedades, Jorge Díaz, le convenció diciendo que su casa quedaría en manos de un “matrimonio joven, con dos lindos niños”. Entre quienes se negaron a los ofrecimientos, denuncian que fueron presionados para la venta, como Ana María Canales, otra vecina del Manzano, amenazada que por no vender tendría que “sufrir las consecuencias” de un “gran proyecto” a desarrollarse en el lugar. Poco tiempo después conocerían la naturaleza de dicho proyecto, y la misma Ana María sabría que su casa quedará a veinte metros de la subestación, situación que le aterra: “Ya no podré vivir aquí, no se puede vivir al lado de una central hidroeléctrica”.
Sin saber quién ni cómo, llegaron un día a la localidad del Manzano un trío de sujetos, que identificándose como representantes de AES GENER querían establecer un “diálogo” con las comunidades que un mega proyecto iba a intervenir. Al poco andar, los vecinos de Manzano se enteraron que aquella “embajada” no correspondía a ingenieros de AES GENER, sino a miembros de una consultora comunicacional llamada LAMAR S.A. Nicolo Martelli y un camarógrafo presentaron -y filmaron- una didáctica proyección para explicar genéricamente el proyecto. La exposición carecía de antecedentes técnicos como la ubicación de los tendidos de alta tensión, las dimensiones de los túneles, el impacto sobre el caudal de los ríos a intervenir –Volcán, Yeso y Maipo-, o del volumen exacto de tierra a remover. Por cierto que la embajada se negó a entregar cualquier antecedente escrito, ni menos la presentación en formato digital.
Ante la ausencia de antecedentes técnicos, El Ciudadano consultó con AES GENER, donde estableció un tenso, pero ilustrativo contacto telefónico con Carlos Mathiesen, ingeniero hidráulico a cargo del proyecto. Mathiesen se mostró huraño ante la investigación periodística y se negó a entregar cualquier antecedente “en papel”, o a la solicitud de una reunión con ingenieros del proyecto para conocer los detalles de “Alto Maipo”; el ingeniero dijo: “Llama a mi secretaria y quizá en un mes más te pueda atender”. A pesar de ello, no parece un misterio que AES GENER oculte la información, pues busca proteger sus intereses privados.
Lo que sí constituye un misterio, y una vergüenza es que instituciones gubernamentales actúen como la empresa. Acudimos a la Comisión Nacional de Energía -CNE, para solicitar los antecedentes del proyecto, y esta entidad se negó a entregarlos. El funcionario público Juan Meriches, del área de comunicaciones de la CNE y periodista de El Mercurio, escribió vía correo electrónico que el proyecto Alto Maipo “aún no ha sido ingresado al sistema de evaluación de impacto ambiental, y por tanto no ha sido procesado por esta comisión”. No obstante, por un oficio de AES GENER –Rol S.V.S. nº 4272 del 14 de Junio del 2006- sabemos que el proyecto fue presentado a la CNE –hace casi un año-, por lo que consideramos inadmisible la negativa del organismo de gobierno, denunciando el ocultamiento de información pública –lo es cualquier antecedente que maneje dicha comisión- y negando a la ciudadanía información de relevancia social, por lo que consideramos ha incurrido en grave falta a las labores que competen a un organismo estatal. Como guinda a la torta, Juan Meriches planteó que “cualquier detalle sobre este proyecto o cualquier otro, debe ser solicitado a la empresa correspondiente”.
¿A qué se dedicará entonces el área de comunicaciones de la comisión nacional de energía? ¿No sería su trabajo informar a la sociedad sobre temas eléctricos? ¿Estaremos frente a una cesión de funciones?
El bloqueo informativo sobre los detalles del proyecto es un hecho, provocado tanto por AES y sus parciales aprestos, como por el Gobierno y el celo de la Comisión Nacional de Energía resguardando cualquier antecedente. Como planteó la vocera de los estudiantes del Colegio Andino del Manzano, María Gabriela Rodríguez, sólo pocas personas han tenido acceso –por las reuniones con los asesores de AES- a la genérica información sobre el proyecto, mientras la mayoría de los habitantes del Cajón del Maipo, sólo se han enterado por rumores, o por la información de la prensa local, principalmente el diario el Manzanino. “En San José –de Maipo- nos enteramos primero de oídas, por un rumor que fue creciendo poco a poco. Luego apareció en el diario que la empresa AES GENER se había reunido con vecinos del cajón; ¿y nosotros cuándo? ¿Alguien nos invitó? ¿Alguien nos consultó? Nadie”.

EIA Y SUSTENTABILIDAD
“Alto Maipo” tiene grandes dimensiones. Basta sólo referir que el proyecto, con sus 530 MW, será la segunda central más importante del SIC, sólo superada por el mega proyecto Ralco -690 MW-, de la empresa española ENDESA, cuyo gigantesco embalse y consiguiente central hidroeléctrica provocaron un significativo y mediatizado impacto ambiental, social y cultural en el Alto Bío Bio.
Atendiendo entonces a sus dimensiones, los impactos de Alto Maipo afectarán a numerosos sectores como a los propietarios de derechos de agua en canales de regadío como María Teresa Martinic, que nos confió: “He invertido cerca de 7 millones de pesos para tener agua para vivir y regar, lo que equivale a menos de una pulgada de agua corriente. Si ellos intervienen los ríos, nuestro canal va también a sufrir una disminución en su cauce, y por tanto mi pequeña porción de agua se va a convertir en nada”.
Otro importante sector que será irreversiblemente afectado es el turístico, cual es el sustento para la mayoría de los habitantes del Cajón del Maipo. Desde las empanadas, restaurantes y pan amasado, hasta las cabalgatas, la escalada o el tekking, se verán limitados en el largo plazo por la intervención del proyecto, que seguramente cerrará el paso a distintos sectores del Cajón, como el valle de la Engorda o el Glaciar Colgante del Morado, al igual como central Alfalfal impide el paso al proyecto de Parque Río Olivares, lo que significará una disminución en el flujo de turistas. Mucho más afectada será Joan Donaghey, una canadiense que hace poco más de un año instaló el Hostal Las Palestras en el Manzano. Según dijo: “Nuestros clientes vienen a buscar la tranquilidad de la montaña, y la calidad de uno de los mejores sectores para la práctica de la escalada como es el Manzano –Piedra Romel, las Palestras y las Torrecillas-. (…) Con las torres de alta tensión ya no habrá tranquilidad, ni menos con las tronaduras durante los 4 años de construcción de la central. Estas terminarán por destruir todas las piedras para escalar, que por lo demás empezarán a caer en el techo de nuestras casas. Así, no llegarán más clientes, en principio pues no habrá tranquilidad, pero al largo plazo destruirán el cerro y el patrimonio que éste nos ha regalado y que AES GENER pretende destruir”.
Así los vecinos del Cajón esperan que se presente el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), para poder conocer el detalle del proyecto, y visualizar con precisión, como éste afectará sus vidas y el entorno; patrimonio de todos chilenos.
Aunque, como le compete a un estado subsidiario, el Estudio de Impacto Ambiental es dejado en manos de privados; y más precisamente externalizado en manos de la transnacional del rubro: ARCADIS. Junto con esto, el mecanismo también sorprende ¿No es curioso que las EIA sean pagadas y solicitadas por el proyectista, como lo es AES GENER en el proyecto Alto Maipo? ¿No debería ser el Estado –que debe velar por la conservación y racional explotación del patrimonio nacional- quien fiscalice y sancione si los proyectos permiten la sustentabilidad de nuestro proyecto país?
Mientras el EIA de “Alto Maipo” no sea presentado, los antecedentes del proyecto serán un misterio para la ciudadanía; y mientras la política energética chilena esté en manos del mercado, no podremos tener seguridad energética y desarrollo sustentable al mismo tiempo.
Por lo demás, los usuarios residenciales seguirán pagando los “costos adicionales” de las crisis, mientras las empresas generadoras continuan presentado números azules en su cuenta anual. Para AES GENER, el 2006 fueron 130 millones de dólares de utilidades –fuera los costos- que pasaron a AES CORPORATION y que nunca más vimos aquí en Chile.

Juan Pablo Caldichoury

AYSEN NO PUEDE SER PILA NI DE SANTIAGO NI DE MINERAS

ENDESA, asociada a Colbún (Grupo Matte), pretende construir 4 centrales hidroeléctricas de represa tipo embalse en los ríos Baker y Pascua que inundarían al menos 9.300 hás. para producir 2.400 MW. Esta energía sería trasladada por una línea de corriente continua de más de 2.000 Kms. de largo hasta Santiago.
Para eso requieren una franja despejada de 70 mts. de ancho (sobre 14.000 Hás.) que cruzaría por áreas protegidas, campos y paisajes de 7 regiones. Además requieren una central de apoyo, en el río El Salto, líneas de alta tensión entre las centrales, caminos, campamentos, aeródromos y puertos. El megaproyecto implicaría una inversión de U$ 4.000 millones.

ENERGÍA PARA
TRANSNACIONALES MINERAS
Según datos de ENDESA, la demanda eléctrica en Chile se duplicaría en los próximos 10 años y triplicaría en 20. Según los expertos esto corresponderá principalmente a la incorporación al SIC de nuevos proyectos mineros en el período 2008–2017. Es decir, el “proyecto país” pregonado hoy por ENDESA es fundamentalmente para abastecer de energía a transnacionales mineras como Barrick, BHP Billiton, Kinross Gold, entre otras.
La energía que pretenden producir no tendría bajo costo (sin considerar aquellos naturales, sociales y culturales). De hecho, su valor bruto puesto en Santiago sería sobre U$ 1.667 el KW, $883.510, más alto que otras alternativas más cercanas.

ÁREAS PROTEGIDAS
El área donde se pretende construir las represas se encuentra en las comunas de Cochrane, O’Higgins y Tortel, en la Provincia Capitán Prat en la Región de Aysén. La población es de 3.837 habitantes (Censo 2002) y las principales actividades en esa zona son los servicios, el turismo, la ganadería y el rubro forestal; el sector que sería inundado comprende 70% de los suelos productivos de la provincia; en el área que sería afectada se encuentra el ecosistema del “bosque siempre verde mixto del Baker”, que sólo se da allí, es decir, es endémico; la cuenca del Baker, el nacimiento del Pascua y Entrada Baker (Valle Chacabuco) fueron priorizados para la conservación de la biodiversidad por la Conama; hay paisajes y lugares excepcionales (como los saltos y rápidos del Baker y el Pascua); en los primeros tramos de ambos ríos la calidad del agua es de las mejores del planeta (según académicos de la Uach); en esa zona se encuentran 2 parques nacionales: Laguna San Rafael y Bernardo O’Higgins, este último declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO; existen 3 reservas nacionales (Lago Cochrane, Jeinimeini y Katalalixar), más un área privada protegida y la propuesta de Parque Nacional Patagonia (Fundación Conservación Patagónica); en este apartado lugar sobreviven aún varias especies en peligro de extinción como el huemul, el huillín, el zorro culpeo, el gato colo colo, la güiña y el gato montés, la peladilla, la ranita de Darwin y probablemente más de algún ave, anfibio, reptil, musgo, liquen y vegetal; la lista de fauna y flora en otras categorías de conservación es larga. También existen importantes humedales, algunos de los cuales están siendo propuestos por el senador Antonio Horvath para ser declarados santuarios de la naturaleza.
Las comunas en que se encuentran los ríos Baker y Pascua son parte del Área de Conservación de la Cultura y el Ambiente (ACCA de la Patagonia, proyecto que cuenta con el apoyo del Gobierno Regional y los Parques Naturales de Francia y la Comunidad Europea).
En el primer tramo del Baker se encuentra en la Zona Nacional de Interés Turístico del Lago General Carrera, y en su desembocadura se encuentran los Monumentos Nacionales y Zona Típica de Caleta Tortel e Isla de Los Muertos (Consejo de Monumentos Nacionales).
La Estrategia de Desarrollo Regional 2000–2006 de la Región de Aysén, tiene como objetivo: “…aspirar a ser una región descentralizada y a obtener una alta calidad de vida, sustentada en un crecimiento económico alto y equitativo, que se fundamentará en la conservación de la calidad medio ambiental y en la integración del territorio”.
¿Se cumplirá esa premisa?

Aysen reserva de vida

OBRAS PRELIMINARES PARA CENTRAL NELTUME EN PANGUIPULLI

La imagen corresponde a las obras de prospección para la construcción de la central Neltume (400 MW) proyectada por Endesa en el río del mismo nombre, ubicado en la cordillera de la comuna de Panguipulli, nueva Región de Los Rios. Las faenas se están realizando en uno de los predios de la comunidad mapuche de la zona. La fotografía fue tomada durante la primera semana de junio, luego de una reunión entre mapuches, habitantes de Panguipulli y ambientalistas realizada en el sector.
Pedro Cardyn, médico de la zona e integrante del colectivo Frente Ambientalista de Panguipulli, señaló que cuando estaban sacando la foto personas al interior del predio amenazaron con un arma a quienes tomaban la imagen. “Esta acción y otras nos han obligado a declarar a la comuna en alerta ambiental, ya que estas acciones de Endesa están generando la división de la comunidad entre quienes arriendan el terreno y los comuneros mapuche que se oponen, lo que genera una situación de estrés, daña la paz social y la salud mental de la población”, aseveró el doctor.

La estrategia de Endesa es similar a la desarrollada en la construcción de la central Ralco en el Alto Biobío, en donde se dividió a la comunidad entre quienes arrendaban predios a Endesa o dependían laboralmente de ella y los opuestos a la represa, además de que se trabajó muchos antes de obtener los permisos de las instituciones ambientales correspondientes. En Neltume aún no hay aprovación de obras ni Estudio de Impacto Ambiental presentado y, mucho menos, la autorización ambiental y de los afectados.
Declaraciones hechas el año pasado por la ministra de Minería, Karen Poniachik, cuando pidió un fast track a los proyectos hidroeléctricos; las estimaciones del gobierno en proyectar la entrada en operaciones de Neltume para el 2010 y la declaración hecha el 2004 por el secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía (CNE), Luis Sánchez Castellón, anunciando la pronta construcción de Neltume y otros proyectos hidroeléctricos, dan cuenta de que en Chile en cuanto a Ley de Medio Ambiente y participación ciudadana “las instituciones funcionan”.


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