Brasil cuenta con una legislación que legaliza el aborto y este jueves publicó en el Diario Oficial de la Unión nuevas reglas referentes a la interrupción legal, que contemplan que los médicos avisen a la policía cuando vayan a realizar esta práctica en un caso de violación.
El pasado mes de agosto, el ministerio publicó una ordenanza que incluía la «obligatoriedad» de avisar a la policía o a la Justicia, pero en la redacción publicada este jueves la palabra fue retirada y el texto dice que los médicos deberán «comunicar el hecho a la autoridad policial responsable».
También obligaba a los médicos y otros profesionales a recopilar evidencias de violencia sexual.
Esta misma semana, la organización Human Rights Watch pidió a las autoridades brasileñas que revocaran la ordenanza del 27 de agosto, por entender que aumenta el riesgo de que mujeres y niñas «recurran a abortos inseguros que pueden poner en riesgo su vida y su salud».
El Gobierno también eliminó de la anterior ordenanza el artículo 8, que determinaba que el equipo médico debía ofrecer a la madre la posibilidad de ver al feto a través de ecografías antes de practicar el aborto.
Este punto fue muy criticado, porque diversos grupos lo entendieron como una forma de desincentivar a la mujer a interrumpir su embarazo; finalmente, en la ordenanza de este jueves el Gobierno eliminó esa recomendación.
En las últimas semanas el tema del aborto en Brasil ha sido ampliamente difundido por el caso de una niña de 10 años que supuestamente fue violada por su tío y a la que se le negó un aborto en su estado natal, Espirito Santo. Luego cruzó el país en avión hasta la ciudad nororiental de Recife, donde pudo someterse al procedimiento.
En la actualidad, en el gigante del sur el aborto es legal en tres supuestos: cuando el embarazo es fruto de una violación, cuando la vida de la madre está en peligro y cuando el feto presenta graves malformaciones cerebrales.
Con información de Sputnik y RCN
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