En una entrevista sobre el proceso constituyente, realizada en el programa «Puerto Aprueba» de Radio Ritoque (Valparaíso), dos activistas locales se refirieron a los aportes que el feminismo ha realizado al proceso que abrió la puerta al plebiscito, y al rol que deberá desempeñar en el futuro.
Se trata Constanza Valdés, activista por la disidencia sexual y los derechos trans, asesora legislativa y presidenta del partido Comunes en Valparaíso; y Andrea Saldías, vocera de la Coordinadora 8M de Viña del Mar, militante comunista, profesora municipal y colaboradora de la organización «Mujeres por sus Derechos».
«Chile tuvo un clímax de movilización alrededor del 8 de marzo, día internacional de las mujeres, eso demostró su enorme fuerza», señaló Valdés. Para la activista, uno de los grandes desafíos que tomó en sus manos el movimiento feminista en el proceso constituyente es que considerara la paridad.
«Por primera vez en el mundo podrá haber una convención constitucional paritaria. Esto fue posibilitado por el movimiento feminista, no se hubiese logrado sin su capacidad de ejercer presión social», afirmó la presidenta de Comunes en Valparaíso.
En esta línea, agregó Constanza Valdés, «la visibilización de la demanda contra la violencia, contra la discriminación, en favor de los derechos sexuales y reproductivos como el aborto, la inclusión de las disidencias sexuales, tienen que estar consideradas en el proceso constituyente y en su resultado, y la paridad no los garantiza en sí misma».
Por ello, la asesora legislativa reitera que lo trascendental es incorporar la perspectiva feminista en la nueva Constitución, por lo cual invitó a plantearse el desafío de «pensar y reestructurar el poder y el modelo de Estado, en clave feminista. Si vamos a tener un estado social, democrático, de bienestar, de superación de la subsidiariedad, ¿cómo lo concebimos en clave feminista, cómo los órganos del Estado lo van a incorporando? La paridad se volverá un nuevo piso mínimo».
Por su parte, Andrea Saldías remarcó que «el feminismo viene peleando por décadas, desde antes del voto femenino. Esta ola feminista se juntó con el estallido social y nos dio un aliento mayor. Es un momento propicio para trabajar en educación, feminismo y pensar en grandes cambios desde las raíces. Por ejemplo, a nivel curricular».
Sobre su valoración del proceso constituyente, la vocera de la Coordinadora 8M de Viña del Mar apuntó que «es una gran oportunidad de hacer cambios estructurales en los que las mujeres y nuestros derechos sean el centro de la sociedad. las mujeres estamos siempre en segunda, tercera categoría».
Por otra parte, apuntó que hay importantes dificultades para encarar el proceso de campaña. Uno se refiere a los vacíos informativos presentes en la ciudadanía que, sumado a las dificultades del trabajo territorial consecuencia de la pandemia, se han vuelto muy difíciles de revertir.
«Se ha producido confusión entre la convención mixta y la constitucional; se confunde mixta con paridad, y eso es muy peligroso», advierte. Otra dificultad, al menos en Valparaíso y Viña del Mar, es el modelo de votación: «Está hecho para que la gente de los cerros deba ir al plan a votar. Pero hay gente que se ha quedado sin trabajo y no puede pagar el transporte. Aquí hay gente que quiere diezmar la participación y nosotras tenemos evitarlo, tenemos que colaborar a través de las distintas organizaciones feministas en que ese día nadie se quede sin ir a votar porque no tenía con quien dejar a sus hijas e hijos o porque no puede pagar la micro», sostuvo Saldías.
El rol de la familia en la Constitución
Uno de los artículos de la Constitución especialmente criticados por las feministas es el que consagra a la familia como núcleo fundamental de la sociedad. Esto tiene «tremendos efectos», sostiene Constanza Valdés: «Si revisamos las actas de la ‘comisión Ortúzar’ -comisión designada, encargada de redactar el texto en los ’80-, el concepto ‘familia’ refiere a un hombre que provee y una mujer en casa. No sólo sigue vigente este modelo, sino que las políticas públicas de los últimos 40 años siguen la misma línea».
Por ello, para las mujeres se instala la idea de que «solo se realizaría su rol en la medida en que se casa con un hombre, todavía hay universidades como la de los Andes con carreras enfocadas en que las mujeres puedan ser buenas dueñas de casas. Esto es consecuencia de que los valores de la Constitución es extremadamente machista».
Este molde de familia, añade Valdés, «también tiene impacto en las niñas, niños y adolescentes (NNA), porque es una sociedad adultocéntrica, no hay estándares normativos mínimos para sus derechos. El concepto de familia, vinculado al derecho preferente de los padres, y si lo vinculamos a libertad de enseñanza, por regla general, la familia se transformó en un núcleo en el que muchas veces existían vulneraciones los derechos de los niños».
«Bajo el paradigma de que hijos e hijas son propiedad de sus padres, se impide el reconocimiento a los derechos de NNA, de educación sexual integral, por ejemplo. El argumento final es el derecho preferente de los padres de educar a sus hijos, es decir, los niñes no tienen derechos porque los padres los tienen hasta que ellos tengan 18 años», puntualizó la activista.
Por ello, Contanza Valdés llamo «a cuestionarnos el rol y de qué manera podemos ampliar los derechos no solamente a las familias, sino a las comunidades, personas que pueden vivir en conjunto, que comparten relaciones afectivas, sin relación de parentesco, pero que forman parte de grupos que pueden reconocerse y ser beneficiarios de políticas sociales».
Sobre este último punto, Andrea Saldías advirtió que los riesgos de que el proceso constituyente fracase es que no se incluya una mirada feminista y que para evitarlo, «el movimiento debe seguir en todo este proceso presionando. El único modo de conseguir avances, es a través de la presión social. Sin ella no hay nueva Constitución, no hay retiro de 10% del fondo de la AFP. Es la forma en que se consiguen los cambios».
«Mientras el proceso constituyente siga, hay que presionar, hacer cabildos, incluir la política e incluirnos en la política», concluyó la representante de la Coordinadora 8M.
La entrevista completa, conducida por Camila Lazo, comentada por Paulina Góngora y con la participación del periodista Javier Paredes, está disponible en el siguiente link: