Presidente Bashar al-Ásad: «Cualquier país, Siria, Bielorrusia tiene sus problemas. ¿Tiene Occidente el derecho a intervenir? A esto nos tenemos que oponer»

El mandatario hace un balance de los cinco años desde que comenzó la guerra en su país y analiza diversos eventos de la política internacional

Presidente Bashar al-Ásad: «Cualquier país, Siria, Bielorrusia tiene sus problemas. ¿Tiene Occidente el derecho a intervenir? A esto nos tenemos que oponer»

Autor: Sofia Belandria

El pasado 30 de septiembre se cumplieron cinco años desde que comenzó la operación de la Fuerza Aérea rusa en Siria a petición del Gobierno de ese país.

Con motivo de ese aniversario, el presidente sirio, Bashar al-Ásad, quien, además de hacer el balance de estos cinco años de guerra que, advirtió, aún no ha terminado, también se refirió, entre otros temas, a las perspectivas de la cooperación entre Rusia y Siria, el conflicto en Nagorno Karabaj o la nominación de Donald Trump —quien había confesado pretender eliminar físicamente a Asad para el Premio Nobel de la Paz.

Habló también del tema más candente de la actualidad, la pandemia del coronavirus, y reveló que se pondría la vacuna rusa contra el COVID-19

Presidente, antes que nada le agradecemos la oportunidad de hacer esta entrevista, en los días cuando cumplen cinco años desde que Rusia empezó a prestar asistencia militar a Siria. Ahora, cinco años después, ¿podría usted decir que la guerra en Siria está terminada?

No, en absoluto. Mientras algunos territorios del país sigan ocupados por los terroristas que perpetran crímenes y asesinatos, no está terminada, y creo que sus patrocinadores pretenden que la guerra vaya para largo. Esto es lo que creemos.

¿Qué actos heroicos de los rusos recuerda usted? ¿Cuáles están en su corazón? Digamos, ¿de cuáles hablaría con sus nietos?

Ha habido muchos y algunos sí recuerdo, claro está. Los cinco años de la lucha conjunta de los Ejércitos de Siria y Rusia en esta cruenta guerra, creo, hicieron que el heroísmo pasó a ser colectivo. No es algo individual, lo que uno recuerda no son hazañas de solitarios. Por ejemplo, si pensamos en los pilotos de aviones de combate, la Fuerza Aérea, los pilotos rusos a diario volaban por encima de los terroristas, arriesgando sus vidas, y algunos aviones fueron abatidos por los terroristas.

Si hablamos de otros militares, no están apoyando al Ejército sirio en la retaguardia sino en la línea del frente y como resultado también hubo quienes perecieron. Lo que les contaré algún día a mis nietos no serán solo esas hazañas, sino también les hablaré de los valores comunes que tienen nuestros Ejércitos y que nos han convertido en hermanos en esta guerra, estos valores nobles como la lealtad a la causa, la protección de los civiles, de los inocentes. Hay mucho que decir sobre esta guerra.

Para usted, ¿cuál fue el momento de inflexión en este conflicto, en esta guerra?

La guerra dura ya casi diez años así que ha habido varios momentos cruciales, no uno solo. El primero fue en 2013 cuando comenzamos a liberar de Al Nusra (grupo terrorista proscrito en Rusia) diferentes zonas, especialmente en el centro de Siria. Luego, cuando en 2014 la situación cambió de repente porque, apoyado por EE.UU., surgió ISIS (proscrito en Rusia) y se apoderó de una parte muy importante de Siria y también de Irak. Fue entonces cuando los terroristas comenzaron a ocupar otras áreas ya que ISIS logró hacer que el Ejército sirio se desatendiera de su misión para liberar la parte occidental de Siria.

Luego, otro punto de inflexión fue cuando los rusos intervinieron en Siria y apoyaron a nuestro Ejército. Diría yo que un momento crucial fue la liberación de la parte oriental de Alepo, de ahí comenzó la liberación de otras partes de Siria. Fue significativo por la importancia que tiene Alepo y porque fue el principio de una liberación a gran escala que se extendió después a Damasco, al resto de Alepo y, más recientemente, a otras zonas en el este y el sur de Siria. Esos son los primeros puntos de inflexión. Si los consideramos en el conjunto, todos tuvieron una importancia estratégica y todos cambiaron el curso de esta guerra.

Hablemos de los acontecimientos actuales. En Rusia ahora estamos siguiendo el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán en el que, sin duda, también juega un papel Turquía, no estoy yo para decidir si es positivo o negativo. Quisiera preguntarle sobre Turquía y la política de Erdogan. En los últimos años Turquía pretende maximizar su influencia internacional. Está presente en Libia, se injiere en la situación en Siria, libra disputas territoriales con Grecia y ahora apoya abiertamente a Azerbaiyán. ¿Qué opina usted del comportamiento de Turquía y de Erdogan? ¿Debería la comunidad internacional prestar más atención a ese neotomanismo?

Permítame hablar con franqueza y claridad. Erdogan apoya a los terroristas en Siria y en Libia, fue el principal instigador del conflicto en Nagorno Karabaj recientemente estallado entre Azerbaiyán y Armenia. Por lo tanto, su comportamiento como tal resulta peligroso, y por diversas razones. Primero, porque refleja la ideología de los Hermanos Musulmanes, un grupo extremista y terrorista; segundo, porque desata guerras en diferentes regiones para distraer a la opinión pública en Turquía de sus acciones dentro del país, especialmente después de que se revelaran sus escandalosas conexiones con ISIS en Siria.

Todo el mundo sabe que ISIS vendió el petróleo sirio a través de Turquía y bajo la protección de la Fuerza Aérea de EE.UU., y que los turcos participaron en ese comercio.

Así son sus propósitos (de Erdogan), y esto es peligroso. Ahora, sobre si la comunidad internacional debe prestarle atención. El término ‘comunidad internacional’ se refiere en realidad a un reducido grupo de países, las grandes potencias y los países ricos. Diríamos que son países con influencia en la palestra internacional. La mayor parte de esa comunidad internacional son cómplices de Turquía en cuanto al apoyo al terrorismo. Así que saben qué es lo que está haciendo Turquía y les gusta. Para esos países Turquía es una herramienta para imponer su política en la región y plasmar sus aspiraciones.

Por lo tanto, no, en absoluto podemos contar con la comunidad internacional.

Sí se podrían depositar esperanzas en el derecho internacional, pero no existe: no existen organismos que puedan garantizar la implementación práctica de la ley internacional. Así que en Siria solo podemos contar con nosotros mismos y nuestros amigos.

Otra cosa sobre el conflicto en Nagorno Karabaj. Hay informaciones de que los terroristas de los grupos armados que habían combatido en Siria ahora están siendo trasladados a la zona del conflicto armenio-azerí. ¿Puede usted confirmarlo? ¿Tiene usted datos de que los terroristas se dirigen de Siria a…?

Lo podemos confirmar rotundamente. Pero no porque tengamos pruebas sino porque incluso cuando no hay pruebas, hay ciertos indicadores. Turquía usó en Siria a terroristas procedentes de varios países. Recurrió a los mismos métodos en Libia donde empleó a terroristas de Siria y a lo mejor de otros países también.

Así que el hecho de que utilice los mismos métodos en Nagorno Karabaj no requiere pruebas, es muy probable pues como acabo de decir que fue Turquía la que está en el origen de este problema, desató este conflicto, lo había atizado.

Turquía tiene objetivos y pretende conseguirlos con sus métodos de siempre. Y podemos decir con certeza que está usando a terroristas de Siria y otros países en Nagorno Karabaj.

Hablemos de las relaciones entre nuestros países, Rusia y Siria. ¿Tiene usted en la agenda contactos o reuniones con el presidente Vladímir Putin?

Mantenemos contactos regulares, sobre todo telefónicos, cuando ocurre algo nuevo o cuando hay necesidad de conversar. Desde luego, hablaremos en futuro, nos reuniremos, pero dependerá de la situación política con respecto a Siria. Además, como bien sabe, debido al coronavirus el mundo entero está paralizado, así que creo que en futuro próximo las conversaciones serán por teléfono.

¿Planteará usted el tema de nuevos créditos, préstamos para Siria?

Por la situación económica que tenemos es importante buscar préstamos pero al mismo tiempo uno no debe recurrir a ellos si no es capaz de devolverlos. De lo contrario será una carga y una deuda. Así que el asunto tiene dos aspectos. Tenemos pensado hablar de los préstamos, y lo hemos discutido con nuestros socios rusos, pero tenemos que prepararnos para ese paso antes de darlo, prepararnos de una manera seria y práctica.

Recientemente visitó Siria una delegación rusa con el vice primer ministro Yuri Borísov a la cabeza. ¿Está interesada Siria en adquirir sistemas antiaéreos rusos como los S-400 o un lote adicional de los S-300?

En realidad, hace dos años lanzamos un plan de modernización del Ejército y es evidente que lo vamos a realizar en cooperación con el Ministerio de Defensa ruso, pues desde hace décadas nuestro Ejército depende por completo del material bélico ruso. Pero hay prioridades, no tienen por qué ser misiles, a lo mejor hay otras prioridades si se considera el conflicto sobre el terreno. Así que tenemos un amplio plan pero lo debemos implementar según las prioridades. No solemos revelar nuestra planificación militar hasta el último detalle pero en general consiste en modernizar las Fuerzas Armadas en todos los aspectos.

Supongo que usted sigue la campaña presidencial en EE.UU. ¿Espera usted que el nuevo presidente, sea quien sea, revise la política de sanciones respecto a Siria?

En EE.UU. no eligen a un presidente, eligen a un primer ejecutivo, un CEO, pues hay una junta directiva, hay grupos de cabildeo y grandes multinacionales como la banca, las empresas militares, de petróleo, etc. Así que lo que tienen es un CEO y este CEO no tiene el derecho o la autoridad para revisar nada, solo puede implementar. Y eso es lo que ocurrió con Trump, porque cuando se hizo presidente después de las elecciones…

Había sido CEO durante años.

¡Exacto! Y lo sigue siendo igual. Ha pretendido realizar su propia política y estuvo a punto de pagar por ello, me refiero al impeachment. Tuvo que comerse todo lo que había dicho antes de las elecciones. Es por eso que uno no espera un presidente, espera un CEO. Si pretende cambiar la política, está la junta directiva que no cambia sus orientaciones. Los CEO vienen y se van pero la junta es la misma así que no hay nada que esperar.

¿Quiénes integran esta junta? ¿Quiénes son?

Tal y como lo he dicho, son cabilderos y hacen lo que les da la gana, controlan al Congreso y a los demás, a los medios, etc. En EE.UU., lo que hay es una alianza de intereses entre distintas corporaciones autoempoderadas.

Trump había prometido retirar las tropas de EE.UU. de Siria pero fracasó. Ahora lo han nominado al Nobel de la Paz. ¿Cree usted que será galardonado si logra retirar las tropas estadounidenses?

Lo han nominado?

Está nominado, sí.

No lo sabía. Si hablamos de una nominación para promover la paz, la paz no es solo retirar las tropas, es un paso bueno y un paso necesario. Pero la paz depende de la política, del comportamiento. Significa dejar de ocupar tierras ajenas, dejar de derrocar gobiernos solo porque no sean tus aliados, dejar de sembrar el caos en diferentes lugares del mundo. La paz significa cumplir con la ley internacional y respetar la Carta de las Naciones Unidas, etc. Esto es la paz, esto es cuando uno se merece un Premio Nobel de la Paz.

A Obama, lo galardonaron con ese premio nada más elegido y sin que hubiera hecho nada. El único logro que en aquel entonces tenía era trasladarse de su casa a la Casa Blanca, y fue condecorado con un Nobel. Así que condecorarán a Trump por algo parecido. No sé qué será pero no será por la paz.

Trump reconoció recientemente que tenía la intención de eliminarle y que el jefe del Pentágono Mattis (2017-2019) insistió que no lo hiciera. ¿Estaba usted al tanto de eso en aquel entonces y qué se hizo para prevenirlo?

Los asesinatos son el modus operandi de los estadounidenses, es algo que hacen siempre, llevan décadas haciéndolo por todas partes, en distintos lugares del mundo, no es nada nuevo. Así que hay que ser consciente de que un plan así ha existido siempre por diversos motivos. Uno puede esperar algo similar dada la situación en Siria, el conflicto, con los norteamericanos ocupando nuestras tierras y apoyando a los terroristas. Es algo que uno espera, incluso si no hay información al respecto, resulta evidente.

¿Cómo prevenirlo? No se trata de un posible intento como tal, de un plan, de una persona o un presidente concretos, se trata de una manera de comportarse. Nada impedirá que EE.UU. perpetre semejantes actos crueles si no existe un equilibrio internacional que garantice que EE.UU. no podrá evitar la responsabilidad por sus crímenes. De lo contrario continuarán con este tipo de acciones en distintos lugares y nadie los podrá parar.

¿Ha habido algún otro atentado contra su vida durante su presidencia?

No, que yo sepa, pero como le acabo de decir, es evidente que ha habido muchas tentativas o, para ser más preciso, planes. Si se estuvieron llevando a cabo o permanecieron ‘en modo de espera’, nadie lo sabe.

Ahora quisiera hablar de la situación en Siria. ¿Va usted a postularse para la presidencia en 2021?

Es demasiado temprano para hablar de ello, pues faltan varios meses. Lo podría decidir a inicios del año que viene.

Interesante. Usted ha felicitado al Alexandr Lukashenko por su investidura en Bielorrusia, ¿no le parece que haya cierto parecido entre las tecnologías políticas que EE.UU. y el Reino Unido han empleado para apoyar a la oposición bielorrusa y los métodos que usaron contra Siria, al librar una guerra de la información?

Efectivamente, he enviado una carta de felicitación al presidente Lukashenko y es normal. En cuanto a la situación en Bielorrusia, independientemente de las similitudes o las diferencias que haya entre los dos países —Siria y Bielorrusia—, independientemente de si hay un conflicto real o uno artificial, Occidente continuará interfiriendo por doquier si no renuncia a sus pretensiones de hegemonía por todo el mundo.

Si hay un problema real en tu país, ya sea grande o pequeño, van a interferir. Y si es un problema nacional, lo convertirán en uno de talla internacional solo para intervenir y entrometerse en tus asuntos. Si no tienes problemas, harán lo que puedan para que los tengas, para luego convertirlos en un asunto internacional e inmiscuirse en tus asuntos. Así es la política de ellos.

No es cuestión de lo que está pasando en Bielorrusia. Cualquier país, Siria, Bielorrusia o el suyo tiene sus problemas. ¿Tiene Occidente el derecho a intervenir? A esto nos tenemos que oponer. Así que, para responder a su pregunta, sí, es el mismo comportamiento, la misma estrategia y la misma táctica. La diferencia está en los estilos, los titulares. Usan unos titulares para Rusia, otros para Venezuela, otros más para Siria, etc.

Así que no se trata de Bielorrusia, se trata del comportamiento de Occidente, de su estrategia para el futuro, pues creen que el ascenso de Rusia, el ascenso de China, el ascenso de otras potencias alrededor del mundo representan una amenaza existencial para ellos, y creen que la única manera de enfrentarla es sembrar el caos por todo el mundo.

Usted ha mencionado ya el coronavirus y su impacto sobre toda la humanidad. ¿Ha habido contagios en su Gobierno o en su entorno personal?

No, gracias a Dios. Tampoco creo que alguien del Gobierno se haya infectado.

Me alegro. Y usted, personalmente, ¿quisiera vacunarse con la vacuna rusa?

Claro, en la situación actual todos se quisieran vacunar contra este peligroso virus. Según tengo entendido, esa vacuna aún no está disponible en el mercado internacional, pero tenemos la intención de discutir con las autoridades rusas cuándo podría llegar a Siria. Es muy importante.

Sí, Rusia ha anunciado ya que la vacuna estará disponible para sus socios extranjeros…

Dijeron que podría estar disponible en noviembre.

¿Solicitarán ustedes que la vacuna rusa se suministre a Siria?

Sin duda alguna. Ahora es crucial.

¿En qué cantidad?

Dependerá de cuántas dosis estén disponibles. También hay que hablar con las autoridades sanitarias sirias para saber cuántas necesitamos.

Es decir ¿pretende celebrar conversaciones detalladas con el Gobierno ruso al respecto?

Desde luego. Todos en Siria se interesan por la vacuna rusa y por cuándo estará disponible.

En el contexto de la pandemia, ¿existe aún una demanda social para cambiar la Constitución? El coronavirus ha creado todo un nuevo paradigma en el mundo y, desde luego, en la política. Los problemas existentes y las conversaciones en Ginebra hacen dudar si aún existe una demanda para cambiar la Constitución. ¿Qué opina?

No hay relación alguna entre el coronavirus y la Constitución. Enmendamos la Constitución en 2012 y ahora estamos discutiendo la Carta Magna en el formato de Ginebra. Tuvimos una ronda de negociaciones hace un mes, más o menos. Es decir, el coronavirus hizo postergar las consultas pero no las paralizó del todo.

Las negociaciones de Ginebra son, básicamente, un juego político, no son algo en que estén concentrados los sirios. El pueblo sirio no piensa en la Constitución, nadie está hablando del asunto. Los sirios se preocupan por las reformas que tenemos que realizar y las políticas que tenemos que cambiar para garantizar que sus necesidades sean atendidas. Esto es lo que estamos discutiendo en este momento y esto es lo que nos preocupa y también lo que centra los esfuerzos del Gobierno.

O sea ¿quiere decir que las negociaciones de Ginebra deben continuar y que la Constitución está en la agenda y que se necesitan más discusiones?

Desde luego. Hemos empezado y continuaremos las consultas en las semanas próximas.

¿Tiene Siria la intención de enjuiciar a los Cascos Blancos y cree usted que se debe realizar una investigación internacional de sus acciones, a lo mejor bajo los auspicios de la ONU?

Cuando se perpetra un crimen, nadie lleva al juicio al cuchillo u otra arma, llevan al juicio al criminal. En este caso, los Cascos Blancos son solo una herramienta, un instrumento, un arma que se usó con fines terroristas. Fueron creados por el Reino Unido, apoyados por Estados Unidos y, claro está, por Francia y otros países occidentales, y utilizados directamente por Turquía.

Todos estos regímenes son los verdaderos progenitores de los Cascos Blancos, y por eso deben responder antes que los propios Cascos Blancos. Pero la cuestión está en si disponemos de leyes internacionales para lanzar semejante procedimiento. Y la respuesta es ‘no’. De lo contrario, EE.UU. no se habría salido con la suya en Irak, por ejemplo, o en Yemen o en otros lugares donde ha cometido crímenes. Y no solo EE.UU., sino también Francia, el Reino Unido y otros actores. Pero no tenemos instituciones que puedan velar por el cumplimiento de las leyes internacionales, tal y como he dicho antes.

Así que no, tenemos que concentrarnos en los perpetradores, los perpetradores reales, los orquestadores que son los países de Occidente y sus títeres en la región.

Pero, ¿no deberían tomarse medidas concretas contra los Cascos Blancos? Porque siguen actuando.

Sí, claro, son unos criminales. No estoy diciendo nada nuevo. Antes de convertirse en los Cascos Blancos, fueron Al Nusra. Existen vídeos y fotos de todos esos criminales y deben ser llevados ante la justicia en Siria. Pero cuando estamos hablando de los Cascos Blancos como una institución, fue creada por Occidente. Así que como individuos son criminales pero los Cascos Blancos es una institución de Occidente, una organización extremista y terrorista basada en Al Nusra.

Usted ha dicho que la presencia de los militares de EE.UU. y Turquía en Siria es ilegal. ¿Qué harán ustedes para que se retiren?

Esto es una ocupación y en esta situación tenemos que hacer dos cosas: primero, eliminar el pretexto que usan para justificar esa ocupación que es el terrorismo, en este caso ISIS. Casi todos en el mundo son conscientes ya de que ISIS fue creado por los estadounidenses y está apoyado por ellos, les asignan misiones como si fueran unas tropas de EE.UU. Hay que eliminar esta excusa, así que eliminar a los terroristas es la prioridad número uno para nosotros.

Después, si los estadounidenses y los turcos no se van, lo natural es que surja una resistencia popular. Es el único remedio, no servirán las discusiones ni el derecho internacional que no existe. Así que no hay otra posibilidad de lograrlo que la resistencia y fue precisamente eso lo que ocurrió en Irak. ¿Por qué se retiraron los estadounidenses en 2007? Por la resistencia popular.

¿Qué opina usted sobre el acuerdo petrolero entre EE.UU. y los kurdos sirios? ¿Van ustedes a hacer algo para contrarrestarlo?

Esto es un robo y la única manera de frenarlo es liberar nuestras tierras. Si no logramos liberar nuestro territorio, nada les obligará a parar porque son unos ladrones y la única manera de frenar a un ladrón es meterlo en la cárcel o hacer de alguna manera que desista apartándolo del área donde pueda robar. Se debe hacer lo mismo con estos ladrones. Se deben expulsar de esa región, es la única manera. Y el Gobierno sirio debe controlar cada parte del país, entonces la situación regresará a la normalidad.

¿Cómo evalúa usted la situación en Idlib? ¿Como va Siria a expulsar a los terroristas y cuántos hay allí ahora mismo, según sus estimaciones?

Desde 2013, adoptamos, digamos, una especie de metodología para los territorios donde los terroristas controlan a los civiles o las ciudades. Les damos la oportunidad de deponer las armas y a cambio de una amnistía, es algo que ha funcionado en varias partes de Siria. Pero si no buscan reconciliación, tenemos que actuar militarmente, y es eso lo que ocurrió desde 2013 en cada zona que hemos liberado. Este método funciona en las áreas donde se logró la reconciliación nacional y donde los combatientes eran sirios.

No obstante, Idlib es un caso distinto: la mayoría de los extranjeros en Siria están en Idlib, así que o bien se van a Turquía —de donde o través de la cual habían llegado— o bien regresan a sus países o bien perecen en Siria.

¿Proceden de Europa?

Principalmente de Europa. Algunos vinieron de Rusia, de los países árabes, de tantos otros países del mundo. Todos esos yihadistas llegaron para combatir en Siria.

Ahora esta zona está, digamos, bajo la supervisión de misiones conjuntas de Rusia, Turquía y, en algunas ocasiones, de EE.UU. ¿Cree usted que es una cooperación eficaz y cómo esta experiencia podría aprovecharse en futuro?

No, no creo que sea eficaz y por una razón muy sencilla: si fuera eficaz, no habríamos reanudado las operaciones militares en diversas zonas de Alepo e Idlib. El régimen turco debía conseguir que los terroristas se retiraran de la zona y despejaran el camino para que el Ejército y el Gobierno sirios tomasen el control, pero no lo hizo.

Cada vez asumen el mismo compromiso y nunca lo cumplen. Así que no, no diría que es una cooperación eficaz pero ya veremos. Todavía tienen la posibilidad de retirar a los terroristas al norte de la M4 en Idlib. Esto es su última promesa en virtud de un acuerdo con Rusia, pero aún no la han cumplido. Así que esperemos.

¿Considera usted la posibilidad de negociar con Israel para poner fin a sus acciones hostiles? ¿Es posible que Siria establezca las relaciones diplomáticas con Israel como lo hicieron recientemente varios países árabes?

Nuestra postura es muy clara desde que comenzaron las negociaciones de paz en los 1990, o sea hace casi tres décadas, y consiste en que la paz para Siria tiene que ver con los derechos. Tenemos derechos sobre nuestra tierra. Podremos normalizar las relaciones con Israel solo cuando recuperemos nuestra tierra. Es muy simple. Es decir será posible cuando Israel esté preparado y no lo está. Nunca lo ha estado. No hemos visto a ningún funcionario israelí dispuesto a dar aunque sea un paso hacia la paz. Así que teóricamente, sí, pero desde el punto de vista práctico, la respuesta por ahora es no.

O sea de momento no hay negociaciones al respecto entre los dos países.

No, nada de nada.

Usted ha mencionado la necesidad de fortalecer sus Fuerzas Armadas. ¿Qué es lo que lo impide? ¿Hay algún obstáculo que impide modernizar el Ejército?

Cuando se trata de grandes proyectos, siempre hay obstáculos, pero son superables, nada es imposible. Pueden ser obstáculos financieros, pueden ser las prioridades, puede ser la situación sobre el terreno. Este es el único obstáculo, no hay otros. Estamos avanzando en este asunto, pero necesitamos tiempo. Es cuestión de tiempo, nada más.

Algunos actores internacionales afirman que la retirada de Irán de Siria es una condición previa para la reconstrucción económica del país y para que los gobiernos y las empresas occidentales puedan contribuir. ¿Aceptaría Siria cumplir con esa condición y pedir a Irán que se retire?

Antes que nada, no tenemos tropas iraníes y esto está muy claro. Apoyan a Siria, envían a expertos militares, trabajan con nuestras tropas sobre el terreno, cooperan con el Ejército sirio.

Un ejemplo práctico. Hace un año más o menos los estadounidenses dijeron a los rusos que deben «convencer a los iraníes para que se mantengan a 80 kilómetros de la frontera con los Altos del Golán» ocupados por los israelíes. Aunque no había allí tropas iraníes, Irán mostró una gran flexibilidad y dijo «muy bien, no habrá personal iraní al sur de esa lína», y los estadounidenses dijeron que si se llegaba a un consenso al respecto, se retirarían de la parte oriental de Siria en la frontera con Irak, de Al Tanaf. Nunca se hizo, no se retiraron.

Así que el tema de Irán es un pretexto para ocupar las tierras sirias y apoyar a los terroristas. Lo usan para ocultar sus intenciones reales. Solo aceptarán implementar lo que están diciendo cuando Siria se convierta en un títere de EE.UU. Quieren solo eso y nada más. El resto de lo que dicen son mentiras, acusaciones falsas. Así que no creo que exista una solución real respecto a los estadounidenses, pues se resisten a cambiar su comportamiento.

La última pregunta. ¿Hay algo de que está usted orgulloso y algo de que arrepiente por haberlo hecho o por no haberlo hecho?

¿Durante la guerra?

Durante su presidencia.

Uno tiene que distinguir entre las políticas y la implementación. En lo que se refiere a la política, dijimos desde el principio que íbamos a escuchar al pueblo sirio y fue por eso que enmendamos la Constitución en 2012. Dijimos que combatiríamos al terrorismo y, pasados diez años, aún estamos en ello. Dijimos que tenemos que preservar nuestra independencia, nuestra soberanía y por eso luchamos y creamos alianzas con nuestros amigos.

Así que, políticamente, creo que tuvimos razón. ¿Desconfiar de Occidente? Tuvimos razón en varios ámbitos.

En cuanto a la implementación, se trata de escoger la táctica, hay muchas cosas que se podrían considerar como erróneas. Por ejemplo, la reconciliación ¿fue un error? Porque en algunas zonas las personas amnistiadas rehusaron volver al campo de la legalidad. Algunos podrían decir que fue un error, aunque en realidad esas reconciliaciones fueron muy importantes. No creo que hayamos errado al definir la política. Pero hay muchos errores en la implementación, en muchas partes y a veces a diario.

Presidente, se nos está acabando el tiempo. Gracias por esta larga y sincera entrevista.

Gracias a usted. Gracias por haber venido a Siria.

Muchas gracias.

Cortesía de Sputnik


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