Crítica de cine: ‘Vendrá la muerte y tendrá tus ojos’, cuando las palabras se suicidan

Una historia donde la frustración y el miedo a la muerte pueden darle vida al amor profundo y al destino de la incondicionalidad.

Crítica de cine: ‘Vendrá la muerte y tendrá tus ojos’, cuando las palabras se suicidan

Autor: Carlos Montes

Por Wladimyr Valdivia Westphal.

Uno de los más recientes estrenos nacionales virtuales es el último trabajo de José Luis Torres Leiva (‘El viento sabe que vuelvo a casa’), uno de los realizadores jóvenes más prolíficos de la escena nacional, quien dirige y escribe un nuevo largometraje de ficción dentro de su variada filmografía.

Filmada en 2019 en las ciudades australes de Puerto Montt y Puerto Varas y presentada con éxito en el Festival de San Sebastián el año recién pasado, la cinta cuenta la historia de Ana (Amparo Noguera) y María (Julieta Figueroa), una pareja que enfrenta la dolorosa enfermedad de una de ellas, luego de decidir no someterse a ningún tratamiento y pasar juntas el tiempo que les quede juntas en una casa de campo.

Torres Leiva centra el relato en el amor incondicional y el miedo a la muerte. Con una sensibilidad que ya forma parte del estilo del cineasta, acompañamos a la pareja en silenciosas tardes de descanso, en paseos por la playa, en un nuevo refugio que las lleva a redescubrir el amor, con la trágica sensación del día a día, que opera como cuenta regresiva hacia un inevitable final.

Sin ningún tipo de música incidental, son el sonido de la respiración inagotable, el frotar de un cariño, el calor de un beso y la naturaleza testigo, la única banda sonora de una puesta en escena poética que, a pesar del drama natural, es capaz de reflexionar con acierto sobre la muerte y la decisión de la protagonista de enfrentar su destino, yendo en contra de su propia existencia.

La fantasía juega un importante rol en la narrativa de la película, al estar presente mediante la dramatización de un par de historias que María relata, como leyendo su propio diario de vida metaforizado, donde habla de orígenes, de aprendizaje, de descubrimiento, del despertar sexual, de sentirse viva; es aquí donde la cinta verbaliza y construye el pasado del personaje y nos sitúa al interior de su corazón, más allá de la omnipresente batalla final.

La cámara de Torres Leiva, la fotografía de Cristián Soto (recurrente colaborador del director) y el inmejorable montaje de la consagrada Andrea Chignoli hacen un triunvirato perfecto, conjugando primeros planos, silencios y miradas en un escenario acompasado por la frialdad de la lluvia y la intensidad de un bosque que se expresa por sí mismo entre una bruma gélida que pareciese querer detener el tiempo.

El escaso reparto funciona como catalizador de las emociones que la cinta propone y resuelve con éxito. Amparo Noguera (‘Una Mujer Fantástica’) y Julieta Figueroa (‘El cielo, la tierra y la lluvia’), a pesar de la excesiva teatralidad de ambas, construyen personajes sólidos capaces de encarnar tanto la frustración como este nuevo despertar en pareja, reencontrándose y volviéndose a enamorar.

Tú lloras debajo de tu llanto, tú abres el cofre de tus deseos y eres más rica que la noche. Pero hace tanta soledad que las palabras se suicidan”. Así reza la parte final del poema de Alejandra Pizarnik que María olvida, con la mirada perdida hacia ningún lugar, o hacia aquel lugar donde mueren los sueños y nace el último “te amo”.

Disponible por tiempo limitado en Ondamedia. 

https://www.youtube.com/watch?v=5S-aIgPyuMs

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