Este miércoles 29 de abril deberá ser recordado como una fecha clave en la lucha de los pueblos por su liberación. Y es que a las 18:56 el Gobierno decidió retirar el proyecto de reformas a la Ley de Pesca y Acuicultura que permitía la privatización del mar austral, con la excusa de crear barrios Salmoneros.
Lo hizo debido a la insoportable resistencia que los pescadores artesanales de Chile y otras organizaciones sociales que levantaron la campaña Salvemos el mar chileno.
La privatización fue impulsada por poderosos intereses que tenían como operador a Felipe Sandoval, quien esta-ba a cargo de la autodenominada Mesa del salmón.
Sandoval llegó a ser brazo derecho del candidato presidencial DC Eduardo Frei, en su comando “Oceanos Azules”, pero debió renunciar a este puesto tras una acusación de la Contraloría de malos manejos de dineros cuando era subsecretario de pesca (Gobierno de Lagos). sin embargo, no renució ni lo echaron de la citada «Mesa».
La Mesa del Salmón, que no contó con la participación de los pescadores artesanales, se proponía -en apariencia- rescatar a la industria salmonera (lo que es imposible) creando barrios salmoneros para ella en el mar interior de Chiloé y otras zonas de más al sur.
La figura operaba así: El Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet quería traspasar 450 millones de dólares a las salmoneras como «bono de cierre» a empresarios transnacionales, que se han apropiado de miles de millones de dólares en utilidades en los últimos 20 años; Sin que para los trabajadores fuera un sólo peso.
El traspaso sería a través de los bancos. A cambio, las salmoneras entregarían a estos las concesiones que recibieron en forma gratuita del estado. Pero para que el negocio fuera redondo, era necesario cambiar el estatuto jurídico de las concesiones salmoneras, para que dejaran de ser temporales y revocables y pudieran ser propiedad privada de sus dueños. Así podrían ser hipotecadas a la banca, que les traspasaría enormes sumas con el aval del Estado.
En resumen: El Estado de Chile ponía la plata y el mar. Las salmoneras se quedaban con la plata y los bancos con el mar.
Con este objetivo, el gobierno de la «socialista» Michelle Bachelet, asesorada por Sandoval y José Viera Gallo, presentó el 9 de enero pasado, un proyecto de ley que reformaba la Ley de Pesca y Acuicultura.
Esta privatización del mar de Chile, era similar a lo que la dictadura de Augusto Pinochet hizo con las aguas continentales al dictar el código de aguas (1981). Entre las múltiples consecuencias que esto tendría, estaba el fin de la actividad pesquero artesanal desde la Décima hasta la Duodécima regiones, puesto que los bancos podrían impedir el libre tránsito por los canales y fiordos australes los que según el plan Sandoval-Viera Gallo (y sus mandantes), pasarían a formar parte de su propiedad.
Comprendiendo la gravedad de esta situación, los pescadores artesanales de Aysén agrupados en la (AGO), solicitaron ayuda a las organizaciones que daban vida –el 13 de diciembre pasado- al Movimiento de los Pueblos (MP), en el ya mítico Parque Cultural ex Cárcel de Valparaíso. Los allí reunidos acordaron como primera tarea, evitar que la tragedia del mar continuara decidiendo dar vida a la campaña Salvemos el mar chileno la que contó con el decidido apoyo de El Ciudadano.
El pasado 16 de abril, en asamblea de más de mil pescadores, y ante los dirigentes máximos de las principales confederaciones de pescadores de Chile (Conapach-Confepach), la pesca artesanal en su conjunto decidió rechazar este proyecto de privatización del mar. Esto es muy relevante si se considera que las aguas interiores de Chiloé que se quieren privatizar están reservadas para uso exclusivo de la pesca artesanal, según se establece en el artículo 47 de la Ley de Pesca.
El senador Nelson Ávila, desde su lecho de enfermo, envió el pasado 27 de abril una carta abierta denunciando y rechazando el intento de privatizar el mar.
En la sesión de la Comisión de Pesca y Acuicultura del pasado 28 de abril, que contó con la presencia de los dirigentes de la Conapach y de los trabajadores salmoneros, todos estos se pronunciaron decididamente por el rechazo a la privatización y porque se implementen medidas concretas que ayuden a los salmoneros despedidos y a los pescadores afectados por las salmoneras a encontrar una solución a su crítica situación.
Al ver este rechazo tan contundente, todos los diputados de la Concertación que forman parte de esta Comisión –Clemira Pacheco, Alfonso de Urresti, entre otros- anunciaron que no darían sus votos a este proyecto. Sandoval salió de la Sala en estado lamentable, y les dijo a los dirigentes de los trabajadores salmoneros que los apoyos propuestos a su sector dependían de que apoyaran este proyecto privatizador. Estos lo mandaron a Brasil, allá donde vive la Xuxa.
Reunidos de urgencia esa misma noche con Viera Gallo, las bancadas de la Concertación le solicitaron que el Gobierno retirara el proyecto, el que contaba no contaba con su apoyo y sólo con los votos de la derecha.
Aunque este se resistió, al otro día debió aceptar tomar este paso, puesto que de lo contrario hubiera quedado en evidencia que su Gobierno representante sin más a la derecha económica del país y que gobierna con la derecha política.
En los próximos días deberán reunirse los pescadores artesanales, trabajadores salmoneros y el Gobierno para ver los caminos a seguir.
Se impone que no se privatice el mar y que los recursos que se querían dar a los empresarios -que contaminaron el mar y destruyeron la vida de pescadores y numerosas comunidades- sino a los afectados por este desastre incluyendo, por cierto, a los trabajadores despedidos.
Y existe una solución: que con el dinero existente se creen cooperativas de trabajadores que procesen los pescados que le pueda proveer la pesca artesanal. Y que no se siga convirtiendo en harina de pescado, el rico alimento del que nos provee el mar.
Se debe apoyar, también, el proyecto de acuicultura recientemente presentado al senado por Ávila, que regula la actividad acuicola a niveles sustentables y no destructivos. Este contó en su gestación con el apoyo del Movimiento de los Pueblos, pescadores artesanales, los mismos que levantan la campaña salvemos el Mar .
Este triunfo es una señal muy importante que no podemos dejar pasar; con unidad, claridad y decisión, podemos alcanzar lo insospechado: Refundar Chile con justicia.
Coordinadores e impulsores de esta campaña Salvemos el mar chileno fueron: Cosme Caracciolo, líder histórico de los pescadores artesanales chilenos, Secretario general de la Conapach; Héctor Kol, incansable guerrero antisalmonero y defensor del mar y de los pescadores artesanales (AGO de Aysén); Vanessa Zapata, estudiante portomontina avecindada en Valparaíso que está a cargo de la campaña en las redes de internet; Francisco Marín, luchador con newen, Presidente de la Corporación Parque Cultural ex Cárcel de Valparaíso, en las comunicaciones y otras articulaciones. Todos ellos, fundadores del Movimiento de los Pueblos.
¡Que vivan los trabajadores, los pescadores, los pueblos que luchan!
¡Larga vida al Movimiento de los Pueblos!