Brasil superó el sábado los 150.000 muertos por coronavirus en medio de la indiferencia del Gobierno y ante el peligro de que buena parte de la población se ha volcado al turismo en un fin de semana alargado por el festivo del lunes próximo.
El Ministerio de Salud reportó 559 muertes por COVID-19 en las últimas 24 horas y 26.749 casos nuevos.
La nación sudamericana confirma hasta ahora 5.082.637 infecciones, en tanto que los fallecimientos desde el comienzo de la pandemia alcanzaron 150.198, la cifra más alta de América Latina.
A nivel mundial, Brasil es solo superado por Estados Unidos en el número de muertes ocasionadas por COVID-19.
El balance también reveló que 4 de los 27 estados brasileños registraron hoy una tasa superior al millar de muertos por cada millón de habitantes.
Son el Distrito Federal de Brasilia, con 1.127 fallecidos cada 1.000.000 de habitantes; Río de Janeiro (1.113), Mato Grosso (1.034) y Amazonas (1.019), estados en los que, según los especialistas, la emergencia aún está lejos de ser totalmente superada.
Cientos de miles viajan por el feriado
Los datos fueron divulgados en el inicio de un fin de semana prolongado, debido a que el lunes próximo será festivo en el país, y que cientos de miles de brasileños han aprovechado para volcarse al turismo en playas y montañas.
Según la Agencia Nacional de Aviación Civil (Anac), solo por los aeropuertos del país se esperaba que en medio de la emergencia sanitaria, durante el sábado transitase casi un millón de personas, que tenían como destinos muchas de las ciudades del litoral y, en particular, las playas de Río de Janeiro.
Asimismo, en la ciudad de Sao Paulo, capital del estado que más ha sido afectado por la pandemia, la noche de este viernes se calcula que alrededor de 130.000 vehículos dejaron la mayor metrópoli del país, también rumbo a las playas del litoral de esa región.
También en Sao Paulo, las autoridades anunciaron el viernes otra relajación de las medidas de aislamiento social y autorizaron, a partir de este fin de semana la reapertura de cines, teatros y museos, ya en vigor desde hace semanas en Río de Janeiro.
Lo mismo ocurre en Brasilia, que ha dio incluso un paso más allá y desde este sábado acabó con las delimitaciones de espacios entre las mesas de bares y restaurantes, que reabrieron hace más de un mes con restricciones ahora eliminadas por las autoridades locales.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, no se quedó atrás y también optó por pasar el fin de semana prolongado cerca del mar y viajó con su familia a la playa de Guarujá, en el litoral del estado de Sao Paulo.
Como suele hacer cada fin de semana en Brasilia, el gobernante paseó en motocicleta por las calles de Guarujá, saludó a sus simpatizantes y se detuvo para tomarse fotografías con ellos, sin usar máscara ni respetar las normas de aislamiento social que rigen aún en esa región.
Este mismo sábado, el Gobierno informó en Brasilia que el titular de la Secretaría de Gobierno, Luiz Eduardo Ramos, también contrajo coronavirus, lo que lo convierte en el décimo miembro del gabinete contagiado en los últimos meses.
Por su parte, en Río de Janeiro se confirmó el positivo de coronavirus del gobernador interino, Claudio Castro, quien sustituye en el cargo a Witson Witzel, suspendido de sus funciones por la Justicia, debido a sospechas de corrupción en la compra de equipos médicos necesarios para enfrentar la pandemia.
Fuente: EFE.