Así Trump convirtió la Casa Blanca en su mundillo de negocios personales

Una investigación realizada por The New York Times reveló una serie de irregularidades que estarían pasando puertas adentro del mundillo de la Casa Blanca

Así Trump convirtió la Casa Blanca en su mundillo de negocios personales

Autor: Ronald Ángel

Una investigación realizada por The New York Times reveló una serie de irregularidades que estarían pasando puertas adentro del mundillo de la Casa Blanca. Estas colocan al actual presidente estadounidense, Donald Trump, como el mayor beneficiario de los negocios que se tranzan a través de sus empresas personales.


Según el rotativo neoyorquino, los negocios que realiza Trump incluyen reuniones con multimillonarios para recaudar fondos para su campaña presidencial. A cambio, el mandatario otorgaría beneficios en créditos y contrataciones a las empresas de quienes aportan «donaciones».

Además, Trump utilizaría como centros de negocios para este tipo de actividades -calificadas como «presidenciales»- sus lujosos hoteles, sobre todo en el llamado club Mar-a-Lago. Se trata de un exclusivo espacio que sólo admite acceso a quien cancele una acción inicial de 250.000 dólares y pueda comprobar que tiene poder económico real.

En ese sentido, la pregunta que surge es: ¿Cuál es el verdadero propósito de Trump para buscar la reelección, seguir enriqueciéndose o gobernar el país?

Quiénes son los beneficiarios

«Era primavera en el club Mar-a-Lago y los buscadores de favores pululaban en un salón de baile adornado con oro lleno de donantes republicanos. Un industrial nacido en Illinois presionó a Trump para que tuiteara sobre flexibilizar las reglas de inmigración para trabajadores altamente calificados y sus hijos». Así reseña el reportaje.

«Dio un millón de dólares”, dijo Trump a sus invitados con aprobación, según una grabación del evento de abril de 2018 que cita el Times.

Ese mismo mes, en el comedor del club Mar-a-Lago, Trump se acercó a uno de los miembros más nuevos. Se trató de un magnate australiano que llevó un reportero para hacer alarde de su acceso. «Le agradeció por publicar un anuncio en un periódico que elogiaba su papel en la construcción de una fábrica de papel y cajas en Ohio».

A principios de marzo, un desarrollador de bienes raíces de Tennessee quería miles de millones en préstamos de la administración. Entonces se reunió con el jefe de la Casa Blanca en su club personal y le pidió ayuda.

Trump saludó a su abogado personal, Michael Cohen y le dijo: «Hágalo», tras describir que el desarrollador era «un tipo muy importante». Así lo recordó Cohen en una entrevista reciente.

Trump International Beach Resort

Trump reinventó los negocios en Washington

Explica el Times que Trump no se limitó a poner fin a la cultura privilegiada de Washington de cabildeo y búsqueda de favores. Al contrario, la reinventó y convirtió sus hoteles y complejos turísticos «en los nuevos cuartos traseros de Beltway, donde reina la mezcla de negocios públicos y privados y los intereses especiales».

«Como presidente electo, se había comprometido a alejarse de la Organización Trump y a recusarse de las operaciones de su empresa privada. Como mandatario, construyó un sistema de tráfico de influencias presidenciales directo sin rival en la política estadounidense moderna», explica el diario.

En septiembre, el Times reveló datos de las declaraciones de impuestos federales de Trump y su imperio empresarial. Con ello se observó cómo Trump aprovechó su imagen como un exitoso hombre de negocios para ganar la presidencia. Sin embargo, «grandes franjas de sus propiedades inmobiliarias se perdieron bajo tensión financiera, acumulando pérdidas durante las décadas anteriores».

Pero una vez que Trump estuvo en la Casa Blanca, su empresa familiar descubrió una nueva y lucrativa fuente de ingresos. «Personas que querían algo del presidente», afirma el medio.

Qué fundamentos tiene la investigación

La investigación también encontró más de 200 empresas, grupos de intereses especiales y gobiernos extranjeros que patrocinaban las propiedades de Trump. Y todo lo hacían mientras se beneficiaban de él y de su administración.

«Los registros de impuestos, junto con las listas de miembros de Mar-a-Lago y el club de golf del presidente en Bedminster, Nueva Jersey, así como otras fuentes, revelan cuánto dinero valía esta nueva línea de negocio (…) 60 clientes con intereses en juego le aportaron a su empresa familiar casi 12 millones de dólares durante los primeros dos años de su presidencia. Casi todos vieron sus intereses promovidos, de alguna manera, por Trump o su gobierno», explica el medio neoyorquino.

Añade el diario que, desde hace mucho tiempo, se sabe que Trump realizaba asuntos oficiales en sus propiedades. Incluso, quienes buscaban ayuda de su administración no se avergonzaban de anunciar su acceso al reino del presidente.

La compilación del Times refleja una revisión de cientos de publicaciones en redes sociales de sus patrocinadores. Muchos de ellos documentaron con entusiasmo sus visitas a las propiedades de Trump, así como una variedad de artículos de noticias.

Políticos extranjeros y adversarios petroleros

Los negocios incluyen casi 250 entrevistas a ejecutivos de negocios, miembros del club, empleados de sus propiedades y funcionarios de la administración actuales o anteriores. Todos brindan «una descripción completa de qué tan bien les fue a los clientes de Trump con su gobierno y cómo el presidente se benefició de su pantano reinventado».

En respuesta a preguntas detalladas sobre este artículo, un portavoz de la Casa Blanca, Judd Deere, emitió una breve declaración. En ella señalo que Trump había «delegado las responsabilidades del día a día del exitoso negocio que construyó» a sus dos hijos.

“El presidente ha cumplido su promesa al pueblo estadounidense de luchar por ellos, drenar el pantano y poner siempre a la nación en primer lugar”, agregó Deere.

«Los clientes de las propiedades eran muy variados: políticos extranjeros y magnates del azúcar de Florida, un multimillonario chino y un príncipe serbio. También entusiastas de la energía limpia y sus adversarios en la industria del petróleo, activistas y contratistas de pequeños gobiernos declarados que buscaban miles de millones de presupuestos federales cada vez mayores», describe el diario

Premios y regalías

A los patrocinantes, la administración Trump les entregó fondos, leyes y tierras a sus clientes y también les otorgó nombramientos para grupos de trabajo y embajadas. Eso, además de ser parte de la directiva presidencial y en los casos menos notorios tener presencias efímeras en un tuit presidencial.

Detalla el reportaje que algunos patrocinadores perdieron por enfrentarse a «intereses más favorecidos, al caos de la Casa Blanca o a la fugaz capacidad de atención del presidente».

«Otros todavía presionan por victorias de último minuto. Muchos dijeron -en entrevistas- que cualquier resultado favorable de la administración era secundario a su patrocinio. Por tanto, tanto si ganaron como si perdieron, Trump se benefició económicamente. Además, pagaron a su negocio familiar por salidas de golf y cenas de carne, por grandes retiros corporativos y galas de gala», añade el medio.

Explica el reportaje que más de 70 grupos de defensa, empresas y gobiernos extranjeros organizaron eventos en las propiedades del presidente. Se trató de actividades que anteriormente se celebraban en otros lugares. También, crearon nuevos eventos que llevaron dólares al negocio de Trump.

Trump

Religiosos y la zona de confort de Trump

Las organizaciones religiosas hicieron ambas cosas, reservaron más de dos docenas de reuniones de oración, banquetes y giras. Además, aprovecharon la popularidad del presidente entre los evangélicos blancos para reforzar su propia recaudación de fondos e influencia.

Hasta la pandemia, un abogado bien conectado organizó una reunión mensual, conocida como Trump First Tuesday, a la que asistieron los acólitos del presidente.

“Son personas sofisticadas y se adaptan a donde está el presidente”, dijo Bryan Lanza, un cabildero de Washington cercano a la administración.

Antes de ser presidente, Trump raramente visitaba sus propiedades con frecuencia. Sin embargo, muchos otros lo hacían, y por una buena razón: «Estás en la zona de confort del presidente, Mar-a-Lago, Bedminster. Ahí es donde va a relajarse y recargar energías», subrayó Lanza.

Incluso, los donantes pagaron por el privilegio de dar dinero a su campaña. Trump asistió a 34 eventos de recaudación de fondos en sus hoteles, eventos que reportaron a sus propiedades millones de dólares en ingresos.

«A veces, alineaba a sus donantes para preguntarles qué necesitaban del Gobierno. Otros podrían verlo en el Trump International Hotel, en Washington, donde le gustaba cenar en el asador, a menudo servido por el gerente de un restaurante También los fines de semana en Mar-a-Lago, donde le gustaba aparecer en el gran evento del día», explica el diario.

«Era muy probable que estuviera cerca. El presidente ha visitado sus complejos turísticos y hoteles durante casi 400 días desde su inauguración», dijo el Times.

Trump

¿La Casa Blanca Trump?

Trump, tanto empresario como presidente, vigila las propiedades administradas por la Organización Trump, ahora dirigida por sus hijos Eric y Donald Jr. Cuando pasaba por el hotel de Washington, a veces le hacía saber a los gerentes que le estaban informando de su desempeño.

«Eric me dice que estás haciendo un gran trabajo”, decía Trump, según funcionarios y exfuncionarios de la administración. En Mar-a-Lago, les dijo a los miembros con acciones que deberían aumentar los precios por la nueva multitud que quería ingresar al club.

Trump decidió aumentar las acciones del club en al menos dos ocasiones. Así, llevo la tarifa de iniciación a un cuarto de millón de dólares, según una solicitud de membresía referida por el Times.

Trump

Mientras Trump insiste en conseguir a toda costa la reelección presidencial, inspecciona su imperio empresarial desde la Casa Blanca. Para ello suele, ocasionalmente, familiarizarse con los detalles de las listas de miembros del club, según dos personas allegadas a él.

Incluso, Eric Trump a veces le contaba a su papá sobre grupos específicos que habían reservado eventos en Mar-a-Lago, dijo un exfuncionario de la administración.

The New York Times concluye que la Organización Trump no respondió a las repetidas solicitudes de comentarios, ni respondió a una descripción detallada de los hechos incluidos en su reportaje.

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