El ingreso fue gracias a “un pedido especial” que solicitó Jesse Takayama, que se quedó varado desde mediados de marzo en la localidad de Aguas Calientes, en las faldas de la montaña al sureste de Perú -donde en su cumbre se construyó Machu Picchu-, dijo el ministro de Cultura, Alejandro Neyra.
“Había venido al Perú con el sueño de poder entrar”, dijo Neyra en una conferencia virtual con la prensa extranjera. “El ciudadano japonés ha ingresado junto con nuestro jefe del parque para que pueda realizar esto antes de volver a su país”, afirmó.
Takayama, que tenía su boleto de ingreso desde marzo, entró el pasado sábado a las ruinas construidas hace más de 500 años y se convirtió en el primer visitante en siete meses que pudo pasear por la ciudadela considerada como patrimonio de la humanidad.
El japonés dijo que su plan era quedarse en Perú solo tres días para visitar Machu Picchu, pero que fue postergando su partida con la esperanza de realizar su sueño y porque también los vuelos internacionales fueron suspendidos.
“Esto es muy increíble, !gracias!”, dijo Takayama en un video grabado en la cima de la montaña de Machu Picchu.
El ministro Neyra manifestó que recién en noviembre, aunque sin una fecha definida aún, se reabrirán las ruinas de piedra de Machu Picchu para los turistas nacionales y extranjeros, con un aforo permitido de 30% de su capacidad o 675 personas por día.