Ante el conflicto entre Grecia y Turquía, Rusia a través de su canciller Serguéi Lavrov, indicó que la llave para la solución de esos problemas son los documentos jurídicos internacionales, cuyas cláusulas deben cumplirse en plena medida.
Ante esta postura, la nación euroasiática manifestó que podría mediar en la disputa, «si se lo piden».
La tensión entre Grecia y Turquía se registra por el poder de la plataforma continental en el Mediterráneo del Este.
«Si alguien nos pide mediar aprovechando nuestras relaciones con las dos partes, examinaremos tal posibilidad», dijo Lavrov en una rueda de prensa que siguió a sus conversaciones con el ministro de Exteriores griego, Nikos Dendias.
El canciller ruso indicó que son muchos los problemas acumulados en el Mediterráneo del Este.
«Esos problemas existieron durante años, sobre todo en el Mediterráneo del Este, y ahora se les agregaron otros problemas, que todos conocen y que deben resolverse conforme a las normas del derecho internacional», apuntó Lavrov.
Lavrov comunicó, además, que ha invitado a su homólogo griego, Nikos Dendias, a visitar Rusia.
«Estamos satisfechos con los resultados de nuestras conversaciones y he invitado al señor ministro para que vuelva a visitar Rusia», refirió Lavrov.
Dijo que Dendias prometió elegir la ciudad que desearía visitar en Rusia y que los anfitriones cumplirían ese deseo.
Las relaciones entre Turquía y Grecia volvieron a deteriorarse en agosto, después de que Ankara informara que su barco Oruc Reis comenzaba las exploraciones sísmicas en el este del Mediterráneo, en un área que Grecia considera su zona económica exclusiva.
De acuerdo con un nuevo aviso internacional Navtex, el barco Oruc Reis realizará obras de exploración sísmica al sur de la isla griega de Kastelórizo acompañado por los buques Ataman y Cengizhan.
Turquía inicialmente comunicó que las obras se llevarían a cabo entre el 12 y el 22 de octubre, sin embargo el día 22 las prolongó hasta el 27 de octubre.
Grecia considera su zona económica exclusiva el área donde Turquía realiza las obras de exploración sísmica, calificadas por Atenas de amenaza para la paz y la seguridad regional.
Ankara, además, lleva a cabo prospecciones en un área que Chipre considera como su zona económica exclusiva.
El 16 de octubre los líderes de la Unión Europea amenazaron con imponer sanciones a Turquía si continúa sus obras en el Mediterráneo del Este, que tacharon de provocaciones dirigidas en contra de Grecia y Chipre.
Ankara, por su parte, rechazó las exigencias de cesar esas actividades.
Con información de Sputnik
Continúa leyendo