Un reconocido estudio de arquitectura de Malasia, llamado O2 Design Atelier, diseñó un concepto de ciudad del futuro. Tomando en consideración los acontecimientos globales de este 2020, expusieron sus visiones de cómo podría ser la vida urbana cuando la humanidad consuma los recursos del planeta.
El proyecto se denominó «La ciudad pospandémica del mañana». Tendría una serie de torres autosuficientes para «liberar a la naturaleza». La propuesta es edificar y elevar las torres muy por encima del suelo, permitiendo que bosques y ríos prosperen sin la acción destructiva del hombre.
“Hasta ahora, nuestra sociedad desarrolla municipios y ciudades horizontales, destruyendo lentamente la Tierra. Cada año se pierden kilómetros de bosques equivalentes a 48 campos de fútbol por minuto”, denuncia el estudio.
Asimismo, advierten que “si la destrucción persiste, la madre naturaleza será reemplazada por un entorno creado por el hombre (…) La pandemia mundial podría ser una señal indirecta de que la Tierra se ha enfermado”.
«La ciudad pospandémica del mañana» propone integrar el trabajo, la vida y la infraestructura de movilidad de forma conjunta. Esto significa: sin desperdicio de espacio, sin carreteras, sin deforestación y sin suburbios. Por eso, “las torres serían autosuficientes con cápsulas voladoras individuales servirían como espacios híbridos para vivir y trabajar”.
Una ciudad con energía limpia
El estudio de arquitectura explica que cada torre tendría lugares para el trabajo, entretenimiento, compras, deporte y cultura. “Cada torre tendría plataformas de reunión. Las cápsulas individuales estarían en un ambiente controlado. Una calle comercial atendería las necesidades diarias y habría complejos deportivos con diversas instalaciones y programas de actividades”.
Igualmente explican: “Con la cápsula «conectada» a la torre, las personas pueden permanecer en el interior e interactuar a través del panel de vidrio. También pueden desembarcar e interactuar físicamente con las personas en la plataforma de interacción central. Esa plataforma es una calle controlada, donde la gente puede reunirse, viajar entre pisos y visitar cápsulas vecinas”.
La ciudad también contaría con “un centro médico en el núcleo inferior de una torre, que proporcionaría espacio de cuarentena en respuesta a una situación de pandemia. También funcionaría como punto de control antes de entrar o salir de la ciudad”, señala el estudio.
Un aspecto a resaltar también sería que las torres se unirían por una red de puentes elevados para cápsulas y personas. Así, “cada ciudad permanecería unida a las ciudades cercanas por otro puente”.
En el aspecto ecológico, las flotas de cápsulas voladoras utilizarían energía limpia. ¿Cómo? Bueno, cuando estén estacionadas emplearían receptores de carga de para aferrarse al núcleo de la torre, mientras el resto navega libremente.
Las ciudades elevadas dejarían un crecimiento ininterrumpido de árboles y vida silvestre en el suelo. Las antiguas carreteras y estacionamientos serían lentamente colonizadas por vegetación y nuevos ecosistemas. Además, las sociedades que viven en las torres podrían participar en visitas recreativas o científicas reguladas, para conocer la naturaleza que se encuentra debajo.
De esta manera, estudio de arquitectura O2 Design Atelier imagina a la madre naturaleza volviendo a su estado original, sin ningún daño por la acción del ser humano.