El ciclón Eta, que se debilitó de huracán a tormenta tropical, golpeó este jueves la costa oeste de Florida, Estados Unidos (EE.UU.), mientras que el presidente Donald Trump declaró un estado de emergencia para esa entidad, publicó Telesur.
El Centro Nacional de Huracanes (CNH) de EE.UU. informó que a las 01:00 hora del este (06:00 GMT) Eta, con vientos máximos sostenidos de 95 kilómetros por hora, estaba generando “marejadas ciclónicas peligrosas, fuertes lluvias y ráfagas de viento”.
El CNH indicó que Eta, que ha dejado una estela de muerte y destrucción a su paso por Centroamérica y Cuba, se mueve hacia el norte a 17 kilómetros por hora y se espera que este viernes gire hacia el norte-noreste.
En esta trayectoria, el centro de la tormenta se moverá más cerca, pero justo fuera de la costa oeste central de Florida durante las próximas horas, y se moverá sobre tierra sobre sectores del norte de la península de Florida.
Una de las zonas urbanas más afectadas es Tampa Bay, con 3,5 millones de habitantes. La alcaldesa, Jane Castor, dio instrucciones para habilitar refugios para quienes los necesiten.
La Casa Blanca, en tanto, anunció que el presidente Trump declaró para el estado de Florida la condición de emergencia, ante el embate de Eta.
«La acción del presidente autoriza al Departamento de Seguridad Nacional, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), a coordinar todos los esfuerzos de socorro en casos de desastre con el propósito de aliviar las dificultades y el sufrimiento causado por la emergencia a la población local”, señaló la Casa Blanca en un comunicado.
Más de 1,2 millones de niños afectados en Centroamérica
Más de 1,2 millones de niños y niñas en Centroamérica han sido afectados por el huracán Eta, una cifra que puede aumentar, según Unicef, que transmitió su preocupación por las enfermedades que pueden propagarse, incluida la Covid-19, en los centenares de albergues habilitados en la región, reseñó EFE.
Eta asoló la semana pasada Centroamérica, donde tocó tierra en Nicaragua como un poderoso huracán para luego degradarse a depresión tropical y llegar a Honduras, con una influencia que causó lluvias en todo el istmo, considerado una de las zonas más vulnerables a los desastres naturales.
El fenómeno meteorológico dejó más de 120 muertos y cerca de 150 desaparecidos, la mayoría en Honduras y Guatemala, así como destrucción de casas, cultivos e infraestructura pública en toda la región.
Las comunidades remotas «que sufren las consecuencias socioeconómicas de la covid-19 son particularmente vulnerables, ya que ahora enfrentan el doble impacto de la pandemia y la tormenta tropical», recalcó Unicef.
«Eta ha devastado la vida de más de 1,2 millones de niños, niñas y adolescentes en Centroamérica (…) en los últimos días.
Este número ha aumentado considerablemente y aún se espera que aumente a medida que los equipos de rescate accedan a las áreas más afectadas», destacó la agencia de la ONU, que tiene su oficina regional en Panamá.
El director regional de Unicef para América Latina y el Caribe, Bernt Aasen, indicó que miles de familias «han perdido sus hogares» y muchas «todavía están siendo evacuadas a refugios», por lo que «solo esperamos que las necesidades crezcan en los próximos días».